Lennart Monterlos, durante su travesía en bicicleta desde Francia hasta Asia

Un joven ciclista franco-alemán, identificado como Lennart Monterlos, de 18 años, se encuentra desaparecido en Irán desde el 16 de junio. El adolescente, oriundo del este de Francia, emprendía una travesía en bicicleta desde Europa hasta Asia, cuando se perdió todo rastro de su paradero tras cruzar la frontera iraní. Su familia alertó a las autoridades tras varios días sin contacto, y desde entonces, el caso ha encendido las alarmas en los servicios diplomáticos franceses y alemanes, preocupados por la posibilidad de que se trate de una nueva detención arbitraria por parte del régimen iraní.

Fuentes diplomáticas en París señalaron que están en contacto con la familia y confirmaron que se sigue el caso “con preocupación”. Aunque no existe confirmación oficial sobre si Monterlos se encuentra bajo custodia de las autoridades iraníes, su desaparición se produce en un contexto de creciente hostilidad hacia ciudadanos occidentales. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia ha reiterado su recomendación de no viajar a Irán, citando lo que considera una “política deliberada de toma de rehenes” por parte del gobierno de Teherán.

Actualmente, cerca de 20 ciudadanos europeos se encuentran detenidos en Irán bajo cargos poco claros o acusaciones de espionaje. La mayoría de los casos siguen sin resolverse y muchos han sido mantenidos en secreto durante meses. Entre los detenidos hay al menos tres europeos arrestados recientemente; dos de ellos están acusados de espiar para Israel. Las condiciones de detención, según informes de organismos internacionales, suelen incluir falta de acceso a abogados, aislamiento prolongado y juicios que no cumplen con estándares mínimos de debido proceso.

09/12/2018 Agentes de la Policía de Irán durante una patrulla en la capital, Teherán (Europa Press/Contacto/Rouzbeh Fouladi)

Uno de los casos más emblemáticos es el de los franceses Cécile Kohler, de 40 años, y Jacques Paris, de 72, arrestados en mayo de 2022 y ahora imputados por espionaje, un cargo que puede conllevar la pena de muerte. Francia ha calificado su detención como arbitraria y ha exigido su liberación inmediata. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, mantuvo recientemente una conversación telefónica con su homólogo iraní, Abbas Araghchi, para reiterar esa exigencia, aunque no se ha confirmado si en dicha llamada se abordó también el caso del joven ciclista.

Alemania también ha expresado su inquietud. Meses atrás, un ciclista alemán fue detenido en Irán bajo sospecha de haber fotografiado instalaciones nucleares. Las autoridades iraníes lo acusaron de espionaje, en una causa que se mantiene con escasa transparencia. La televisión estatal difundió imágenes del arresto como parte de una campaña para justificar la vigilancia intensiva a turistas occidentales en regiones sensibles.

Los expertos en relaciones internacionales y derechos humanos advierten sobre el uso sistemático de lo que se conoce como “diplomacia de rehenes”. Este patrón, según estudios del European Council on Foreign Relations, busca utilizar a ciudadanos extranjeros como moneda de cambio en negociaciones diplomáticas o como represalia en contextos de presión internacional. Casos como el del belga Olivier Vandecasteele, liberado tras 456 días en prisión gracias a un intercambio de prisioneros, o el del diplomático sueco Johan Floderus, aún detenido, refuerzan la percepción de que el régimen iraní instrumentaliza las detenciones con fines geopolíticos.

Foto archivo. Un policía iraní prepara la ejecución pública de un asesino iraní convicto. [EDITORS NOTE GRAPHIC CONTENT]

La Unión Europea ha respondido imponiendo sanciones contra funcionarios judiciales y penitenciarios iraníes, además de bloquear bienes y prohibir viajes a varios responsables del aparato represivo. Entre los sancionados figuran directivos de la prisión de Evin, notoria por sus condiciones inhumanas, y jueces de tribunales revolucionarios implicados en procesos sin garantías. Las medidas, adoptadas en abril, buscan aumentar el costo diplomático de esta estrategia de detención arbitraria.

Pese a estos esfuerzos, la situación de Lennart Monterlos permanece en la penumbra. Su última actualización pública, compartida a través de una plataforma de financiación colectiva, describía su entusiasmo por recorrer el mundo en bicicleta antes de comenzar sus estudios universitarios. Desde entonces, ningún mensaje, ninguna imagen, ningún indicio.

Organizaciones de derechos humanos, familiares de los detenidos y ex prisioneros han exigido a los gobiernos europeos adoptar una postura más firme. Denuncian que las respuestas diplomáticas actuales —advertencias de viaje, declaraciones públicas o sanciones graduales— no han logrado frenar las detenciones. Voces como la de Ana Diamond, activista británico-iraní que estuvo presa en Irán, sostienen que las democracias occidentales “evitan confrontar directamente” al régimen iraní por temor a escalar los conflictos, lo que en la práctica alimenta la impunidad.