El presidente de Taiwán, William Lai, anunció este martes que el presupuesto de Defensa del país se mantendrá en torno al 3 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2026, un nivel similar al de este año. La decisión fue confirmada durante la apertura del Foro Ketagalan en Taipei, un evento centrado en seguridad regional que contó con la participación del ex primer ministro británico Boris Johnson y otras figuras internacionales.
“En el presupuesto de Defensa del año que viene, alcanzaremos nuestro objetivo de casi el 3 % del PIB para mejorar las capacidades defensivas de Taiwán”, declaró Lai, al tiempo que reafirmó que su Gobierno continuará comprometido con el mantenimiento del statu quo en el Estrecho.
El anuncio llega en un contexto de tensión con el régimen de China, que considera a Taiwán una “parte inalienable” de su territorio y no ha descartado el uso de la fuerza para lograr su reunificación. Desde la llegada al poder de Xi Jinping en 2012, Beijing ha intensificado sus ejercicios militares en las cercanías de la isla y ha incrementado la presión diplomática para aislarla internacionalmente.
En su discurso, pronunciado en inglés, Lai calificó las maniobras chinas en el Estrecho de Taiwán y en los mares Meridional y Oriental como un “desafío sin precedentes al orden internacional basado en normas”. Afirmó que la expansión del autoritarismo requiere una respuesta conjunta de las democracias del mundo y pidió mayor unidad frente a lo que describió como una amenaza a la estabilidad global.
“Taiwán permanecerá junto a las democracias del mundo para hacer frente a los desafíos, apoyar el orden internacional basado en reglas, defender la paz a través de la fuerza y proteger el modo de vida libre y democrático que tanto nos ha costado conseguir”, afirmó el mandatario.
Lai subrayó la importancia estratégica de Taiwán en la región del Indo-Pacífico, al estar ubicada en la llamada “primera cadena de islas”, una línea de defensa geopolítica que va desde Japón hasta Filipinas y que ha sido identificada por analistas como clave en la contención del poder naval chino.
“Estamos en una posición clave en la primera cadena de islas. Esto convierte a Taiwán en un pilar fundamental para la paz y la estabilidad en el Indo-Pacífico”, aseguró el presidente. Añadió que su administración trabajará para profundizar las alianzas con otras democracias con el objetivo de “promover la prosperidad y el desarrollo globales”.
El mandatario isleño también reiteró que su Gobierno mantiene el compromiso de no alterar unilateralmente el statu quo en el Estrecho, una postura que ha sido respaldada por Estados Unidos y varios socios regionales, pero que contrasta con la creciente agresividad del discurso y las acciones de Beijing.
En los últimos años, China ha incrementado la frecuencia de sus ejercicios militares alrededor de la isla, incluyendo el uso de aviones de combate que cruzan la línea media del Estrecho —una frontera no oficial que había sido respetada durante décadas— y maniobras navales en aguas cercanas. Además, ha impulsado una ofensiva diplomática para reducir el número de países que reconocen a Taipéi como gobierno legítimo.
El Partido Democrático Progresista (PDP), en el poder desde 2016 y liderado por Lai desde 2024, sostiene que Taiwán ya es un país soberano bajo el nombre de República de China, con su propio sistema político, Ejército y Constitución. El Gobierno taiwanés defiende que su futuro solo puede ser decidido por sus 23 millones de habitantes.
Mientras tanto, la presión militar de China continúa en aumento. Según el Ministerio de Defensa taiwanés, solo en 2023 se registraron más de 1.700 incursiones aéreas por parte de aviones militares chinos en su zona de identificación de defensa aérea (ADIZ), una cifra que duplica los niveles de años anteriores.
En este contexto, el mantenimiento del gasto militar cercano al 3 % del PIB refleja la estrategia del Gobierno de fortalecer la capacidad de disuasión sin provocar una escalada directa. Para Taipei, la defensa de su sistema democrático y su soberanía se ha convertido en una prioridad frente a una amenaza regional que, en palabras de William Lai, “no es solo un asunto de Taiwán, sino una responsabilidad compartida para la seguridad en todo el mundo”.
(Con información de EFE)