La denuncia de un influencer empuja al Congreso de Brasil a proponer leyes para proteger a los menores de los riesgos en línea (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la dramática película de 1951 titulada “Bellissima”, del italiano Luchino Visconti, una brillante Anna Magnani interpretaba el papel de Maddalena, una madre dispuesta a todo para que su hija llamada Maria, aun infante, entrara en el mundo del cine. En una Italia pobre y recién salida de la Segunda Guerra Mundial, madre e hija se enfrentan, sin embargo, a las hipocresías y los peligros de ese mundo. Es muy famoso el final, en el que Maddalena prefiere renunciar al sueño del celuloide, salvando así a María y su papel de madre, diciendo: “No traje a mi hija al mundo para que la gente se burlara de ella”.

74 años después, el mundo ha cambiado y con él también las aspiraciones de madres e hijos, que encuentran en las redes sociales una amplificación nunca antes vista. Si cualquiera puede convertirse en director de sí mismo y publicar en la red su vida o la de sus hijos, también han aumentado los peligros, gracias a los algoritmos y a la monetización. Más usuarios que miran significan más tráfico en la red y todos ganan, tanto quienes difunden las imágenes como las redes sociales que las alojan. Sin embargo, de esta manera, la imagen de un niño puede terminar en cualquier lugar, incluso en manos equivocadas, como por ejemplo, abusadores y pedófilos. Este es el mensaje de una denuncia que en estos días ha sacudido profundamente a Brasil.

En un video publicado en YouTube y visto en pocas horas por más de 34 millones de usuarios, un influencer de 27 años, Felipe Bressanim Pereira, también conocido por el apodo de Felca, contó en poco menos de una hora cómo la “adultización” de los menores se ha convertido en un problema muy grave y preocupante en Brasil. El término se refiere a la exposición precoz de los menores a comportamientos y contenidos sexualizados. En el video, Felca muestra casos concretos, algunos de los cuales ya son objeto de investigación por parte de varias fiscalías del país.

Uno de ellos es el caso de Hytalo Santos, un brasileño seguido por más de 20 millones de personas en la red que ha inventado una especie de Gran Hermano para adolescentes a los que llama “hijos” sin que lo sean. En los videos mostrados por Felca se ve a menores imitando gestos adultos con bailes sensuales y guiños. Hytalo Santos ya es objeto de investigación desde 2024 por parte de la fiscalía de Paraíba, iniciada tras las denuncias de los vecinos por fiestas con alcohol y chicas en topless. Pero el caso más preocupante revelado por Felca es el de una menor llamada Caroliny. Su madre le abrió un perfil en algunas redes sociales cuando tenía 11 años para mostrar sus bailes ante la cámara del móvil. “De algo cada vez más inocente, hasta llegar a un punto absolutamente criminal. Es una de las cosas más repugnantes y corruptas que he visto en mi vida”, declaró Felca en el video.

Felipe Bressanim Pereira, también conocido por el apodo de “Felca”, narró cómo la “adultización” de los menores se ha convertido en un problema muy grave y preocupante en el país (Imagen Ilustrativa Infobae)

Con el tiempo, los algoritmos amplificaron el éxito que este perfil tenía en la red, atrayendo a la página cada vez más adultos que comenzaban a dejar comentarios de carácter sexual. En lugar de proteger a su hija, la madre la animó a publicar aún más videos de este tipo, hasta el punto de que, a los 14 años, la menor ya tenía una cuenta en sitios web con contenido para adultos. Parte de ese material incluso acabó en foros de pedófilos. Por este motivo, la menor fue puesta al cuidado de su abuela.

En Brasil existe una ley, la 8.069 del 13 de julio de 1990, más conocida como el Estatuto del Niño y del Adolescente. Prohíbe a los adultos explotar imágenes que violen la dignidad y la intimidad de los menores o que los expongan a humillaciones o vergüenzas, con una pena prevista de seis meses a dos años de prisión. Sin embargo, los niños siguen siendo un sector muy vulnerable de la sociedad brasileña, víctimas también de violencia doméstica y trabajo infantil. “Las consecuencias de la violencia contra los niños y adolescentes son siempre muy graves, tanto en el mundo real como en Internet. Lo que ocurre es que, en el mundo virtual, se difunde a una velocidad diferente”, declaró a la BBC Brasil Luciana Temer, presidenta del Instituto Liberta, que se ocupa de la prevención de la violencia sexual contra los menores. Para la experta, “las consecuencias de esta exposición son también muy perversas, y quizás aún más, porque el niño explotado en línea crecerá, pero esa imagen permanecerá allí para siempre”.

En los últimos dos años, el número de investigaciones de la Policía Federal brasileña sobre delitos cibernéticos relacionados con el abuso sexual de menores se ha triplicado, pasando de 730 en 2022 a más de 2.100 en 2024. Solo este año ya se han abierto 1.202 investigaciones. En una entrevista al diario O Estado de Sao Paulo, la comisaria de la policía federal Rafaella Parca, coordinadora nacional para la represión de los delitos informáticos relacionados con el abuso sexual de menores y adolescentes, destacó cómo las redes sociales e Internet han amplificado enormemente el potencial ofensivo. “Antes, un violador tenía 13, 14, 15 víctimas. Hoy tiene 750 con un solo clic. El potencial de daño ha aumentado significativamente”, declaró.

En 2024, la Policía Federal brasileña detuvo en flagrante delito a 367 personas y salvó a 99 víctimas. En 2025, hasta ahora, las víctimas salvadas ya son 53. Los abusos también se producen en plataformas de juegos en línea y pueden constituir una violación virtual, sin contacto físico, si se induce al menor a realizar actos sexuales delante de la cámara. Los delincuentes no tienen un perfil único. Su edad oscila entre los 11 y los 89 años y son principalmente hombres, pero también hay algunas mujeres, incluso madres, que explotan a sus hijos para producir material pornográfico infantil. Las acciones suelen involucrar redes internacionales, coordinadas incluso mediante códigos secretos.

En cuanto a la prevención, se están llevando a cabo proyectos educativos en las escuelas y campañas gubernamentales que recomiendan no dar teléfonos móviles a menores de 12 años, el uso de controles parentales, la elección de aplicaciones y juegos adecuados para la edad. Pero sobre todo, se recomienda un diálogo constante con los hijos sobre los riesgos en línea y la prohibición absoluta de compartir imágenes íntimas. “No dejarías a tu hijo solo en la calle en traje de baño. ¿Por qué dejarlo solo en Internet? Es un entorno extremadamente peligroso”, advierte la comisaria Parca.

La policía brasileña lleva tiempo pidiendo una supervisión proactiva de las plataformas y una mayor responsabilidad legal para las empresas, pero se necesita una unión conjunta de la política y la sociedad civil. Afortunadamente, la denuncia del influencer Felca ha tenido un gran impacto, lo que ha llevado a la Cámara y al Senado a actuar. El presidente de la Cámara, Hugo Motta, del partido Republicanos, que dijo haberse quedado “sin palabras” después de ver el video, anunció la creación de un grupo de trabajo con políticos y expertos para elaborar en un plazo de 30 días lo que definió como “proyecto de ley más avanzado y eficaz para proteger a nuestros niños”.

Una vista general muestra el pleno de la Cámara de Diputados durante una sesión en Brasil (REUTERS/Adriano Machado/Archivo)

En el Senado, los senadores Jaime Bagattoli, del Partido Liberal (PL), y Damares Alves, del partido Republicanos, propusieron una Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) para analizar a los influencers y las plataformas digitales, con más de 60 firmas ya recogidas. El partido Republicanos tiene la intención de presentar la “Ley Felca”, que endurece las penas y obliga a las plataformas a eliminar rápidamente los contenidos ofensivos. En realidad, la Cámara ya tenía un proyecto de ley, el 2.628/2020, a punto de ser votado con carácter de urgencia, propuesto por el senador Alessandro Vieira, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB). Este proyecto establece mecanismos para combatir los contenidos de explotación sexual de menores en el entorno digital y regula el uso de las redes sociales y los juegos en línea para niños y adolescentes, lo que prevé la eliminación inmediata de los contenidos de abuso sexual sin orden judicial y la verificación real de la edad para acceder a los sitios, siguiendo el modelo de Australia, Reino Unido y Francia.

No se incluye en el proyecto la prohibición de monetizar los videos en los que aparecen menores, lo que, según los expertos, sería un excelente elemento disuasorio. La votación urgente de este texto estaba prevista para el martes 5, pero la sesión fue cancelada por la obstrucción de la oposición. Algunos diputados del Partido Liberal (PL) de Bolsonaro temen por la libertad de expresión. “El problema es que algunos podrían utilizar estas medidas para coartar la libertad de expresión”, afirmó Domingos Sávio, del PL. El ministro de la Casa Civil, Rui Costa, anunció al mismo tiempo que el Gobierno de Lula enviará pronto una propuesta de ley para regular las redes sociales. La esposa del presidente, Rosangela da Silva, conocida como Janja, también se pronunció sobre el tema. En su perfil de Instagram escribió que “las redes sociales no son un entorno seguro para los niños y adolescentes”, y añadió que “nuestros hijos corren riesgos muy graves en Internet, al estar expuestos a todo tipo de violencia”.