La industria turística colombiana muestra señales claras de expansión y transformación. Entre enero y mayo de 2025, más de 2.17 millones de colombianos viajaron fuera del país, según datos de Migración Colombia, reflejando un salto cualitativo en los hábitos de consumo.
Ya no se trata de viajes ocasionales, sino de decisiones planificadas, digitales y cada vez más orientadas a experiencias integrales.
El estudio más reciente del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y Fontur confirma esta transformación: el viajero improvisado dio paso a un consumidor autónomo, que organiza sus viajes, reserva en línea y prioriza destinos de sol y playa con servicios personalizados.
Este escenario crea condiciones favorables para el desarrollo de proyectos hoteleros orientados al lujo. En ese contexto, el modelo all-inclusive se posiciona como una alternativa de inversión eficiente y rentable, especialmente en destinos del Caribe.
El modelo all-inclusive y la evolución del lujo experiencial
Durante años, el todo incluido fue percibido como sinónimo de volumen, estandarización y eficiencia. Hoy, en cambio, se redefine como un espacio para experiencias sofisticadas, inmersivas y adaptadas al perfil del viajero contemporáneo.
Fernando Fernández, vicepresidente de desarrollo para las Américas de Hyatt Inclusive Collection, explica que los nuevos desarrollos hoteleros han dejado atrás el formato rígido de servicios genéricos, para avanzar hacia un modelo de lujo que pone el foco en la personalización de experiencias, la integración cultural y la posibilidad de diseñar estadías a medida.
“La Colección Inclusiva de Hyatt lidera esta evolución ofreciendo actividades a la medida que permiten a los huéspedes sumergirse realmente en los destinos: desde exposiciones de arte hasta ceremonias locales”, señala.
Este cambio no responde únicamente a una necesidad del huésped. También demuestra el atractivo financiero del modelo para los inversionistas. Según Fernández, uno de los mayores beneficios de este esquema es su previsibilidad: “Al ofrecer alojamiento, gastronomía y actividades bajo un solo precio, se facilita la planificación de ingresos y necesidades operativas. A esto se suman ingresos complementarios por servicios adicionales como spas, que fortalecen el flujo financiero”.
La mirada del inversor: expansión con identidad caribeña
Para los inversionistas del sector hotelero, el modelo all-inclusive representa hoy una oportunidad clara de diversificación, rentabilidad y escalabilidad. El caso del Grupo Martinón, uno de los principales socios estratégicos de Hyatt en la región, ilustra con claridad este punto.
Artur Cabré, presidente de Inversiones Ocre Rojo y Varallo Comercial, describe la alianza con Hyatt como una plataforma que ha fortalecido tanto su estrategia comercial como la operación diaria. “La red global de Hyatt y su reputación premium nos abren puertas a viajeros de alto poder adquisitivo, principalmente de Norteamérica y Europa. A eso se suman estándares operativos y herramientas de marketing que aseguran una experiencia homogénea sin sacrificar la autenticidad dominicana”, explica.
Actualmente, Grupo Martinón concentra cerca del 70% de sus propiedades en Punta Cana-Bávaro, pero avanza con un ambicioso plan de expansión en nuevos polos como Pedernales, Miches y Punta Bergantín, este último un desarrollo emblemático en la costa norte dominicana. En paralelo, también extiende su presencia regional con operaciones en Cancún (Dreams Jade) y Aruba (Secrets Baby Beach), un mercado estratégico para captar visitantes de Europa y América del Sur.
Condiciones, riesgos y retornos: lo que el inversor debe considerar
El Caribe presenta condiciones excepcionales para el desarrollo hotelero, pero también desafíos que exigen una evaluación rigurosa. Las características climáticas de la región, marcada por temporadas de huracanes y tormentas tropicales, obligan a implementar estándares de resiliencia, desde el diseño arquitectónico hasta la operación diaria.
“En Hyatt Inclusive Collection evaluamos estos factores desde la etapa de planificación, priorizando medidas estructurales y protocolos que garanticen la continuidad del servicio y la seguridad de huéspedes y colaboradores”, detalla Fernández.
Otro aspecto determinante para la rentabilidad es la accesibilidad. La facilidad de conexión con mercados emisores como Estados Unidos, Canadá o Europa puede impactar directamente en los niveles de ocupación y en la competitividad de un destino frente a otros del mismo rango.
A esto se suma un componente clave en cualquier desarrollo: la elección del socio operador. “En Hyatt Inclusive Collection trabajamos con los posibles propietarios para identificar su visión y necesidades, garantizando el éxito mutuo al identificar el destino y la marca que mejor se adapten”, afirmó Fernández.
“Al fomentar la colaboración y las relaciones sólidas, podemos generar confianza y experiencia para seguir fortaleciendo nuestras relaciones existentes”, concluyó.
Este enfoque ha permitido a la compañía expandir su presencia a nuevos mercados como Santa Lucía y Aruba, y consolidar una red que responde a las expectativas del viajero y a los intereses del inversor en igual medida.