FOTO DE ARCHIVO. Botellas de vidrio en una planta de embotellamiento de vino en Cenicero, La Rioja, España. 8 de noviembre de 2021. REUTERS/Vincent West

La presión impositiva sobre la vitivinicultura argentina viene en aumento y en la comparativa casi duplica lo que hoy pagan una finca o una bodega de iguales características en Chile. Prácticamente la mitad de lo que se paga por una copa de vino, son impuestos.

Los datos surgen de un informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) por pedido de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar)

Con datos actualizados a 2025, la carga impositiva vigente en Argentina representa el 57,1% del “excedente puro” de producción de una finca y el 62,4% del de una bodega.

Por tamaño de empresa, la presión sube al 61,2%, si es una finca pequeña, o baja al 53,6% en caso de una finca grande; y en el caso de las bodegas se ubica en 63,4% para las pequeñas y en 58,4% para las grandes. dice el informe.

Se entiende como excedente puro de producción a la diferencia entre los ingresos totales menos los costos, extrayendo los impuestos. De esa diferencia, el pago de impuestos se lleva el 57,1% en una finca y el 62,4% en una bodega.

Otra forma de ver el peso de los impuestos es tomar el ejemplo de una bodega en Mendoza que tiene producción propia de uvas para vinificar. En este caso, sobre el total de ingresos (100%), los costos de producción, venta y administración se llevan el 81%, dejando un resultado empresario inicial del 19%. Sobre ese excedente de producción (19%), el pago de impuestos se lleva el 62,4 por ciento.

De estos valores se desprenden tres conclusiones clave:

  • La presión impositiva que pesa sobre la vitivinicultura en Argentina es mayor al promedio a nivel país
  • Casi duplica lo que pagan una finca o una bodega en Chile.
  • Y en el análisis histórico, desde que comenzó a medirse en 2017, ha ido en aumento.

Que el pago de impuestos en la vitivinicultura se lleve en Argentina el 57,1% del excedente de explotación de una finca o el 62,4% del mismo excedente de una bodega son valores altos incluso para la economía nacional y mayor al del promedio de la economía de países de la región.

Según destaca el informe de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo, supera la presión impositiva promedio para las actividades económicas de Mendoza (39%), la presión promedio nacional de Argentina que es del 37,7% sobre el excedente de explotación, e incluso la de Brasil (40,4%) y Chile (20,8%).

Puntualmente en Chile, mientras los impuestos que en promedio paga una finca se llevan el 33,3% del excedente puro de explotación, en Argentina representan el 57,1%. Mientras que, para una bodega, en Chile los impuestos toman el 42,4% del excedente puro y en Argentina son el 62,4%, exactamente veinte puntos porcentuales más.

Ahora bien, ¿cuál es el peso de los impuestos sobre el precio final en góndola? los estudios más recientes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), sobre el precio final en góndola, la presión tributaria ronda el 43 por ciento. Es decir que más de $4 de cada $10 que se pagan son impuestos.

Si se piensa en la competencia externa la situación es aún más grave. Las bodegas en la Argentina no sólo pagan mucho más que otros países productores, como Chile; también enfrentan costos mucho más altos.

En una entrevista reciente, el presidente de Coviar, Mario González, aseguró que los costos logísticos de exportación son cincos veces más caros en Argentina que en el país vecino, desequilibrio competitivo que se agrava porque los vinos chilenos, a diferencia de los argentinos, entran a muchos mercados sin pagar arancel.