Más de 350 personas murieron en los combates registrados desde el domingo en la ciudad de Sweida, ubicada en el sur de Siria y de mayoría drusa, según el más reciente balance comunicado en la madrugada del jueves por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Entre las víctimas se cuentan al menos 79 combatientes drusos, 55 civiles, 189 integrantes de fuerzas gubernamentales y 18 combatientes beduinos. El informe también menciona a 15 soldados y miembros de las fuerzas del orden que perdieron la vida tras bombardeos israelíes tanto en el sur del país como en Damasco.
El ejército sirio anunció el miércoles que comenzaría su retirada de Sweida, tras varios días de enfrentamientos allí. Esta decisión se tomó después de una solicitud de Estados Unidos y tras los ataques aéreos de Israel sobre objetivos en Damasco. Según el OSDH, los combates se desataron tras el secuestro de un comerciante de verduras druso y han enfrentado a miembros de esta minoría contra tribus beduinas sunitas.
Las fuerzas del gobierno sirio ingresaron a Sweida el martes con el objetivo de retomar el control, pero tanto el OSDH como testigos y grupos drusos acusaron a los militares de cometer abusos, incluyendo ejecuciones de civiles y saqueos. El Ministerio de Defensa de Siria indicó: “Las fuerzas del ejército comenzaron a retirarse de la ciudad de Sweida en aplicación de los términos del acuerdo logrado después del fin de las operaciones contra grupos fuera de la ley”.
Israel, que controla los Altos del Golán sirios desde 1967, reiteró en los últimos días que no tolerará la presencia de fuerzas militares cerca de su frontera. Este miércoles, las fuerzas israelíes bombardearon el cuartel general del ejército sirio en el centro de Damasco. En paralelo, Estados Unidos, aliado de Israel, ha apostado por la desescalada. El secretario de Estado Marco Rubio declaró que se había alcanzado un acuerdo para “restaurar la calma” y expresó en la red social X: “Hemos acordado pasos específicos que pondrán fin a esta situación preocupante y horrible esta noche”.
Según el OSDH, entre los fallecidos se encuentra el trabajador de prensa Hassan al Zaabi, quien murió en Sweida mientras ejercía su labor profesional, aunque no se detalló para qué medio trabajaba. El sindicato de periodistas sirio lamentó su muerte y confirmó que participaba activamente en la cobertura del conflicto.
La situación en Sweida agravó el clima de tensión en Siria y expuso la dificultad a la que se enfrenta el gobierno de transición liderado por Ahmed al Sharaa, quien junto a una coalición de grupos rebeldes derrocó en diciembre al dictador Bashar al Assad en medio de una guerra civil que dura casi 14 años.
Los drusos, una minoría religiosa con raíces en el islam chiíta y presencia notable en El Líbano, el sur de Siria y el Golán ocupado, han sido principales protagonistas y víctimas recientes de la violencia en Sweida. El jefe de la diplomacia iraní, Abbas Araqchi, condenó los bombardeos israelíes y afirmó que el régimen israelí “no conoce límites”, manifestando el respaldo de Irán a la soberanía siria. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también pidió el cese de la escalada de ataques, señalando su preocupación respecto al despliegue de fuerzas israelíes en el Golán, según su portavoz Stephane Dujarric.
Las autoridades sirias informaron el hallazgo de varias decenas de cuerpos en el Hospital Nacional de Sweida, según el Ministerio de Sanidad y la agencia oficial SANA, después de la retirada de las facciones enfrentadas y tras los intensos combates que comenzaron el martes. Previamente, el Ministerio de Defensa sirio acusó a grupos locales de tomar posiciones en el hospital durante los choques.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, calificó la situación como “muy grave” y afirmó que el ejército israelí interviene “para salvar a los drusos” con ataques contra posiciones sirias, incluyendo el cuartel general militar en Damasco y objetivos en Sweida.
En medio de la violencia, el líder religioso druso Hikmat al Hejri hizo un llamamiento a líderes mundiales, incluido el presidente estadounidense Donald Trump y Netanyahu, para que intervengan: “Nuestro pueblo está siendo exterminado y asesinado a sangre fría”.
Las autoridades no han actualizado oficialmente el número total de víctimas en las últimas horas. Sin embargo, el OSDH continúa reportando el incremento de fallecidos, con al menos 350 muertos entre combatientes, civiles y miembros de las fuerzas gubernamentales, mientras la retirada parcial del ejército sirio intenta facilitar una salida negociada a la crisis.
Sweida, ubicada en la zona meridional de Siria, sigue siendo el epicentro de los enfrentamientos donde la tensión entre minorías, grupos armados y fuerzas regionales evidencia la complejidad del conflicto en la región.
(Con información de AFP, EFE y EP)