El EMAE registró una leve caída de 0,1% en comparación con abril (Imagen Ilustrativa Infobae)

La actividad económica mostró una recuperación en 2024, pero permanece estancada desde marzo, con menor impulso en salarios y crédito. Algunos sectores aún crecen, aunque más lento, mientras que el consumo interno avanza con dificultad y el turismo sigue en recesión.

El Indec publicó esta semana el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo, que registró una leve caída de 0,1% en relación con abril. En la comparación interanual, el índice mostró un crecimiento del 5%, mientras que el acumulado de los primeros cinco meses de 2025 refleja una expansión de 6,1%.

No obstante, de acuerdo a la consultora Invecq, la recuperación iniciada a mediados del año pasado se interrumpió en febrero, ya que a partir de marzo -mes previo a la salida parcial del cepo cambiario-, la economía empezó a mostrar signos de estancamiento, con una desaceleración en el ritmo de crecimiento. El informe ejemplificó que se estancaron los salarios y el crédito crece pero a una menor velocidad.

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Los primeros indicadores de junio apuntan a una continuidad de esta tendencia, y en julio es probable que la reciente volatilidad en las tasas, sumada al elevado costo de financiamiento en términos reales, también haya afectado negativamente a distintos sectores

Desde una perspectiva sectorial, señala Invecq, se mantiene la dinámica de diferentes velocidades. Algunos sectores mantienen un impulso significativo, aunque con señales de desaceleración. Los ligados al consumo interno muestran una recuperación gradual, mientras que el turismo receptivo y la ocupación hotelera siguen en recesión.

“De cara al cierre del año, mantenemos nuestra proyección de suba del 5% del PBI para 2025. Sin embargo, este número está fuertemente influenciado por el efecto arrastre estadístico de la segunda mitad de 2024 y del impulso observado en los primeros meses del año. Nuestro pronóstico muestra que la economía cerraría el año en niveles similares a los del fines de 2024, por lo que el crecimiento restante requerido para alcanzar el 5% proyectado sería de alrededor de 1%“, estimó Invecq.

Dificultad y “techo” estructural

En este contexto, “vuelve a ponerse en evidencia la dificultad estructural de la economía argentina para superar los techos de actividad alcanzados en los últimos años. Para quebrar esta inercia de estancamiento, será imprescindible que en los próximos meses se consolide la estabilización macroeconómica y se impulse una nueva fase de reformas estructurales -previsional, tributaria, laboral y fiscal- que doten al país de una mayor productividad y capacidad de crecimiento sostenido”, añadió.

Más verdes que rojos

Por su parte, desde LCG resaltaron que los primeros datos adelantados de junio muestran más verdes que rojos. Concretamente, relacionados al consumo, aumentó la importación de bienes de consumo (+3,1 mensual sin estacionalizar), la recaudación real de IVA DGI (+8,9%), los préstamos prendarios y personales (+2,4%y +1,5%), los patentamientos de motos (+4,2%) y autos usados (+1,9%).

Los únicos negativos fueron las ventas minoristas (-6,7%), la recaudación por el impuesto al cheque (-6,3%) y los préstamos de tarjeta de crédito (-0,9%). Respecto a la construcción y la industria (sectores relevantes por su ponderación), “los indicadores de avance no lucen concluyentes”, dice la consultora.

Y proyecta: “Seguimos estimando un sendero con altas y bajas, que difícilmente implique un crecimiento sostenido y pujante en los próximos meses. Proyectamos un crecimiento en torna 5% anual para 2025, de los cuales 4,7 puntos porcentuales se explican por el arrastre estadístico que dejó la recuperación hasta mayo”.

Tendencia al estancamiento

En tanto, en CP Consultores señalan que “con un ancla cambiaria debilitada y una salarial tan rígida, los límites a los ingresos reales se hacen evidentes y los efectos en el consumo y la demanda agregada convalidan mes a mes la tendencia al estancamiento. Los datos del EMAE de mayo y el anticipo para junio confirman esta hipótesis. Se confirman los efectos de un programa rengo, en el que solo sobrevive el ancla salarial”.

Al respecto, detallaron que en el comienzo de 2025 se verificó una caída histórica en los ingresos de los trabajadores, que contrarrestó una parte importante de la recuperación de los ingresos de fines de 2024. El salario real, luego de estar 4 puntos arriba de noviembre de 2023, se sitúa 1,4% por debajo en la última medición.

Es decir, el salario de bolsillo cayó 5,5% en apenas 4 meses. Una contracción del poder adquisitivo equivalente a la mitad de la de comienzos de 2024, luego del cambio de gobierno.