Los restos estaban en una fosa común y pertenecerían a víctimas de una epidemia (Foto: @Hechosanderecho)

Una veintena de restos óseos fueron hallados este jueves durante una excavación en un predio del barrio Campo de la Ribera, en la zona sudeste de la ciudad de Córdoba. Se trata de un terreno cercano al ex centro clandestino de detención, que operó durante la última dictadura militar.

Según informaron fuentes judiciales y forenses, el procedimiento se activó tras el aviso de quienes realizaban las excavaciones. El personal del Equipo de Antropología Forense y expertos en criminalística arribaron para asegurar el área, coordinar las tareas de levantamiento de los restos y comenzar la investigación sobre su origen.

A pesar de haber sido descubiertos en un área que durante 1975 y mediados del 78 fue uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más importantes de la provincia, los especialistas en el tema indicaron que no estarían vinculados con esta etapa de la historia. La conclusión surgió de una primera inspección que determinó que los restos eran antiguos y no presentaban signos de violencia reciente.

Las pericias iniciales señalan que los cadáveres pertenecerían a víctimas de una epidemia de cólera que azotó a la región hacia finales del siglo XIX, especialmente durante el brote epidémico de 1880 que provocó numerosas muertes en todo el país. Sin embargo, no se descarta ninguna hipótesis.

De acuerdo con lo que indicó el portal local ElDoceTV, los vecinos del barrio Campo de la Ribera recordaron que este no es el primer hallazgo de estas características en la zona, puesto que, cuando se construyó el barrio sobre antiguos terrenos descampados, aparecieron restos similares atribuidos a las consecuencias de la misma epidemia.

Los investigadores subrayaron que continuarán con el procedimiento de estudios exhaustivos sobre los restos, análisis de laboratorio y relevamiento arqueológico en el área.

Por su parte, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia y el Ministerio Público Fiscal emitieron un comunicado conjunto para pedir cautela ante el descubrimiento. Además, señalaron que se seguirán todos los protocolos para identificar los restos y confirmar la hipótesis epidemiológica, según indicó el portal El Litoral.

El Cementerio Municipal de Avellaneda (EAAF)

Identificaron los restos de una estudiante asesinada durante la última dictadura

En abril de este año, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó la identificación de los restos de Virginia Beatriz Tempone, una estudiante de Derecho de Mar del Plata, secuestrada y asesinada en 1977 durante la última dictadura cívico-militar. La joven, de 21 años, fue inhumada en una fosa común en el Cementerio Municipal de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires.

Tempone había sido secuestrada el 26 de enero de 1977. Además de ser estudiante, militaba políticamente y residía en Mar del Plata. La investigación comprobó que el 5 de abril de ese año, poco más de un mes después de su secuestro, fue asesinada en la zona de Acceso Sudeste y Arroyo Santo Domingo, en Avellaneda.

El cuerpo de Tempone fue enterrado en una fosa común el 19 de abril de 1977. Los equipos forenses exhumaron los restos en 1989 y recién ahora pudo confirmarse la identidad gracias a las muestras sanguíneas aportadas por familiares, que permitieron el cotejo de ADN.

A finales de marzo de este año, el EAAF también restituyó los restos de Antero Daniel Esquivel, un inmigrante paraguayo desaparecido en 1977. Esquivel, electricista y miembro activo de la Juventud Obrera Católica, fue secuestrado en su vivienda en Villa Caraza, Lanús, y recluido en el centro clandestino Vesubio. Tras la recuperación democrática, su familia acudió a la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). En 2005, se exhumó una fosa común en el Cementerio de Lomas de Zamora, donde finalmente encontraron el cuerpo de Esquivel e identificaron su identidad mediante cotejo genético con su hermana.

De acuerdo con el registro de la organización, hasta la fecha se han identificado alrededor de 700 personas con cuerpo y más de 140 mediante huellas dactilares, aunque quedan al menos 800 casos sin identificar. La mayoría de las víctimas identificadas corresponden a desapariciones ocurridas en los años 1976 y 1977, el periodo de mayor represión registrado en el país.