Christian Horner, Max Verstappen y Helmut Marko durante una de sus últimas carreras juntos en la F1 (REUTERS/Susana Vera)

La escudería Red Bull Racing, uno de los equipos más exitosos de la Fórmula 1, atraviesa una transformación profunda tras la salida de Christian Horner, quien lideró la organización durante dos décadas. La sede central de Red Bull GmbH en Fuschl am See, Austria, reforzó su control sobre las operaciones de en la sede de Milton Keynes, Reino Unido, iniciando una reestructuración interna que redefine el futuro del equipo.

Según informó el medio especializado Motorsport, la marcha de Horner marca el inicio de una nueva etapa en la gestión y estructura de la escudería, con la sede austriaca asumiendo un papel más activo y decisivo.

Horner, figura emblemática de la estructura de la bebida energizante, dejó su cargo como director del equipo tras veinte años al frente. Su salida, que se produjo pocas horas después de la carrera en Silverstone, responde a una serie de factores que, según el asesor Helmut Marko hicieron inevitable el final de su era. “Varios factores influyeron. Pero, sobre todo, el rendimiento no era el que habíamos previsto”, declaró uno de los hombres fuertes a Sky Alemania durante el Gran Premio de Bélgica.

La decisión de prescindir de Horner fue tomada por la dirección de Red Bull, en particular por Oliver Mintzlaff, uno de los tres consejeros delegados designados tras el fallecimiento de Dietrich Mateschitz, fundador de la compañía. Mintzlaff, quien ya había mostrado su descontento en eventos recientes, fue señalado como el principal responsable de la destitución. La salida de Horner se produjo en un contexto de intensas luchas de poder que, durante los últimos 18 meses, marcaron el balance interno de la escudería.

¿Se quedará Super Max en Red Bull en 2026? (REUTERS/Yves Herman)

La marcha de Horner dio paso a una revisión integral de la estructura y funcionamiento de Red Bull Racing. La sede austriaca, tradicionalmente menos visible en la gestión diaria del equipo de Fórmula 1, asumió un rol central en la toma de decisiones y en la supervisión de las operaciones en Milton Keynes. Motorsport detalló que la fábrica británica, considerada durante años como territorio de Horner, está siendo evaluada por los directivos austriacos, quienes consideran que los mismos resultados podrían haberse alcanzado con una plantilla más reducida.

Helmut Marko explicó al sitio austríaco ORF que el objetivo es “revisar todo para lograr la máxima eficiencia”, en respuesta a lo que algunos en el paddock describen como un «crecimiento descontrolado» de la organización en los últimos años. Marko subrayó que Horner controlaba todos los detalles y áreas, lo que generó zonas donde el rendimiento se vio afectado. Por ello, la nueva estrategia se centra en delegar responsabilidades y optimizar la estructura interna.

Durante esta fase de transición, la sede de Salzburgo aporta su experiencia en áreas como marketing y comunicaciones, mientras se nombran nuevos responsables para los distintos departamentos. “Hasta que se nombren los jefes de departamento adecuados, Salzburgo prestará su apoyo”, afirmó Marko.

El relevo en la dirección técnica y operativa de Red Bull Racing quedó en manos de Laurent Mekies, ingeniero con experiencia previa como director del equipo Racing Bulls en Faenza. El francés, con pasado en Ferrari, asumió oficialmente la responsabilidad general, aunque el plan a largo plazo es dividir las funciones que antes concentraba Horner entre varios responsables. “El objetivo es evitar cuellos de botella”, explicó Mekies al asumir el cargo, citado por Motorsport.

Laurent Mekies, el nuevo jefe de equipo de Red Bull tras el despido de Horner (REUTERS/Manon Cruz)

La organización de Milton Keynes cuenta con unos 2.000 empleados y la nueva estructura busca que Mekies se concentre en cuestiones técnicas y en el equipo de carreras, mientras que áreas como marketing, el proyecto RB17 y los trenes de potencia tendrán sus propios responsables. Marko destacó que “otros equipos ya han demostrado las ventajas de este enfoque” y elogió el trabajo previo de Mekies en Racing Bulls, que en la actualidad marcha en el séptimo puesto del Campeonato de Constructores 2025 con 41 puntos, a dos de Sauber, que sumó la mayoría de sus unidades gracias al 3° lugar de Nico Hulkenberg en el GP de Gran Bretaña.

Mekies, por su parte, reconoció la singularidad del liderazgo de Horner: “Nadie sustituirá su carácter. Nadie puede ponerse exactamente en su lugar. He venido a hacer el trabajo de director general y de director de equipo”. El nuevo director subrayó que la prioridad es mantener el enfoque adecuado y evitar cuellos de botella en todos los niveles de la organización.

La salida de Horner tuvo un impacto inmediato en el ambiente interno de Red Bull. Según los rumores en el paddock, el llamado «Equipo Verstappen“, integrado por el padre de Max Jos, el cuatro veces campeón mundial y su mánager Raymond Vermeulen, habría encontrado una renovada tranquilidad tras la destitución. La narrativa mediática también cambióo: mientras que el N° 1 fue vinculado a Mercedes en las últimas semanas, ahora se espera que permanezca en el equipo principal de la estructura al menos hasta 2026, temporada que tendrá el cambio de reglamento.

No obstante, Helmut Marko rechazó la existencia de facciones internas: “No hay facción Verstappen, ni facción austriaca o tailandesa. Toda la empresa funciona en armonía. De lo contrario, el tipo de éxito que hemos tenido -tanto comercial como en la pista- no sería posible”, afirmó el asesor a la cadena Sky.

Aunque Horner ya fue “liberado de sus funciones operativas”, sigue oficialmente bajo contrato con Red Bull. Actualmente, ambas partes negocian un acuerdo de rescisión, durante el cual el británico mantiene su salario íntegro. El contrato de Horner tenía vigencia hasta finales de 2030, lo que implica cinco años y medio restantes en el vínculo.

Horner fue despedido tras el mal presente del equipo luego del GP de Gran Bretala (REUTERS/Gintare Karpaviciute)

Según el diario británico The Telegraph, Horner podría recibir una indemnización superior a los 50 millones de libras (más de 58 millones de euros) si se liquida la totalidad del contrato vigente, sin contar posibles bonificaciones u otros ingresos asociados a su permanencia en el cargo. Las negociaciones también consideran la posibilidad de que Horner reclame hasta 60 millones de libras (más de 70 millones de euros), dependiendo de los términos finales.

Durante este periodo, Horner cumple un “gardening leave“, lo que significa que, aunque sigue percibiendo su salario, permanece desvinculado de la operativa diaria y no puede firmar por otro equipo hasta que se acuerden los términos finales, incluyendo cláusulas de confidencialidad y restricciones de competencia. De acuerdo con Sky Sports, su regreso a la Fórmula 1 no se produciría antes de enero de 2026.

El salario de Horner lo situaba entre los directores de equipo mejor remunerados de la Fórmula 1. Según las cuentas, el salario anual del director mejor pagado (cargo que ocupaba Horner) pasó de 8,04 millones de libras en 2022 a 8,92 millones en 2023, un incremento del 11%. Esta cifra lo consolidó como el director de equipo mejor pagado de la categoría, solo superado por Toto Wolff, director de Mercedes, cuyo salario anual ronda los 13,6 millones de libras.

Tras la salida del jefe todopoderoso en la escudería más exitosa de los últimos años, el “juego de poder en Red Bull” se puso en marcha. Y al parecer, la sede central de la compañia en Austria ganó preponderancia con miras al futuro de uno de los equipos más ganadores e la F1.