Solo dos de cada diez personas están satisfechas con lo que pueden comprar con sus ingresos (Flickr)

La mitad de los argentinos no logró ahorrar en los últimos seis meses, según una encuesta nacional elaborada por D’Alessio IROL y Berensztein. El relevamiento muestra un escenario económico complejo para los hogares, donde tres de cada diez personas afirman que sus gastos superan sus ingresos y otros dos de cada diez señalan que apenas logran llegar a fin de mes.

La imposibilidad de generar ahorros se enmarca en un contexto de fuerte ajuste del consumo. El 81% de los encuestados declara haber reducido sus gastos en los últimos meses, un comportamiento que se intensifica entre los votantes opositores. En ese segmento, la proporción que debió recortar erogaciones asciende al 95%, mientras que entre los votantes oficialistas es del 70%.

Los rubros más afectados por estos recortes fueron el entretenimiento (65%), la ropa y el calzado (43%) y, de forma más preocupante, los alimentos básicos (32%).

En paralelo, las prioridades de gasto se enfocaron en cubrir servicios esenciales (79%), alimentos (68%) y salud o medicación (46%). Otros ítems, como el pago de la tarjeta de crédito (28%), el alquiler (23%) y la educación (18%) quedaron más relegados.

Pese a la desaceleración de la inflación registrada en los últimos meses, la percepción ciudadana sobre el alivio que genera este fenómeno está lejos de ser homogénea. Apenas un 43% de los encuestados dice experimentar “mucho alivio” por la caída del índice de precios. En cambio, un 44% afirma no sentir ningún alivio y un 13% dice que siente poco.

La encuesta también refleja un elevado nivel de disconformidad respecto al poder de compra. Solo dos de cada diez personas están conformes con lo que pueden adquirir con sus ingresos actuales. Esta insatisfacción se extiende incluso entre quienes apoyan al oficialismo.

Qué se espera para la economía

Respecto de la evolución de la situación económica en términos generales, el informe marca una reversión de las expectativas positivas que se venían sosteniendo hasta mayo. Si bien el 46% de los encuestados considera que la economía está mejor que hace un año, el 53% opina lo contrario. Además, las perspectivas para los próximos 12 meses muestran un empate técnico: el 48% cree que la situación mejorará, pero un 47% estima que empeorará.

Otro dato significativo es la caída continua, durante cinco meses consecutivos, de la evaluación positiva de la situación económica en comparación con el año pasado. Este deterioro en las percepciones acompaña el desgaste de las expectativas optimistas, en un contexto donde la recuperación todavía no se percibe de forma concreta en los hogares.

En suma, el informe deja en evidencia que, más allá de ciertas mejoras macroeconómicas, la sensación de alivio es desigual, el consumo sigue en retracción, y el ahorro continúa fuera del alcance de buena parte de la población. La preocupación por el presente y el futuro económico es transversal, aunque se expresa con mayor intensidad entre quienes no apoyan al Gobierno.

El relevamiento también muestra que solo una minoría está conforme con su capacidad actual de consumo, y que las decisiones de gasto se enfocan mayoritariamente en cubrir necesidades básicas. La combinación de una inflación en descenso con un poder adquisitivo limitado genera una percepción dispar entre los encuestados.

Además, la encuesta señala que las expectativas a futuro se encuentran divididas y que continúa disminuyendo, por quinto mes consecutivo, la evaluación positiva de la situación económica en comparación con el año anterior. En conjunto, los resultados permiten dimensionar cómo la coyuntura económica impacta en el comportamiento financiero de los hogares, tanto en la planificación del gasto como en la posibilidad de generar ahorros.