En septiembre de 1911, la muerte de Frances Garnett Orme, hallada sin vida en una habitación cerrada del hotel Savoy en Mussoorie, India, conmocionó a la opinión pública y trascendió fronteras. La autopsia determinó que había sido envenenada con ácido prúsico, un compuesto de cianuro, y las sospechas recayeron sobre su amiga y compañera de estadía, Eva Mount Stephens, en un caso que combinó misterio, acusaciones de interés económico y prácticas espiritistas.
Décadas más tarde, el episodio fue señalado como una posible inspiración para El misterioso caso de Styles, la primera novela de Agatha Christie, en la que la autora recreó una trama de envenenamiento en una habitación cerrada con paralelismos notorios con aquel hecho real.
El caso de Frances Garnett Orme
En septiembre de 1911, Frances Garnett Orme, de 49 años, fue encontrada muerta en su habitación del hotel Savoy. Un informe post mortem, compartido por la BBC, indicó que había sido envenenada con ácido prúsico, un veneno a base de cianuro. Su amiga, Eva Mount Stephens, de 36 años, era la principal sospechosa.
Según la BBC, el caso llegó a medios de todo el mundo debido a la “peculiaridad de las circunstancias que lo rodearon”, tal como mencionó un periódico australiano en 1912. Medios británicos publicaron relatos del juicio con titulares como “Juicio por asesinato de Mussoorie” y “Misterio en el Hotel Savoy”.
Orme vivió en India más de una década, donde entabló amistad con Stephens, una espiritista de la ciudad de Lucknow. Según el informe, fue descrita como una “mujer solitaria” y aprendió de Stephens la cristalomancia, una forma de adivinación en la que el médium entra en trance mientras observa una bola de cristal.
Ambas permanecieron en el Savoy por un tiempo. Stephens afirmó que Orme estaba enferma en ese momento, pero la fiscalía la acusó de administrar veneno para beneficiarse del testamento, ya que le había dejado una suma considerable de dinero, tres collares y otras joyas.
Por su parte, la defensa sostuvo que Orme se quitó la vida debido al dolor que sentía por la muerte del hombre con el que había viajado para casarse en India y por su mala salud.
El caso generó confusión en la justicia. La investigación reveló que Stephens se había marchado antes de que Orme muriera. La habitación donde se halló el cuerpo estaba cerrada por dentro. La policía no encontró medicamentos en las habitaciones, salvo un frasco de somníferos y dos etiquetas con las leyendas “arsénico” y “ácido prúsico”.
A comienzos del siglo XX, quienes compraban en una farmacia debían firmar un registro. La fiscalía indicó que la firma asociada al ácido prúsico no coincidía con la de las cartas de Orme.
Los fiscales también señalaron que, en una conversación con un amigo, Stephens predijo la muerte de Orme seis meses antes. Añadieron que expresó temor de que la mujer se casara con un médico con quien estaba comprometida y le dejara su riqueza.
La defensa insistió en que Stephens era una “devota compañera” de Orme y que no había pruebas de que hubiera adquirido y administrado veneno a su amiga.
Finalmente, el tribunal la absolvió y el juez comentó que “las verdaderas circunstancias de la muerte de la señora Orme probablemente nunca saldrán a la luz”.
La inspiración de Agatha Christie
El libro de Christie presenta similitudes con el caso. El personaje principal, Emily, muere por envenenamiento y, al igual que Orme, su cuerpo aparece en una habitación cerrada por dentro.
En la trama se revela que su compañera, Evelyn, la envenenó. Adquirió el veneno disfrazada y utilizó una firma falsa. El motivo del crimen fue la herencia.
Según The Conversation, la publicación de la novela introdujo una metodología criminal poco frecuente hasta entonces, ya que la estricnina, elegida como veneno en la historia, apenas había figurado en la literatura como recurso homicida. Además, los lectores conocieron por primera vez al detective Hércules Poirot, quien debutó en esa obra.
Durante el Festival Internacional Agatha Christie de 2022, la escritora india especializada en crímenes Manjiri Prabhu destacó la “interesante conexión” entre el asesinato y la novela debut de Christie. Varias décadas después, el paralelismo entre ambos casos aún atrae la atención de los seguidores.