El ataque armado sería parte de la pugna territorial entre dos narcobandas.

La masacre ocurrida la noche del domingo 27 de julio en el cantón El Empalme, provincia de Guayas, dejó 17 personas muertas y al menos 14 heridas. La Policía Nacional ha confirmado que el ataque estaría relacionado con la disputa territorial entre las bandas criminales Los Choneros y Los Lobos, que operan en esta zona fronteriza entre Guayas, Los Ríos y Manabí. Ambas son las megabandas más poderosas, violentas y con mayor dominio territorial en Ecuador.

El hecho se produjo alrededor de las 21:00, en un bar al aire libre ubicado en el centro de la parroquia La Guayas, mientras el cantón celebraba sus fiestas locales. Según testigos entrevistados por los agentes, dos camionetas llegaron al sitio con entre ocho y diez hombres armados con fusiles y pistolas, quienes dispararon indiscriminadamente contra las personas que se encontraban dentro y en los alrededores del establecimiento. Algunos intentaron escapar por los costados del local, pero fueron alcanzados por las balas. Una de las víctimas incluso intentó refugiarse en una unidad policial que se encontraba a pocos metros del bar.

De los 17 fallecidos, la Policía ha logrado identificar a 14. Entre ellos constan tres mujeres y un menor de edad, considerado por las autoridades como víctima colateral. Las demás víctimas eran clientes del local que no presentaban antecedentes penales ni vínculos con organizaciones delictivas, de acuerdo con los informes policiales preliminares.

La cantina que fue la escena del ataque. (X/Fiscalía de Ecuador)

El mayor Óscar Valencia, jefe subrogante del distrito El Empalme, indicó que el ataque estaría motivado por una pugna entre Los Choneros y Los Lobos. Señaló que los sicarios habrían estado buscando a un hombre que estuvo en la cantina horas antes del crimen, pero al no encontrarlo, dispararon contra todos los presentes. Ninguna de las personas asesinadas sería el objetivo directo del ataque, según la versión policial recogida por varios medios nacionales.

Las unidades de inteligencia criminal enviaron al menos 40 agentes desde Quevedo, Buena Fe y Yaguachi para ejecutar allanamientos e investigaciones en los alrededores. Las primeras diligencias no permitieron ubicar a los autores materiales, por lo que las autoridades presumen que podrían haber huido hacia otras jurisdicciones. Los 17 cadáveres fueron trasladados a la morgue de Quevedo, mientras que los heridos permanecen internados en hospitales de esa ciudad, así como de El Empalme y Buena Fe.

Esta matanza se suma a una serie de ataques letales que han marcado el 2025 como el año más violento en la historia reciente del Ecuador fuera del sistema carcelario. Según el registro de medios nacionales, se trata de la segunda peor masacre no penitenciaria del país, solo superada por el asesinato de 22 personas en Socio Vivienda 2, en el noroeste de Guayaquil, el pasado 6 de marzo. También se reportan hechos similares ocurridos en abril en El Carmen, Manabí, con 12 víctimas, y en Playas, Guayas, donde al menos 10 personas fueron asesinadas por sicarios una semana antes de la masacre de El Empalme.

A pesar de los estados de excepción, la declaratoria de conflicto armado interno y el despliegue militar impulsado por el Gobierno de Daniel Noboa desde enero de 2024, las masacres continúan con una frecuencia alarmante. En los primeros seis meses del año se registraron más de 4.000 homicidios, superando las cifras del mismo periodo en 2023, cuando se reportaron 3.700 asesinatos. Si la tendencia se mantiene, Ecuador podría cerrar el año con una tasa de homicidios de 52 por cada 100.000 habitantes.

Mientras las investigaciones avanzan, no se han reportado detenciones y la población permanece atemorizada, temiendo que una nueva matanza pueda repetirse en cualquier momento. Esto no solo ha afectado la cotidaniedad de las personas sino también ha causado repercusión en el turismo y la movilidad interna de Ecuador.