Una voz aparentemente amiga, recomendaciones de personas conocidas y un precio sensiblemente menor al del mercado. Así comenzó para muchos la secuencia que terminó con más de 200 damnificados, algunos varados en el exterior y cientos de familias perdiendo los ahorros de toda una vida.
Detrás de la maniobra figura el nombre de Karyna, una mujer que reside en un departamento en el barrio porteño de Retiro y quien está ahora internada en un sanatorio del microcentro. La causa ya está en manos de la fiscalía y la Justicia, mientras siguen apareciendo víctimas que narran el modo en que todo parecía casi un trámite “seguro”.
El método se explica en un audio de WhatsApp que la propia acusada envió a sus clientes, donde detallaba cómo decía conseguir los pasajes de avión para viajar a Europa a precios mucho menores.
Karyna hablaba de un supuesto sistema de una aerolínea española, al que accedían solo trabajadores con antigüedad. “Iberia tiene el beneficio para sus empleados de darles 16 boletos al año para amigos y familiares”, explicaba en un mensaje donde aseguraba que era exclusivo de personal jerárquico y con más de 12 años en la compañía.
Según su relato, existían dos tipos de boletos: los de stand-by, sin asiento asignado y con entrega a último momento, y los “confirmados”.
Sobre estos últimos, decía en el mismo audio: “Son 16 boletos al año confirmados, con la plaza de asiento y valija de 23 kilos y un carry on de nueve kilos. A diferencia de los otros, los empleados tienen que pagar más o menos entre 300 a 400 euros en impuestos porque, obviamente, son boletos confirmados, y te los venden a 1.200 dólares cada pasaje, en el cual tú me puedes dar la fecha de tu vuelo máximo con 50 días de antelación. Es decir, que puedes viajar indicándome la fecha en ese tiempo”.
Entre los aspectos que hacían verosímil la propuesta estaban los detalles minuciosos sobre el sistema. Karyna indicaba que los boletos servían para vuelos directos de Buenos Aires a Madrid, con tres opciones diarias en distintos horarios, y que la decisión sobre el vuelo específico la tomaba un sistema automático.
También sumaba la posibilidad de extender el viaje a otros destinos de Europa o dentro de España, siempre con escala en Madrid y breves.
La mujer también enviaba un mensaje de texto a través de WhatsApp que reforzaba esa misma explicación, detallando cada paso del sistema y respondiendo preguntas frecuentes de las víctimas: los pasajes podían utilizarse hasta febrero de 2026, no se podía hacer cambios ni transferirlos y los menores de dos años solo pagaban un porcentaje por impuestos.
Además, aclaraba que el sistema informaba al pasajero en qué vuelo específico viajaría recién cuando se asignaba la reserva, unos días antes de embarcar. El check in debía hacerse 24 horas antes del vuelo desde la web de la aerolínea, sin derecho a elegir el asiento, sin pagar un extra. Siempre aclaraba que la fecha de viaje debía pasarla como mínimo 50 días antes.
El manejo con total soltura de estos detalles y la cantidad de personas efectivamente viajando fortaleció la confianza de quienes se iban enterando de la oferta. Según indicaron distintas víctimas, hubo una etapa inicial en la que quienes pagaron recibieron pasajes y pudieron volar, lo que aumentó aún más el boca a boca.
El colapso
Pero en las últimas semanas, todo colapsó: se multiplicaron los reclamos, aparecieron personas varadas en el exterior que no podían abordar el regreso y otros compradores nunca recibieron sus tickets, de acuerdo a lo que contaron los propios damnificados, que comenzaron a contactarse entre sí.
Según consta en la causa, además de Karyna existía una mujer señalada como su socia o ayudante, quien también hizo una denuncia aportando su documento y contando que, igual que otros damnificados, le había pagado a la acusada. Esa mujer decía que solo seguía instrucciones y que incluso su propia madre resultó estafada.
Las maniobras no se limitaron solo a vuelos a Europa: a través de WhatsApp, Karyna también ofrecía paquetes a destinos como Cancún y Bayahibe, con vuelo y estadía en hoteles de alta categoría.
El destino y el valor de los servicios ofrecidos reforzaban el carácter tentador de la propuesta. Los cupos eran limitados, con tarifas en dólares y fechas de viaje abiertas hasta mayo de 2026.
El expediente quedó en manos del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N 57 dirigido por la jueza María Fabiana Galletti, quien delegó la investigación a la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°58, a cargo del fiscal Jorge González.