El Tratado de Libre Comercio MERCOSUR – EFTA creará un área de libre comercio de casi 300 millones de personas

A la espera de la ratificación del acuerdo con la Unión Europea, el Mercosur firmará un tratado de libre comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), lo cual creará un mercado extenso y estratégico para la diversificación de las relaciones económicas. El pacto, que incluye 50 exenciones arancelarias, representa una oportunidad exportadora relevante para la Argentina, en un contexto de ventas récord hacia este bloque y un intercambio comercial superavitario.

Las negociaciones con la EFTA, integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza; empezaron en marzo de 2015 y en 2019 se logró alcanzar un principio de acuerdo. El trabajo posterior consistió en un proceso de revisiones legales y técnicas.

“El Tratado de Libre Comercio Mercosur – EFTA creará un área de libre comercio de casi 300 millones de personas con un PBI combinado de más de USD 4,3 trillones. Ambos lados se beneficiarán de mejoras de acceso a los mercados para más del 97% de sus exportaciones, traduciéndose en un incremento del comercio bilateral y ventajas para empresas e individuos», comunicó Cancillería.

Cumbre de presidentes del Mercosur y Estados Asociados en el Palacio San Martín

En 2024, la Argentina registró exportaciones a la EFTA por USD 1.660 millones, marcando un máximo histórico. Esto responde fundamentalmente a que Suiza es el principal comprador del oro argentino. De hecho, el año pasado fue destino de cerca del 37% de las ventas mineras totales, siendo el primer mercado del sector.

“El valor de exportación del oro creció más del 50%, apuntalando fuertemente el comercio en dólares con el bloque. Incluso, Argentina abastece cerca del 14% de las importaciones de plata de Suiza”, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Exportaciones argentinas a la EFTA desde 2002 hasta 2024

Al mismo tiempo, con inversiones por más de USD 8.600 millones al segundo semestre de 2024, la EFTA es el quinto inversor extranjero en el país. De este total, Suiza explica el 94% del stock. Los rubros en los que las empresas se desempeñan a nivel local van desde alimentos hasta joyería.

El mayor potencial de crecimiento en este mercado radica en los bienes agroindustriales. Si bien aún falta conocerse la letra chica del documento que se rubricará, el acuerdo de 2019 desgravaba el comercio industrial y otorgaba bajas de aranceles y cupos para el agro.

Estos últimos, en aquel entonces, incluían carnes, miel, lácteos, frutas frescas, trigo, maíz, aceites vegetales y vinos. Ahora, las condiciones de acceso a la EFTA serán fundamentales, ya que el agro de este bloque tiene más protección que el sector rural de la Unión Europea, de acuerdo con el BID.

Aunque ya se exportan muchos de estos productos, se abren oportunidades para dinamizar sectores como el ganadero, dado que el tratado contemplaba cupos por cerca de 4.000 toneladas de carne vacuna libre de aranceles.

De todos modos, Argentina ya provee una amplia gama de importaciones de Suiza: el 26% de las compras de carne de caballo, el 24% de los jugos cítricos, el 20% de las pieles, el 11% del aceite de maní, el 8% de la miel y el 7% de la carne bovina, según la Agencia de Inversiones y Comercio Internacional.

Además, se abastece a Noruega con el 39% del maní sin cáscara y el 30% de los moluscos. “Viene creciendo su demanda de productos argentinos tales como vino, manzanas y miel, entre otros”, resalta la BCR.

Finalmente, Argentina es origen del 46% de las importaciones de pescados y calamares congelados de Islandia, mercado que trae buenas perspectivas para las exportaciones de mariscos.

El acuerdo prevé mejoras de acceso a mercados para más del 97% de las exportaciones de ambos bloques (Imagen: Shutterstock)

Otro punto importante es que el PBI per cápita de la EFTA es cerca del triple que el argentino, motivo por el cual hay una población con mayor capacidad de compra para la colocación de manufacturas.

El impacto

A criterio de Mariano Kestelboim, ex embajador ante el Mercosur, “el acuerdo está bien diseñado en favor del comercio entre los dos bloques. El problema para Argentina es que se está afirmando en un escenario donde hay muchas complicaciones para la industria vinculadas a otras medidas de apertura, como la reducción de aranceles y la liberalización de condiciones para importar”.

“Entonces, con una aduana mucho más flexible que no está controlando los precios y las condiciones de importación en general; puede haber un perjuicio grave, incluso irreparable, para la industria nacional”, señaló.

Igualmente, Kestelboim consideró que el acuerdo es auspicioso para las exportaciones primarias y las expectativas son favorables en ese sentido.

Por su parte, Marisa Bircher, ex secretaria de Comercio Exterior y titular de la consultora Biglobal, aseguró: “El acuerdo entre el Mercosur y la EFTA representa una oportunidad estratégica para insertarnos en mercados de alto poder adquisitivo, como Suiza y Noruega, con condiciones preferenciales para nuestros productos. Esto no solo mejora la competitividad de las exportaciones agroindustriales e industriales, sino que también estimula inversiones, impulsa el acceso a licitaciones públicas en Europa y fortalece cadenas de valor”.

Asimismo, “en un contexto global marcado por la fragmentación comercial, avanzar en acuerdos con actores económicos estables y previsibles es clave para diversificar mercados y reducir la dependencia de socios tradicionales. Este tratado abre puertas a la cooperación tecnológica y al desarrollo de estándares sostenibles que pueden elevar la calidad y proyección de la producción regional. En definitiva, es un paso concreto hacia una inserción internacional más inteligente, con impacto directo en el empleo, la producción y la innovación local.”

En tanto, Marcelo Elizondo, consultor y analista económico internacional, explicó que el tratado va a adicionar 100 millones de consumidores para el Mercosur y va significar también una mejora en la oferta y competencia agregadas en la economía local por las importaciones desde la EFTA.

“Es un acuerdo que debería anteceder al acuerdo con la Unión Europea, que es importante. El Mercosur es un bloque muy cerrado y que se logre la apertura de mercados sin obstrucciones arancelarias viene bien”, planteó.