Los gobernadores afrontarán pagos de deuda en las próximas semanas y restarían reservas

Un grupo de provincias exigirá a las reservas del Banco Central hasta USD 1.000 millones en lo que resta del año, la mayor parte antes de las elecciones legislativas, para afrontar pagos de deuda. El Gobierno necesitará hacerse de una buena cantidad de divisas en lo que resta del año para cumplir la meta de acumulación reformulada por el FMI.

Respecto a los pagos de obligaciones a bonistas en moneda extranjera, se trata de compras que las provincias realizan en el mercado único cambios, por lo que tendrían impacto eventual en el precio del tipo de cambio. Aunque a lo largo del año no se acumulan grandes vencimientos, marzo y septiembre son los momentos con exigencia más alta.

El mecanismo por el que las provincias acceden a dólares para pagar el capital y los intereses de sus bonos fue materia de discusión en 2023 entre la conducción de ese entonces del BCRA -que presidía Miguel Pesce– y las provincias. El Central limitó el acceso a los dólares y reclamó que los gobernadores usen divisas propias ahorradas para afrontar esas obligaciones. El hecho, incluso, motorizó una demanda de Córdoba ante la Justicia. Finalmente el acceso se normalizó luego del cambio de gobierno.

Algunos bonos, como los de Neuquén, no se pagan con reservas de la autoridad monetaria sino que están garantizados con regalías de la actividad petrolera. La recaudación de esas regalías se dirigen a un fideicomiso que luego reparte los pagos entre los tenedores de los títulos, según explicó a Infobae el economista especializado en finanzas provinciales Alejandro Pegoraro, director de Politikón Chaco.

Esa consultora estimó que hasta fin de año restan pagar por parte de las provincias USD 1.020 millones. La provincia de Buenos Aires necesitará pagar un tercio de ese total el 1° de septiembre próximo, por casi USD 380 millones. Hasta las elecciones legislativas de octubre serán cerca de USD 670 millones de presión a las reservas y al valor del tipo de cambio flotante.

El tercer trimestre suele ser, estacionalmente, el de menores ingresos por la vía de liquidación de exportaciones ya superada la ventana de la cosecha gruesa en el agro. En este lapso el Gobierno necesitará defender la estabilidad cambiaria con menos oferta del sector privado y en un contexto de demanda por importaciones y uso de divisas para turismo.

Por el lado de las compañías con obligaciones negociables en dólares, los picos de giros a sus acreedores pre elecciones tienen lugar este mes y en octubre, con más de USD 260 millones en cada caso. Post elecciones incluso acelera hasta USD 400 millones mensuales en el cierre del año.

Según el análisis de la consultora Invecq, aunque el FMI redujo en USD 6.500 millones la meta anual de reservas netas, el Gobierno aún debería sumar USD 6.600 millones en lo que resta de 2025 para cumplir con el nuevo objetivo. “Es un número que luce muy desafiante y parecería solo ser viable si se reabre el financiamiento externo tras las elecciones”, señaló el informe.

Aunque otras consultoras calcularon números más bajos, un informe de 1816 también coincidió con esa cifra. “Dados los vencimientos de Bopreal, desembolsos y vencimientos de organismos internacionales (incluyendo pagos de intereses al mismo FMI), para que las reservas netas crezcan USD 3.500 millones y Argentina cumpla con la meta, será necesario que el Gobierno haga compras en el spot, se endeude o privatice por USD 6.000 millones”, aseveró.

La consultora Empiria, que dirige el economista Hernán Lacunza, señaló que las reservas netas del Banco Central se encuentran actualmente en USD 7.200 millones negativos. Para alcanzar la nueva meta fijada para diciembre de 2025 —que establece un piso de USD 3.400 millones negativos, tras eliminarse el objetivo intermedio de septiembre— será necesario acumular USD 5.900 millones adicionales, considerando los desembolsos programados y los compromisos de deuda en moneda extranjera.

En el informe se precisó que, con la meta anterior —que proyectaba un saldo neto de USD 3.100 millones negativos para fin de año— las compras necesarias hubieran ascendido a USD 12.400 millones. Este ajuste en el objetivo implica, según la consultora, una exigencia menor para la acumulación de reservas, aunque todavía representa un desafío considerable para la política cambiaria y monetaria en los próximos meses.

Empiria marcó como un elemento adicional que el incumplimiento de la meta de reservas “provocó el cambio de práctica en la estrategia oficial de intervención en el mercado de cambios», con el Tesoro asumiendo el rol de comprador y el BCRA al margen. “Si bien el Fondo aprueba las compras en bloque del Tesoro, agrega que el Banco Central debería tener un rol más activo a través de compras calendarizadas y predecibles como Chile, Colombia y México (todos con tipo de cambio flexible)”, concluyó Empiria.