Alex Barrena consiguió este año su primer título en el circuito Challenger en Tucumán, en un certamen organizado por la Asociación Argentina de Tenis

En paralelo a los flashes que ponen en el centro de la escena al All England Lawn Tennis and Croquet Club con la 138ª edición de Wimbledon, Infobae habló con una de las revelaciones del tenis argentino de este 2025: Alex Barrena. El nacido en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 10 de octubre de 2002 inició la temporada en el escalón 565º del ranking ATP y actualmente ocupa el puesto 260º. En el transcurso de seis meses, el tenista de 22 años consiguió tres títulos, entre ellos su primer ATP Challenger, y alcanzó una final y una semi que sirven como argumentos válidos para soñar con la qualy del US Open.

Durante los primeros minutos de la entrevista, Barrena expuso los detalles y la intensidad de una vida que se asemeja más a la de un auténtico trotamundos que a la de un jugador de tenis. “Estoy en mi casa, entrenando. Volví unos días. Ahora me voy de nuevo. Voy a jugar unos Challengers en Alemania, Países Bajos y Finlandia. Me voy un mes, aproximadamente”, reveló días atrás quien esta semana cayó en la primera ronda del Challenger 125 de Braunschweig ante el español Roberto Carballés Baena (74º) tras superar la clasificación.

Sobre sus inicios en el deporte de la bola fluorescente, reveló: “Empecé a jugar el tenis desde muy chiquito por mi familia, en el Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA). Jugaban todos al tenis. Mi papá es entrenador. Me crié con una raqueta en la mano”.

Según confesó el porteño, su participación en los torneos de Menores de la Asociación Argentina de Tenis era recurrente, más allá de que en su categoría “no destacaba”. Finalmente, debido a una sucesión de resultados positivos, tomó la decisión de dar el siguiente paso: la etapa juvenil. En 2020, Alex disputó el main draw de Roland Garros Junior, donde se instaló entre los ocho mejores tras derrotar al español Pablo Llamas Ruiz, al brasileño Natan Rodrigues y al francés Martin Breysach. En el duelo que definía el boleto a semifinales del Major parisino, cedió frente al suizo Leandro Riedi, quien recientemente superó la qualy en Wimbledon. “En ese momento lo sentí como algo muy positivo. Uno juega Junior para ir a los Grand Slams. Fue una experiencia muy linda que voy a recordar siempre”, expresó.

Alex Barrena fue uno de los protagonistas del Challenger Edición Villa María de la AAT realizado en 2024 (Foto: Omar Rasjido / Prensa AAT)

En 2021, el año siguiente a cerrar su etapa juvenil, Barrena afrontó sus primeras experiencias en certámenes profesionales en el exterior del país. Al menos desde las estadísticas, los resultados no fueron alentadores. De todas formas, entre 2022 y 2023, mientras se estrenaba en los Challengers y sumaba rodaje y confianza a nivel ITF, logró sus primeros trofeos en el circuito de mayores: los M15 de El Cairo, de Antalya, de Warmbad Villach y de Santa Cruz de la Sierra. “Tuve una etapa de irme bastante al exterior. Siento que, a la vez, hace bien, está bueno. Te ayuda mucho mentalmente. Te hacés más fuerte. Estás lejos de tu familia, de tu casa”, reflexionó.

En cuanto a la posibilidad de tener torneos de carácter internacional en Argentina y el hecho de viajar solo, agregó: “Siempre es positivo por el hecho de que no tenés que viajar tanto y de que te ahorrás mucha plata. Eso, a la larga, ayuda. Cerca de casa, mismas costumbres, misma cultura. Es muy importante. Europa es caro, viajás solo al principio. Tampoco hay muchos argentinos afuera como para compartir. Obviamente costó, pero vas aprendiendo y, al fin y al cabo, esas experiencias te sirven”.

En 2024, el tenista que se encuentra bajo las órdenes de Gustavo Tavernini sufrió una fractura en una zona cercana a la espalda y debió ponerle pausa a la actividad profesional. Tras numerosas e incansables sesiones de kinesiología, el oriundo de la Capital Federal logró recuperarse y, a pesar de que su ranking padeció una severa caída, cerró la temporada con una final y un campeonato en los M15 de Azul y de Santiago, respectivamente.

Si bien iniciaría el 2025 sin inconvenientes físicos, el balance de los primeros nueve torneos fue negativo desde la perspectiva del resultado: el argentino acumuló cuatro victorias y nueve derrotas al cabo de 13 semanas. Sin embargo, luego de un mes de descanso, el cambio fue radical. Barrena sumó cinco éxitos al hilo y cedió tan solo un set para conquistar su tan ansiado primer título ATP Challenger en Tucumán. “Todos van al torneo con la expectativa de ganarlo. Pero cuando fueron pasando los partidos lo veía más real. Me sentía jugando muy bien, estaba muy cómodo”, reconoció.

Alex Barrena también se consagró este año en el Challenger de Santa Cruz de la Sierra

El tenista de 22 años continuó en sintonía y, en 56 días, llegó a las semifinales del Challenger de Porto Alegre, alzó nuevamente el trofeo del M15 del Warmbad Villach, el del M25 de Grasse y obtuvo su segundo Challenger en Santa Cruz de la Sierra. De esa manera, en 23 semanas, Barrena escaló un total de 305 lugares en el escalafón mundial y se situó a pocos puestos de la puerta de entrada de las clasificaciones de los Grand Slams. “No me lo puse como objetivo. Quiero seguir jugando y que las cosas se den. Me siento cómodo en el cemento, pero prefiero el polvo de ladrillo”, analizó respecto a su juego.

Ese cambio en el rendimiento no fue magia y analizó a qué se debió: “No se me venían dando los resultados a principio de año. Pero yo sentía que estaba jugando bien. En algún momento tenía que caer la moneda de mi lado. Con Gustavo (Tavernini) empezamos a laburar mucho más la cabeza. Me ayudó bastante. Creo que fue clave para que se empiecen a dar los resultados, más allá del juego”.

Quienes lo vieron jugar, no dudan en comparar su estilo con el de una leyenda argentina como Guillermo Coria. “Me lo dicen bastante. Mucho diría. Y muy seguido. Es imposible compararme”, sostuvo entre risas.

Después de escasos meses de competencia, Alex Barrena se posicionó como una de las sorpresas albicelestes del año. Sin embargo, su objetivo es claro: terminar la temporada saludable y no volver a vivir aquel calvario denominado “lesiones”.