El reciente anuncio del presidente Volodimir Zelensky sobre la flexibilización de las normas de exportación de drones en Ucrania ha generado tanto entusiasmo como incertidumbre entre los fabricantes y socios europeos. El Parlamento ucraniano aún discute la legislación que regulará estas exportaciones, mientras las empresas del sector se preguntan qué tecnologías podrían quedar restringidas, qué cuotas se establecerán y cuáles son las expectativas reales de los ejércitos y compañías de defensa europeas respecto a la industria ucraniana de drones.
En este contexto, la noticia principal es que los fabricantes de drones ucranianos podrían recibir pronto autorización para exportar su tecnología y experiencia a países vecinos de Europa, lo que podría transformar el panorama del rearme europeo y la cooperación en defensa.
La industria de drones en Ucrania ha experimentado un crecimiento notable, con cientos de empresas desarrollando decenas de modelos que, aunque a menudo parecen sencillos, han demostrado una eficacia significativa en el campo de batalla. Según Yaroslav Azhnyuk, fundador y director ejecutivo de The Fourth Law, los drones ucranianos pueden parecer “de baja tecnología” en cuanto a ingeniería, pero existen “muy buenas razones para que empresas ucranianas ofrezcan esta capacidad como servicio a nuestros socios europeos”. Esta afirmación, recogida por la cadena DW, subraya la relevancia de la experiencia adquirida en combate, donde la flexibilidad y la adaptación han sido claves.
Los fabricantes ucranianos han recurrido a componentes disponibles en el mercado, combinando piezas importadas con ordenadores sencillos, software de código abierto y elementos impresos en 3D. Esta estrategia ha permitido reducir la dependencia de importaciones y perfeccionar tecnologías como la telemetría en situaciones reales de combate. Además, las empresas recopilan una gran cantidad de datos sobre las condiciones del frente, incluyendo información sobre las contramedidas rusas, lo que les otorga una ventaja competitiva. The Fourth Law asegura estar a la vanguardia en este proceso.
A pesar de estos avances, la capacidad de producción de Ucrania supera la financiación disponible. En junio, Zelensky declaró que el país solo podía financiar el 60% de los productos de defensa que podía fabricar. Esta limitación presupuestaria ha llevado a la industria a advertir que, sin la posibilidad de exportar, el sector se enfrentará a un estancamiento. Kateryna Mykhalko, directora general de Tech Force in UA —una coalición de más de 70 empresas tecnológicas de defensa—, sostiene que “el sistema debería equilibrarse”. Según Mykhalko, si una empresa puede producir más de lo que el Gobierno puede adquirir, “debería tener la oportunidad de operar a nivel internacional”.
La competencia europea se intensifica con la llegada de empresas como Helsing, fabricante alemán de drones con inteligencia artificial, que atrae inversiones internacionales y puede producir fuera de Ucrania, manteniendo la capacidad de desplegar sus equipos en el país. Esta situación plantea el riesgo de que la propiedad intelectual de las soluciones más innovadoras termine en manos extranjeras. Artemm Vyunnyk, cofundador y director ejecutivo de Athlon Avia, advierte: “Si restringimos la exportación y la transferencia de tecnología, en tres o cinco años descubriremos que toda la propiedad intelectual de las soluciones más recientes pertenecerá a empresas extranjeras”.
Athlon Avia produce actualmente el dron de vigilancia Furia y desarrolla un nuevo dron de munición merodeadora, conocido como “Silent Thunder”. Vyunnyk explica que este último podría fabricarse fuera de Ucrania para proteger la producción de posibles ataques rusos.
Hasta ahora, Kiev ha rechazado sistemáticamente las solicitudes de exportación de sus empresas de defensa, priorizando el abastecimiento del frente interno. La necesidad de armas más pesadas, que las capitales europeas se niegan a suministrar directamente, ha llevado a considerar la exportación de drones como una vía para generar recursos que permitan a Ucrania desarrollar su propio armamento.
El anuncio de la flexibilización de las exportaciones ha sido recibido con interés, pero también con interrogantes sobre su implementación. Las empresas del sector buscan claridad sobre las restricciones tecnológicas, las cuotas y las demandas específicas de los ejércitos europeos. Mientras la guerra continúa y la tecnología evoluciona rápidamente, los fabricantes ucranianos consideran poco probable que alguna empresa pueda suministrar de inmediato grandes volúmenes a otros ejércitos. Por ello, apuestan por la creación de empresas conjuntas que produzcan primero para Ucrania y, posteriormente, para otros países.
La Unión Europea ha destinado 150.000 millones de euros en préstamos para fomentar asociaciones de defensa entre Ucrania y países europeos. El fundador de TAF Drones, Oleksandr Yakovenko, ya ha recibido solicitudes de empresas del Reino Unido, Dinamarca y Nueva Zelanda. Paralelamente, el Gobierno británico anunció que los fabricantes ucranianos proporcionarán datos del campo de batalla a empresas británicas, que luego enviarán sus drones de regreso al frente. Según un comunicado oficial, este acuerdo beneficiará tanto a Ucrania como a los “empleos británicos”.
Estas alianzas reflejan la presión que enfrentan las naciones europeas para fortalecer sus propias industrias de defensa y el papel de Ucrania como referencia para los fabricantes europeos de drones. No obstante, la inseguridad del territorio ucraniano sigue siendo un obstáculo para la producción local.