Granadas RG-VO rusas con gas lacrimógeno

Reino Unido ha anunciado este lunes nuevas sanciones contra el responsable de las tropas de defensa radiológica, química y biológica de las Fuerzas Armadas rusas, el general de división Alexéi Rtishchev, y su adjunto, el general de división Andrei Marchenko.

Según la lista actualizada por el Gobierno británico, tanto Rtishchev como Marchenko “son o han sido responsables de participar o promover actividades prohibidas relacionadas con armas químicas” y han estado involucrados en su transferencia y uso en Ucrania.

En este nuevo paquete de sanciones, Londres también ha incluido al Instituto de Investigación Científica de Química Aplicada, que “proporcionó granadas antidisturbios RG-VO al Ejército ruso”, utilizadas “como método de guerra contra Ucrania” en contravención de la Convención sobre Armas Químicas.

Las sanciones se producen después de que la Inteligencia de Alemania acusara el pasado viernes al Ejército de Rusia de hacer un mayor uso de las armas químicas que, según el Bundesnachrichtendienst (BND), se ha vuelto una “práctica habitual” en el marco de la guerra.

Kiev ya denunció en enero de 2024 la utilización de granadas RG-VO que contienen la sustancia química CS, un tipo de gas lacrimógeno. El uso de este tipo de armas está prohibida por la Convención de Armas Químicas de la ONU, de la que forma parte Rusia como país firmante.

Poco después de aquella denuncia, representantes de Rusia y Estados Unidos chocaron en una reunión de los países miembros de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), en La Haya, después de que este organismo haya confirmado la presencia de sustancias químicas tóxicas en muestras tomadas en Ucrania tras un incidente en septiembre.

FOTO DE ARCHIVO: Sede de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) en La Haya, Países Bajos (REUTERS/Piroschka van de Wouw)

Bonnie Jenkins, subsecretaria de Control de Armas y Seguridad Internacional de Estados Unidos, aseguró estar “horrorizada por la escala y frecuencia del uso por Rusia de agentes antidisturbios como arma de guerra contra las fuerzas ucranianas”, y el representante ruso, Kirill Lysogorsky, culpó a Kiev del uso “sistemático de sustancias químicas tóxicas” contra las fuerzas rusas.

La OPAQ publicó un informe sobre una visita de asistencia técnica a Ucrania, que hicieron los expertos de la organización a petición de Kiev, y que confirma la “presencia del compuesto químico tóxico 2-Clorobencilidenomalononitrilo, conocido como CS”, un gas lacrimógeno, en un incidente en la región de Dnipro el pasado 20 de septiembre.

“Durante la misión, el equipo de expertos del Secretariado Técnico (equipo TAV) recopiló documentación y archivos digitales, tomó testimonios de testigos y recibió tres muestras recolectadas por Ucrania: un proyectil de granada y dos muestras de suelo”, explicó la organización, con sede en la ciudad neerlandesa de La Haya.

La OPAQ encargó los análisis a laboratorios designados, que estudiaron los restos de “manera separada e independiente”, y después “confirmaron que las muestras del proyectil de granada y de suelo recogidas” contienen el agente antidisturbios CS, cuyo uso como método de guerra está prohibido bajo la Convención sobre las Armas Químicas.

El director de la organización, Fernando Arias, recordó que todos los países firmantes de la Convención “han declarado que cualquier uso de armas químicas es totalmente inaceptable y violaría las normas legales y estándares de la comunidad internacional” y expresó su “profunda preocupación” por estos hallazgos.

En este sentido, Jenkins aseguró que el uso de gases lacrimógenos en el frente “no ha sido un secreto” y señaló que esto está “bien documentado” por diferentes partes, incluidas las “tropas y medios estatales rusos”, por lo que acusó a Moscú de “mentir” sobre el uso de sustancias químicas tóxicas en el campo de batalla.

Lysogorsky habló de “propaganda” y acusó a Ucrania de ser quien está haciendo uso de esas sustancias prohibidas contra soldados y civiles rusos. Aseguró que Moscú tiene “pruebas irrefutables” de ello, analizadas por laboratorios rusos, e instó a “castigar a los perpetradores”.

En general, el gas lacrimógeno CS es aceptado como una sustancia que no es letal, pero su uso fuera de contextos en los que se busca el control de disturbios, como en el campo de batalla, se considera un“método de guerra” yestá prohibido por la Convención. Los efectos de esta sustancia incluyen irritación de los ojos, las vías respiratorias y la piel.

(Con información de EP y EFE)