El turismo de lujo en Europa experimenta un giro decisivo en 2025. Los viajeros con mayores recursos buscan destinos que ofrezcan privacidad y exclusividad, abandonando las locaciones clásicas donde el protagonismo público era la regla.
Los espacios saturados por multitudes, antes sinónimo de estatus, ceden terreno a lugares discretos y remotos, donde la intimidad y el anonimato se convierten en los nuevos símbolos de prestigio.
El cambio en las preferencias también impacta en la oferta hotelera. Las marcas tradicionales redefinen sus estrategias, desarrollando alojamientos que priorizan la privacidad y la experiencia personalizada, con villas y cabañas independientes dentro de complejos turísticos. El auge de estas regiones emergentes refleja un deseo creciente por escapar de lo común, con destinos que no están al alcance masivo.
Destinos secretos para viajeros exigentes
Córcega y Èze, en Francia, aparecen como alternativas para quienes buscan el encanto mediterráneo sin las aglomeraciones de la Riviera Francesa. Córcega destaca por sus playas vírgenes, calas escondidas y fincas como Domaine de Murtoli, que ofrece villas aisladas con acceso privado a la costa.
Por su parte, Èze conserva su carácter medieval y ofrece alojamientos únicos como el Château de la Chèvre d’Or, ubicado en edificaciones centenarias con vistas al mar y jardines en terrazas.
Este enclave despertó interés en figuras como Bono, Barack Obama y Leonardo DiCaprio. La conexión con estas zonas es sencilla: un vuelo de París a Córcega o Niza de aproximadamente 90 minutos seguido de un breve trayecto en coche.
En el corazón de Europa, el lago Jasna en Eslovenia se consolida como uno de los destinos de lujo más atractivos y poco conocidos. Su entorno combina montañas alpinas con influencia mediterránea y sabores eslavos en la gastronomía local. Las bodegas boutique elaboran vinos naturales que compiten con los mejores de París.
Asimismo, el interés por esta región crece rápidamente, con un aumento del 34% anual en consultas, según datos citados por Bloomberg.
El hotel Milka, ubicado en los Alpes Julianos, destaca por su diseño minimalista y una cocina de alta gama a cargo del chef David Žefra. Se puede acceder al lago con vuelos directos a Liubliana desde varias capitales europeas, y traslados por carretera de poco más de una hora.
El lago de Orta y los Dolomitas en Italia ofrecen una alternativa tranquila frente a los destinos tradicionales saturados, como el lago de Como o Amalfi. Allí se puede disfrutar de la serenidad con opciones como Casa Fantini, donde se puede alquilar una lancha eléctrica para navegar con total privacidad.
La isla de San Giulio, con su basílica del siglo XII, añade un componente histórico y espiritual al paisaje. En los Dolomitas, la reciente apertura de alojamientos como Ancora Cortina, rehabilitado por el fundador de Diesel, Renzo Rosso, integra la tradición con el lujo contemporáneo. Los accesos incluyen vuelos a Milán o Venecia, seguidos de desplazamientos en coche.
Menorca, la joya tranquila del Mediterráneo
Menorca emerge como un destino preferido en las Islas Baleares, menos bullicioso que Ibiza o Mallorca y reconocido por sus extensos senderos, clubes de playa apacibles y áreas naturales protegidas que albergan aves poco comunes.
Las propiedades de lujo como Santa Ana y Son Ermità se adaptan a las demandas de exclusividad y tranquilidad. El primer lugar es una masía de 200 años que se alquila en su totalidad para grupos reducidos, mientras que el último ofrece habitaciones con acceso a un amplio terreno y restaurante especializado en mariscos.
Actividades como el senderismo, kayak y la visita a la galería de arte Hauser & Wirth complementan la oferta. Menorca cuenta con vuelos directos desde Barcelona y Madrid.
La nueva dimensión del lujo: privacidad y exclusividad
La directora ejecutiva de Sienna Charles, Jaclyn Sienna India, destacó a Bloomberg que “se observa un cambio de los típicos destinos de lujo hacia destinos que ofrecen una mayor sensación de privacidad y exclusividad”.
Este fenómeno afecta tanto a multimillonarios como a un segmento más amplio de viajeros de alta gama. Por su parte, Melissa Biggs Bradley, fundadora de la agencia Indagare, señaló que “los hoteles están creando más alojamientos independientes, como cabañas, para que la gente pueda disfrutar de la privacidad de una villa de alquiler incluso dentro de un resort”, reflejando la evolución en la demanda de experiencias discretas, reforzada por la pandemia.
Este giro en el turismo reconfigura las expectativas sobre los viajes de lujo en Europa, privilegiando destinos con acceso restringido, naturaleza intacta y propuestas que combinan confort con una atmósfera exclusiva, lejos del bullicio y las modas masivas.