Una coincidencia muy especial vivió Julieta Ortega en plena gira por el interior del país con Sex, la obra. Este fin de semana se presentó en la capital de Tucumán, la provincia en la que nació su padre, Ramón “Palito” Ortega. La actriz viajó unos kilómetros, justo el Día del Padre, para conocer la casa en la que el cantante nació, ubicada en la ciudad de Lules, hace 84 años.
A través de su Instagram compartió las postales del viaje no solo físico, sino emocional que vivió al encontrarse con la humilde vivienda en la que se crió el cantante de “La felicidad” y “Yo tengo fe”. “Hoy es el Día del Padre y el destino y mi trabajo me encuentran haciendo función en Tucumán. Fui a visitar tu casa, papá”, escribió, este domingo.
En la publicación aparece en la entrada de la casa, una estructura modesta, construida con paredes de color beige y con techo de chapa. “Qué huella tan honda dejás en tus hijos. Te amo, te amo, te amo”, afirmó Julieta, sensibilizada mientras mostraba algunas fotografías que pudo tomar del lugar.
Una vieja batea para lavar la ropa, una ventana de madera al frente y la estación de tren de la ciudad son algunas de las imágenes que la actriz capturó del que supo ser el hogar de su padre. Una forma muy sentida de la intérprete de hacerle honor a las raíces del artista.
Los comentarios de amigos y colegas celebraron la publicación de la hija de Palito y Evangelina Salazar. “Regalo de la vida. Hermoso día para tu papá, Juli”, comentó Gloria Carrá, compañera en la obra de José María Muscari. “Sí que se hizo de abajo tu viejo, eh. A puro talento y trabajo. Hermoso”, destacó la historietista Maitena. “¡Qué conmovedor, Juli!“, le dejó Inés Estévez en un posteo en el que también tuvo afectuosas reacciones de Vero Lozano, Diego Ramos, Susana Roccasalvo, Nancy Dupláa, Dolores Fonzi y muchos más.
En una entrevista con Infobae en marzo del año pasado, Palito recordó su infancia y cómo soñaba su vida. “Me parece que yo predije bastante mi vida siendo un chico. Porque yo vendía diarios en las colonias, allá en Tucumán, y entre pueblo y pueblo imitaba a un locutor de radio. ¡Y me presentaba yo mismo! Entonces, ahuecando las palmas de mis manos, hacía el sonido de la ovación, el aplauso. Y cantaba los temas que se escuchaban en ese momento…Curiosamente, cuando empecé como solista, un día llegué a Córdoba y me pasó algo muy particular”, rememoró.
“Subí al escenario y hubo como una avalancha del público. Entonces yo me tiré para atrás y me vi, exactamente y con una nitidez impresionante, en esa adolescencia en mi provincia, cuando simulaba el sonido de la gente que me estaba aplaudiendo. Me acuerdo que pasó todo eso como una película por mi cabeza. Y me di cuenta de que estaba viviendo aquello que en algún momento había soñado”, aseguró.
“Es que yo siento que hay que estar convencido para lograr lo que se quiere. Porque aquello en lo que uno no crea, no va a pasar. Así que primero tenemos que creer en nosotros mismos, tenemos que imaginarnos, tenemos que soñarnos… Me parece que ese es el diseño que después toma forma. El pensamiento es muy poderoso. Si yo pienso que me va a ir bien, seguramente, si no me va tan bien tampoco me va a ir mal. Pero uno condiciona mucho su actitud, su cuerpo, sus movimientos, sus palabras y su mirada con la mente”, compartió, sobre su camino.
“Yo creo que todo pasa por el pensamiento positivo que uno tiene que tener, incluso ante los problemas. Si uno cree que algo no se va a solucionar, ya está condicionando su accionar para que así sea. De manera que hay que creer primero en uno mismo, para que luego los demás crean en uno también”, expresó Palito.