El programa brasileño Mais Médicos cuenta con 2.659 profesionales cubanos y es objeto de sanciones de Estados Unidos

El programa Mais Médicos, iniciativa sanitaria del gobierno de Brasil lanzada en 2013 para llevar atención médica a regiones remotas y zonas periféricas urbanas, cuenta actualmente con la participación de 2.659 médicos cubanos, según datos oficiales. La presencia de estos profesionales, que representa el 10% del total de 26.414 médicos vinculados al programa, es uno de los principales motivos citados por el gobierno de Estados Unidos para imponer nuevas sanciones a autoridades brasileñas y cubanas.

De acuerdo con información del Ministerio de Salud en Brasilia, cerca del 86% de los profesionales de Mais Médicos son brasileños, mientras que el resto proviene de otros 54 países. Cuba ocupa el primer lugar entre los extranjeros, superando con amplitud a Bolivia (188 médicos), Venezuela (82), Paraguay (55), Perú (42), Argentina (30), Colombia (27), Ecuador (13), Uruguay (12) y Haití (12).

La estructura de la presencia cubana en el programa presenta dos modalidades: 1.064 médicos han revalidado sus títulos en Brasil y trabajan en condiciones equiparables a los profesionales nacionales, mientras que 1.593 ejercen bajo el convenio firmado entre Brasil, La Habana y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), intermediario en la contratación y canalización de los pagos. Los médicos bajo convenio reciben sus salarios a través del Estado cubano, que retiene una parte de los fondos transferidos por Brasil vía OPS.

El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció la revocación y restricción de visados para funcionarios de Brasil y de países africanos y caribeños relacionados con Misiones Médicas cubanas, argumentando que el esquema vulnera sanciones impuestas a Cuba y fomenta la explotación laboral. Rubio calificó Mais Médicos como “un golpe diplomático inconcebible”, afirmó que “decenas de médicos cubanos han informado haber sido explotados por el régimen cubano como parte del programa” y que la utilización de OPS como intermediaria buscó esquivar sanciones estadounidenses.

Washington ha señalado especialmente la actuación de Mozart Julio Tabosa Sales, secretario del Ministerio de Salud de Brasil, y Alberto Kleiman, ex funcionario gubernamental y consultor internacional, a quienes acusa de haber facilitado pagos que “enriquecen al régimen cubano” e implementar acuerdos sin cumplir los requisitos constitucionales brasileños.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio (REUTERS/Umit Bektas/Archivo)

La administración estadounidense reclama que los países que contratan médicos cubanos “paguen directamente a los médicos por sus servicios, no a los esclavistas del régimen”.

El gobierno brasileño, a través del ministro de Salud Alexandre Padilha, rechazó en la red social X las sanciones estadounidenses y defendió la continuidad del programa. Padilha subrayó que “Mais Médicos (…) sobrevivirá a los ataques injustificables de quien sea. El programa salva vidas y cuenta con la aprobación de quien más importa: la población brasileña”.

Por su parte, el canciller del régimen cubano Bruno Rodríguez calificó la medida estadounidense como “imposición y agresión” y reiteró que su país “continuará prestando servicios médicos” en el exterior. La comercialización de servicios médicos representa la principal fuente de divisas para La Habana, mientras que en Brasil, la gestión del programa varió con los distintos gobiernos. La retirada de médicos cubanos en 2018, ordenada por Cuba tras declaraciones del entonces presidente Jair Bolsonaro, dejó miles de vacantes que sólo comenzaron a cubrirse nuevamente con la reanudación de la cooperación bajo el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Estados Unidos también extendió restricciones de visados a autoridades de Cuba, Granada y países africanos, e insistió en que las misiones médicas cubanas constituyen “trabajo forzado” según su criterio. El programa Mais Médicos permanece en funcionamiento y las autoridades de Brasil insisten en que resulta vital para asegurar la cobertura de salud en zonas históricamente desatendidas.

(Con información de AFP, EFE y EP)