El ex presidente de Brasil Jair Bolsonaro anunció este martes que suspenderá todas sus actividades políticas durante el mes de julio por indicación médica, debido a “crisis de hipo y vómitos constantes” que le impiden incluso hablar. El anuncio se produjo mientras avanza el juicio en su contra ante el Supremo Tribunal Federal por tentativa de golpe de Estado, cuya sentencia podría emitirse entre septiembre y octubre.
Según informó su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, a través de redes sociales, el ex mandatario fue atendido en una consulta médica de urgencia y recibió la orden de guardar “reposo absoluto durante el mes de julio”. En un mensaje firmado por él mismo, Jair Bolsonaro afirmó: “La crisis de hipo y vómitos se volvieron constantes, hechos que incluso me impiden hablar”.
El ex líder de ultraderecha ha mantenido una agenda política activa en los últimos meses, realizando concentraciones en diferentes ciudades del país, incluyendo una reciente movilización el domingo pasado en la Avenida Paulista, en São Paulo, donde reunió a cerca de 12.000 seguidores.
La pausa anunciada ocurre en un momento crítico para Bolsonaro en el plano judicial. El ex mandatario es uno de los ocho acusados en el juicio que analiza un supuesto complot para evitar la asunción del actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, tras las elecciones de octubre de 2022. Según la Fiscalía General de la República, Bolsonaro, junto con ex ministros y altos mandos militares, habría impulsado diversas estrategias para desconocer el resultado electoral y sostenerse en el poder.
Una vez que esos planes iniciales fracasaron, la Fiscalía sostiene que los acusados incitaron la invasión de las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia el 8 de enero de 2023. En ese episodio, miles de simpatizantes bolsonaristas irrumpieron en el Palacio del Planalto, el Congreso Nacional y la sede del Supremo Tribunal Federal, causando destrozos y exigiendo la intervención militar contra el nuevo gobierno.
La Primera Sala del Supremo Tribunal Federal, encargada del caso, ya concluyó la fase de instrucción, que incluyó interrogatorios a los acusados y testimonios de testigos. El magistrado Alexandre de Moraes, instructor del proceso, abrió ahora un plazo de 15 días para que la Fiscalía presente sus alegatos finales. Posteriormente, los abogados defensores tendrán su turno para exponer sus argumentos ante el tribunal.
De acuerdo con la acusación, corroborada por documentos y declaraciones recogidas durante la fase de instrucción, Bolsonaro y los otros imputados buscaban “impedir, mediante diversos medios, la transmisión legítima del poder al presidente electo”, lo que configuraría el delito de tentativa de golpe de Estado. Los abogados del ex mandatario niegan los cargos.
La salud de Bolsonaro ha sido objeto de atención desde el atentado que sufrió durante la campaña presidencial de 2018, cuando fue apuñalado en el abdomen durante un acto público. Desde entonces, ha atravesado múltiples complicaciones en el aparato digestivo. En abril de este año, fue sometido a una operación para tratar una obstrucción intestinal, que lo mantuvo hospitalizado durante tres semanas.
El proceso judicial en su contra podría derivar en una condena penal y aumentar su ya comprometida situación política. Bolsonaro ya fue declarado inelegible por el Tribunal Superior Electoral en 2023 por abuso de poder político, lo que le impide presentarse a cargos públicos hasta 2030. El nuevo juicio por tentativa de golpe plantea ahora un escenario con consecuencias penales más severas.
El Supremo deberá decidir, tras recibir todos los alegatos, si existen elementos suficientes para condenar al expresidente y a los otros acusados. La expectativa es que la sentencia se conozca entre los meses de septiembre y octubre.
(Con información de EFE)