La combinación de talento para manejar, la confianza que brinda un buen auto y un equipo dispuesto a dejarlo todo pese a no tener los mayores recursos, pueden marcar hitos. Eso pasó con Norberto Fontana hace 30 años, cuando se convirtió en el único argentino en ser campeón en la Fórmula 3 Alemana y en ganar el Master de Master de F3, corrido en el Autódromo de Zandvoort, el 6 de agosto de 1995. Esa carrera fue una especie de Mundial de la especialidad, ya que reunió a los 39 exponentes de diversas F3 del planeta. El triunfo del Gigante de Arrecifes en el autódromo neerlandés es una de las grandes hazañas del automovilismo nacional.

En 1993, Fontana fue campeón de la Fórmula Ford Suiza y luego siguió su camino en la Fórmula 3. Su temporada 1995 en el certamen alemán fue aplastante. Con 20 años, obtuvo 10 triunfos y 13 podios sobre 16 carreras corridas en ocho fechas. Además, 10 poles position y 7 récords vueltas. Sacando su retraso en la última competencia anual disputada en Hockenheim en la quedó clasificado 20°, sus peores resultados fueron los cuartos puestos en la primera carrera en Norisring y la primera en Hockenheim, en el mismo cierre de la temporada. Se consagró campeón una fecha antes en el circuito francés de Magny-Cours y superó a Ralf Schumacher (hermano menor de Michael), que corrió con el equipo oficial Opel, y a otros que también llegaron a correr en la F1 como Jarno Trulli y Alexander Wurz.

Infobae habló con Fontanita, quien recuerda ese año histórico y su victoria en el Master. “Tuve una buena temporada de debut el año anterior como preparación, en el ’94, cuando también logré conseguir tres victorias y fui elegido como el mejor Rookie (debutante). Ahí Peter Sauber (dueño del equipo de F1) me convoca para ser piloto de pruebas en el equipo de F1 y se firmó el contrato para fines de 1994 y todo 1995. Tuve el primer test en Barcelona y al año siguiente seguí en la F3 Alemana”, cuenta el actual piloto de Chevrolet en el Turismo Carretera.

Sobre los motivos que lo llevaron a consagrarse en Alemania, explica que “hice una pretemporada de entrenamiento físico fuerte y en esa época la preparación para la F3 ya era similar a la de F1 y llegué muy bien físicamente. Después, teníamos un año de aprendizaje de todas las pistas y demás y llegué al ‘95 con más confianza, más hermanado con el equipo, con el auto y creo que por eso también fuimos muy contundentes a la hora de entrenar, clasificar y de correr las carreras”.

Norberto festejando un triunfo con su padre (@nfontana1)

Compitió con un Dallara F395/009 con motor Opel de un equipo privado: “Corrí en el equipo suizo KMS y era un proyecto a largo plazo. Se logró una buena puesta a punto del auto en la parte aerodinámica y creo que el secreto estuvo en trabajar todo en conjunto como equipo; en la dirección del equipo estaba Hans Peter Kaufmann, alguien de quien aprendí mucho. Con él y los mecánicos logramos hacer un buen conjunto. Les pudimos dar pelea no solamente a los equipos oficiales, sino también al de Helmut Marko, que representaba a Fiat. Había otros tres equipos oficiales, dos de Opel y uno de Volkswagen. Nosotros de Opel teníamos solo los motores”.

El certamen combinó autódromos, dos callejeros y un circuito en una base aérea. Uno de los trazados urbanos fue el de AVUS en Berlín, que era impactante por su velocidad ya que tenía dos rectas largas y dos horquillas. Sobre ese escenario, rememora que “tenía muchos saltos, los que tocaban mucho abajo en el coche. Yo había salido segundo y tercero en el ‘94. Después gané las dos carreras en el ‘95. Era una pista rápida, peligrosa y el auto también iba a fondo, sobre todo en la entrada a la recta. Tenía una curva bastante rápida que se iba limpiando a medida que íbamos girando por el hecho de que era un callejero semipermanente. Me acuerdo de la horquilla, era la autopista donde doblábamos para atrás y había que tener un buen radio de giro y salir traccionando”.

En la memoria tiene presente la compañía de su padre, el recordado Héctor, quien era un ser entrañable y su fan número uno: “Siempre cuando tocaban el himno yo miraba para abajo y mi viejo se enroscaba la bandera en el cuello. Al verlo ahí se me caían las medias. Él fue un tipo muy positivo, que también me alentaba siempre”. Ambos recorrieron Europa con una casa rodante y con mucho esfuerzo. De hecho, Norberto tuvo complicaciones con el presupuesto en el inicio de la temporada. “No fue fácil para nosotros desde los sponsors. Primero teníamos pactado un acuerdo con YPF de Argentina, que después no pudo estar, y pude hacer las primeras carreras gracias a un coleccionista de Suiza que puso la plata. Después, gracias a Dios, como yo fui a la presentación del auto de F1 en Ginebra, lo conocí a Dietrich Mateschitz (fundador de Red Bull), quien me vio ganando y ahí le dijo a Sauber que quería patrocinar a un equipo exclusivo en F3. Al aparecer Red Bull como sponsor me ayudó mucho anímicamente y mentalmente. Son todas cosas que nos pasan a los argentinos, que no solamente tenemos que pelear en la pista, sino también contra muchas cosas que por ahí la gente no sabe”.

Luego de la cuarta fecha disputada en un circuito montado en la base aérea de Diepholz, Fontana confirmó que era candidato al título producto de sus cuatro victorias en los dos primeros eventos, en Hockenheim y luego en el trazado callejero de AVUS, en Berlín. Llegó el Master de 3 en Zandvoort con corredores de todo el planeta. Aunque la victoria fue trabajada y en el comienzo las cosas no pintaron bien. “Había mucha cantidad de autos y nosotros no fuimos bien preparados porque en Alemania corríamos con la goma Michelin y en el Master se usaron las Yokohama. Era otra goma, otro compuesto. Entonces la Fórmula 3 Alemana alquiló el Autódromo de Dijon en Francia para probar la goma porque querían que sus pilotos hagan un buen papel en el Master, pero nosotros no fuimos porque no teníamos presupuesto. Se compitió contra corredores de la F3 Británica, la Italiana, la Francesa, la Sudamericana, la Japonesa y de otras partes. Fuimos a la prueba en desventaja porque no sabíamos bien cómo se comportaba el neumático Yokohama”.

Pese al mal panorama inicial, Fontana y su equipo no perdieron la fe y revirtieron el fin de semana. “Me acuerdo que no arrancamos bien en los entrenamientos y no estábamos competitivos. En el segundo ensayo, tampoco. Hicimos unos cambios para la puesta a punto para la clasificación y en la última vuelta venía entre los cinco primeros y logré meter la pole positions (mejor tiempo) justo cuando me bajaron la bandera de cuadros. Es un recuerdo lindo, porque me acuerdo que llegando la curva Tarzán (la primera de Zandvoort), había un cartel como en fila india que te marcaba el primero, el segundo, el tercero y así el resto con el número del auto. Cuando veo primero el número 7, que era el mío, la verdad que fue una emoción muy grande porque logré la pole con lo justo. Era la última vuelta y no tenía más nada”, destaca.

Norberto transpiró para ganar y en el podio lo escoltaron el propio Schumacher y el brasileño Hélio Castroneves, quien corría en la F3 Británica. “Después fue difícil la carrera porque no teníamos el auto contundente de Alemania. La puesta a punto la tuvimos que cambiar bastante en el auto el fin de semana. Avancé bien en el principio, pero después sobre el final de la carrera me quedé sin goma (NdR: degradación del neumático y pérdida de adherencia al asfalto) y se me vinieron y tuve que tapar por todos lados para que no me pasaran. Les gané un mano a mano a Ralf (Schumacher) y a Hélio Castroneves, así que fue con lo justo. Pudimos salir campeón del Master y les ganamos a todos los pilotos de las distintas F3 del mundo”, subraya. “Fue una de las victorias más lindas y la más importante, porque ahí se juntaron pilotos de Fórmula 3 todo el mundo y algunos hasta quedaron afuera”. También corrieron otros dos argentinos que luego llegaron a la F1, Gastón Mazzacane (31°) y Esteban Tuero (34°).

El Master de F3 de Zandvoort se corrió entre 1991 y 2016, y entre otros ilustres vencedores se destacan los nombres de David Coulthard (1991), Jos Verstappen (1993), Lewis Hamilton (2005), Paul di Resta (2006), Nico Hulkenberg (2007), Jules Bianchi (2008), Valtteri Bottas (2009 y 2010) y Max Verstappen (2014). Fontana es uno de los dos americanos en triunfar junto al brasileño Fabio Carbone (2002) y uno de los tres no europeos en conseguirlo junto al japonés Takuma Sato (2001).

En una horquilla del circuito callejero de Singen con el Dallara F395/009. Esa fecha fue un quiebre para que Fontana logre el campeonato de Fórmula 3 Alemana (@nfontana1)

Después se reinició el campeonato de la F3 Alemana y Fontana revela cuándo se sintió campeón. “El quiebre fue en Singen, porque veníamos bastante apretados ahí, que era un callejero, antes del cruce de la frontera entre Suiza y Alemania. Hasta ahí el campeonato estaba apretado y me tiraron un juego de equipo y los mandaron a taparme a Massimiliano Angelelli y Oliver Tichy. Ralf (Schumacher) no estaba rápido y me jugaron una mala pasada, pero pude ganar bien esa carrera y después la otra del domingo. Así pude sacar un poquito más de distancia al campeonato”, afirma.

Llegó la consagración en Magny-Cours. Aunque las consecuencias en el accidente en Macao a fin de año le impidieron correr en 1996. En 1997 disputó cuatro Grandes Premios con Sauber en Francia, Gran Bretaña, Alemania y en Jerez de la Frontera, España, sede de la última fecha denominada Gran Premio de Europa. Por esos años que lo marcaron a fuego, hoy Fontana sigue siendo recordado en el ambiente de la Máxima y eso lo vivió el año pasado en el Gran Premio de San Pablo. Se reencontró con viejos conocidos como Helmut Marko: “Nos veíamos siempre. Su equipo tenía motores Fiat y ya era un equipo muy fuerte y fijate hasta dónde llegó, a ser uno de los hombres más fuertes de Red Bull. Lo pude ver el año pasado en Interlagos y me invitó al hospitality de Red Bull y recordamos viejos tiempos. También lo vi a Jos Verstappen y a otros de esa época, quienes me recibieron bien y recordamos viejos tiempos. Me encontré con un piloto con gente de la época y periodistas y fotógrafos”.

Norberto Fontana vendió rifas para correr en karting y en la Fórmula Renault en Argentina, donde a su vuelta del exterior fue bicampeón TC 2000 en 2002 y 2010 y campeón del Turismo Carretera en 2006. Salvo el ambiente del automovilismo, en nuestro país no se tomó magnitud real de su campaña internacional. El imaginario colectivo se quedó con sus cuatro Grandes Premios de F1 con Sauber en 1997. Pero su contundencia en la Fórmula 3 en 1995, otros hitos como su paso por Japón en la Fórmula Nippon, la IndyCar, y la consideración europea lo convirtieron al Gigante de Arrecifes en uno de los máximos exponentes argentinos en el exterior.

Fontana celebra su título con la bandera argentina sobre los hombros de Alex Wurz (@nfontana1)