Luis Caputo, ministro de Economía, sostuvo que el mercado financiero mantiene un riesgo político elevado que pesa sobre la valuación de activos, incluso después de los avances macroeconómicos que enumeró. “El mercado pricea un riesgo político, el fantasma de que vuelva el mal y el caos y eso para el mercado es importante”, dijo en el canal de streaming Carajo.
El funcionario recordó que en diciembre el riesgo país era de 550 puntos y que, desde entonces, se levantó el cepo, se recapitalizó el Banco Central con un acuerdo con el FMI, se compraron USD 5.000 millones adicionales y se mantuvo el proceso de desinflación. “Si me hubieras dicho que después de todo esto el riesgo país estaría más cerca de 400 y no de 700, te hubiera dicho que sí”, señaló y mencionó que el factor político es lo que sostiene a ese indicador por encima de ese umbral.
Caputo advirtió que la percepción de inestabilidad política también se refleja en los bonos en pesos y en la deuda externa. Subrayó que, a pesar de la mejora en las cuentas fiscales y las reservas, el contexto electoral introduce incertidumbre y condiciona las expectativas del mercado. Según su visión, la reacción de los inversores no responde únicamente a los fundamentos económicos, sino a la posibilidad de un giro de rumbo que altere el equilibrio alcanzado.
En materia cambiaria, defendió el esquema de flotación: “En el esquema nuestro el dólar flota, puede subir o bajar. Esta fue una prueba más. Ya había pasado en enero y julio de 2024, en marzo de este año. Y volvió a pasar ahora”. Detalló que en julio la cotización subió 13,6% y que, al descontar la tasa en pesos —cerca de 5%—, el avance efectivo fue de menos de $100. “En los primeros días de agosto ya cayó $85 en términos nominales y con la tasa son otros $40; ya cayó más en agosto que lo que subió en julio”, puntualizó.
Para el ministro, la clave está en que “cuando no hay pesos en el mercado, el dólar puede subir o bajar” y que, en esta oportunidad, volvió a suceder lo mismo. Enfatizó que el Gobierno no inyectará pesos en el actual contexto, ni siquiera para comprar dólares, ya que eso implicaría expandir la liquidez en momentos de ruido electoral. “Es una situación coyuntural, es hasta las elecciones”, aseguró.
Respecto de la tasa de interés, Caputo reiteró que es endógena y que el nivel lo definirá el mercado. “En una situación en la que hay ruido electoral manifiesto, que puede ocasionar una caída en la demanda de dinero como en julio, lo último que vamos a hacer es dejar que vayan pesos al mercado”, sostuvo. Explicó que la política monetaria busca que la base monetaria común coincida con la base monetaria amplia, y que solo se convalidará un incremento si responde a “buenas razones”, como un aumento del crédito. “Cuando no tenemos certeza de por qué sube la demanda, no lo vamos a convalidar, porque cuidamos la inflación”, remarcó.
Caputo vinculó directamente la determinación de la tasa con el frente legislativo. “¿Cuál es la tasa de equilibrio de un Congreso que te pone 12 leyes para romper el equilibrio fiscal en dos semanas? El mercado lo dirá. El dólar se moverá de acuerdo a esa tasa”, afirmó. Según su planteo, las tasas actuales están influidas por factores políticos que exceden la lógica estrictamente monetaria y que obligan a mantener un sesgo restrictivo para evitar presiones sobre los precios.
En ese sentido, descartó que el Banco Central vaya a intervenir comprando divisas hasta que pase el período electoral. La prioridad, dijo, es evitar cualquier señal que pueda interpretarse como una relajación monetaria en un momento donde la estabilidad cambiaria es un pilar del programa. “Tampoco vamos a estar comprando dólares en esta situación porque sería inyectar también pesos”, advirtió.