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A Carlos Enrique Rodríguez, comerciante de 61 años, lo asesinaron a fines de junio durante un robo en su almacén del barrio Fortunato de la Plaza, en Mar del Plata. Ya había dos apresados por el crimen, pero en las últimas horas cayó el presunto homicida. Se trata de “El Pelaca”, acusado de ser quien disparó el tiro mortal. ¿Qué lo incrimina? Una pericia balística entre la bala que le extrajeron del cuerpo al almacenero y un proyectil vinculado a un ataque a un vecino.

Agentes de la DDI local lo detuvieron este domingo. Tiene 22 años y quedó imputado por homicidio agravado criminis causa y robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real, en una causa que ya tiene a otros dos detenidos y está a cargo de la UFI Nº1 de la fiscal Florencia Salas.

El arresto se concretó en la vía pública, sobre la avenida Polonia al 1900, luego de que personal del Gabinete de Homicidios lograra ubicar al sospechoso tras varias jornadas de seguimiento.

“El Pelaca” era conocido en el asentamiento donde se ocultaba por portar habitualmente armas de fuego, y se encontraba vinculado a otro hecho violento: había sido señalado por dispararle con un revólver calibre .22 largo a un vecino que le recriminó el robo de una garrafa. La misma munición, según consta en el expediente, sería compatible con la bala extraída del cuerpo de la víctima.

El tercer sospechoso por el crimen del almacenero, preso

El crimen del almacenero ocurrió el pasado 27 de junio, minutos antes de la medianoche. El Comando de Patrullas recibió un alerta al 911 por la presencia de un hombre herido en el interior de un comercio.

Al llegar al local de Fortunato de la Plaza al 8500, los policías constataron que Rodríguez yacía en el suelo con una herida de arma de fuego en la región intercostal izquierda, sin orificio de salida. Estaba muerto.

El hombre que llamó al 911 para avisar del robo indicó haber visto salir a dos sospechosos del negocio, uno de ellos conocido como Brandon, llevándose objetos hacia el pasillo del asentamiento.

Con la intervención de la Comisaría 16ª y la posterior reasignación del caso al Gabinete de Homicidios de la DDI, se dio inicio a una serie de tareas investigativas: relevamientos, toma de testimonios y análisis de cámaras.

Los tres detenidos

El 28 de junio por la mañana, la instrucción penal preparatoria pasó formalmente a manos de la DDI. Esa misma tarde, identificaron a Brandon: de 21 años, los investigadores detectaron cuatro domicilios vinculados al sospechoso, entre ellos su lugar habitual de descanso, la vivienda de su madre y otro inmueble donde habría escondido el arma utilizada.

Dos días después saltó el nombre de un segundo sospechoso, de 33 años. La fiscal Salas ordenó la detención simultánea de ambos y allanamientos en los objetivos previamente relevados.

Las detenciones se concretaron el 1º de julio. Pero Brandon ya estaba preso: ese mismo día había caído por un hurto en tentativa en la esquina de Avenida Polonia y Fortunato de la Plaza. Recuperó momentáneamente la libertad por orden de la UFI de Flagrancia, pero quedó inmediatamente detenido por el homicidio del almacenero.

El sospechoso de 33 años fue capturado durante los allanamientos. En los operativos, se secuestraron tres camperas, dos pantalones, una botella de fernet, un paquete de chupetines, un parlante y un teléfono celular, elementos que habrían sido sustraídos durante el asalto. También se incautó otro teléfono para análisis forense.

La pista de un tercer involucrado tomó fuerza tras varios testimonios y seguimientos posteriores y el dato del peritaje balístico. “El Pelaca” fue finalmente identificado como el autor del disparo que terminó con la vida de Rodríguez, según la hipótesis investigativa.

Con estos elementos, el 18 de julio se solicitó la orden de detención, que se efectivizó este lunes, cuando fue interceptado por personal policial mientras caminaba por la avenida Polonia.

El nuevo detenido fue trasladado a la Unidad Penal N°44 de Batán, donde también se encuentran alojados los otros dos acusados. Con la detención de Valenzuela, la fiscalía considera completa la tríada de autores del hecho, aunque no se descarta la existencia de otros cómplices o encubridores. La causa sigue en plena etapa de instrucción.