Los sectores afines al ex presidente de Bolivia Evo Morales (2006-2019) decidieron este domingo hacer una “pausa humanitaria” en los bloqueos de vías que sostienen desde hace dos semanas para forzar la candidatura del ex gobernante en las elecciones nacionales del 17 de agosto.
“Determinamos una pausa humanitaria en la movilización nacional en carreteras, mientras se realice una investigación internacional exhaustiva, transparente e independiente de todos los hechos provocados por la intervención policial y militar instruida por el Gobierno de Luis Arce”, dicta su pronunciamiento.
Asimismo, indicaron que mantendrán “otras medidas de presión” hasta lograr que “renuncie” el Gobierno de Luis Arce.
Los seguidores del ex mandatario iniciaron hace dos semanas un bloqueo de carreteras en varias regiones de Bolivia en pos de conseguir la habilitación del ex mandatario como candidato en las próximas elecciones nacionales, a lo que se suman exigencias para que el Ejecutivo resuelva la falta de dólares y combustibles.
El miércoles, tres policías fallecieron por heridas de bala mientras intentaban llegar a la localidad de Llallagua, en el norte del departamento de Potosí, donde manifestantes atacaron a pobladores que trataban de despejar las vías.
Otro agente murió en la central región de Cochabamba tras ser retenido por los bloqueadores, quienes supuestamente activaron un explosivo en su cuerpo.
A esto se suma el deceso de un civil, presuntamente seguidor del ex presidente, que manipuló mal un explosivo, y el de un joven universitario que fue golpeado hasta morir acusado de ser “informante de la Policía”.
Sin embargo, Morales (2006-2019) dijo esta mañana, durante su programa en la emisora cocalera Kawsachun Coca, que lo ocurrido en Llallagua fue algo “bien montado” por el Gobierno para culpar al movimiento campesino.
También señaló que, presuntamente, en la acción militar y policial de desbloqueo en Llallagua hubo varios manifestantes muertos de los que “no se comunica nada”, aunque no dio nombres ni detalles al respecto.
En su pronunciamiento, los sectores afines al ex mandatario boliviano declaran un “duelo nacional” por las muertes que consideran resultado de los enfrentamientos entre bloqueadores y fuerzas de seguridad.
Además, se pide a los organismos internacionales “la conformación inmediata de una Comisión Internacional para la investigación exhaustiva y transparente” de esos hechos en los que presuntamente ocurrieron vulneraciones a los derechos humanos, entre otros puntos.
Los seguidores del ex gobernante comenzaron a finales de mayo algunas movilizaciones reducidas en La Paz para exigir que el ente electoral inscriba a Morales como candidato a la Presidencia, pese a que no cuenta con un partido político propio e intenta postularse con una agrupación que perdió su personalidad jurídica.
Luego, las organizaciones leales a Morales iniciaron los bloqueos de vías que se concentraron en la central Cochabamba, principal bastión político y sindical del expresidente, y en otras regiones desconectando el occidente con el oriente del país.
El presidente Luis Arce ordenó esta semana la intervención de la Policía y el Ejército para desbloquear las vías, ante lo que consideró un intento por habilitar la candidatura “inconstitucional” de Morales y el efecto de la protesta en el encarecimiento de los alimentos.
Morales insiste en ser candidato pese a que el Tribunal Constitucional ratificó recientemente que la reelección solo está permitida “por una única vez de forma continua”, sin posibilidad de un tercer mandato, por lo que Morales no puede ser candidato al haber gobernado Bolivia en tres periodos.
El ex gobernante, que renunció al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) después de casi 30 años, está distanciado de Arce desde finales de 2021 por las decisiones de gobierno, el control del partido y la candidatura presidencial.
(Con información de EFE)