Dos veces, durante esta charla, Jorge Asís va a esquivar elegantemente una pregunta. Las dos veces va a tener que ver con el peronismo. Una sobre si él, que fue embajador en el gobierno (peronista) de Carlos Menem, sigue reconociéndose en esa identidad política. La otra -a partir de lo que él irá diciendo- si lo ve al presidente Javier Milei vinculado al “movimiento nacional”. “Lo entiendo, lo entiende”, dirá. Y que cada uno interprete.
En realidad, hay que decirlo, no nos reunimos para hablar de política sino de Nobleza a la carta, un cuento que Asís escribió en los años 80 -justamente, cuando era embajador en París- y que ahora se edita como un ebook de descarga gratuita en la colección de cuentos de Leamos, la editorial digital de Infobae. Originalmente, Nobleza a la carta integró el libro Del Flore a Montparnasse, que editó Penguin Random House.
En el cuento, escritor argentino exiliado en Francia, a fines de los años ochenta, quien, busca impresionar a un empresario argentino y para eso contrata, a través de una baronesa y con la ayuda de un cirujano paraguayo, varios nobles que se “alquilan” para participar de una cena. Son baratos los nobles, además. El escritor mismo terminará siendo “El Conde de Avellaneda”.
Vinimos a hablar de eso, entonces empezamos por ahí.
“El cuento lo escribí cuando yo era embajador, en los ’90″, dice Asís tranquilo, cómodo, en sus oficinas del tradicional centro porteño, cerca de las Galerías Pacífico. Asís tiene 79 años, tuvo un traspié de salud hace poco y está acá, con su ironía desafiante para hablar del cuento pero, ya sabe, para hablar de todo.
“Era verano en Argentina, entonces todos los diplomáticos se rajaban de París. Y yo dije: ‘¿Dónde querría estar? ¡En París! Bueno, ya estaba en París. Y apareció el tema de los nobles, que es cierto. Vos tenés nobles prácticamente regalados».
-¿Por qué lo quisiste volver a publicar?
-Mirá, después del “fenómeno Asís” (N de la R.: vendió 300000 ejemplares de Flores robadas de los jardines de Quilmes) prácticamente me cancelaron. Primero por lo que fue el éxito de Flores robadas, después el remate con Diario de la Argentina, que es un libro de 1984, yo paso cuatro años muy malos en los que publico Cuaderno del acostado y después salgo por la política y me voy como embajador. Y como embajador, yo sentía que la literatura mía me molestaba.
-¿Por qué?
-Por las características de mi literatura, que no me abría mucho las puertas de la diplomacia. Si vos querés, es muy bueno saber que el diplomático es escritor. Pero qué tipo de escritor. Yo era el representante del gobierno de Menem y había tenido un éxito en los años del proceso militar. Tenia una imagen muy buena pero en el mundo de la cultura existían todas las prevenciones que habrás escuchado respecto de mí.
-¿Y eso era injusto?
-Era, qué se yo si era injusto o no, ya está. Ahora vienen jóvenes que conocen toda mi obra y yo digo que son los hijos de los que me cancelaron… Pero bueno, yo sentí que me molestaba la obra y me acuerdo que pedí una entrevista en la editorial Planeta y retiré toda mi obra. . A medida que se vencieron los contratos, saqué toda mi obra. Y bueno, cuando Leamos me pide un cuento, elegí este que está logrado y e tiene un humor muy bueno.
-El personaje parece un señor que se tiene que instalar… y también literatura de pícaros.
–Y bueno, tiene la característica mía.
-Y a la vez el pícaro va mostrando lo truchos que son los demás. Los nobles, el empresario…
–¡El empresario! Se me vino inmediatamente a París… No pongo ahí que es embajador, ¿no?
-No, no es empresario nomás. Y tenés el cirujano paraguayo que opera cerebros, nada menos.
-El paraguayo no está inspirado en el embajador paraguayo, que era una maravilla. Filártiga Lacroix.
-Entonces, ¿por qué este cuento ahora?
-En fin, elegí el cuento porque me parece que era lo mejor de esa época. Cuando yo publiqué Del Flore a Montparnasse hubo una especie de ruptura con el Asís escritor. Los libros se vendían pero no había crítica, no había repercusión. Mirá, yo fui Secretario de Cultura (N. de la R.: de junio a septiembre de 1994) y una vez voy al teatro y dicen: “Está el secretario de Cultura, Jorge Asís”… y vino un silbido total. La verdad que era muy difícil. O sea, vos sentías que eras un secretario de Cultura al que la gente de la cultura no quería. Ahora cambió todo pero en ese momento yo tenía la indignidad de haber sido escritor exitoso en los años del proceso. Por más que el libro estaba dedicado a Haroldo Conti. Felizmente, tenía otra pata donde sostenerme, que fue la política. El análisis político y el periodismo. Y de pronto me sorprendo con que soy redescubierto por pendejos.
-¿Una oportunidad para que te lean?
-La verdad es que yo no alcancé a disfrutar del “fenómeno Asís”. Como tampoco alcancé a disfrutar momentos míos de “encendido”. Primera mención Casa de las Américas por Los reventados… premiado por Rodolfo Walsh y Haroldo Conti. Todas esas chapas que son para más o menos chapear. Pero, en realidad, recuerdo con cierta melancolía y tristeza a aquel joven. Vivía con la certeza de la revolución socialista.
-¿Y el futuro era mejor?
-Y el futuro era otra cosa que esta Argentina de Milei, esta Argentina libertaria.
-¿Hoy tenés alguna certeza?
-Que esto no termina absolutamente mal. Es una de las máximas mías que está permanentemente en Flores robadas. Y es el final de Los reventados.
-En Nobleza a la carta hay una cosa de elegancia, aunque sea todo falso. Un cultivo de la elegancia. Eso quizás es lo más antiguo del cuento, visto desde hoy. ¿Para qué sirve el uso de tanta brutalidad y tantos malos modos ahora?
–Milei es el mejor exponente de ese cambio cultural. Lo que sostiene Milei ya no son los grandes medios de comunicación. Ahora, ahí está el plebeyismo que tienen los mileístas, que es un plebeyismo que conecta también con los peronistas, porque perfectamente Florencia Carignano, que es hija de Raúl Carignano, un peronista que termina después con Cavallo. La piba tiene fango, como Pagano tiene fango. Hay una especie de fascinación por la concertación plebeya, incluso.
-¿De parte de quién? ¿Quién está fascinado?
-¡Todos! Los pibes de La libertad avanza por supuesto que sí. ¿No viste cómo se hizo La libertad avanza? Con recortes…
-¿Vos cómo comparas a La libertad avanza con el menemismo? Como época, en muchas cosas se parecen.
–Esta es la discusión que tengo con amigos. Los menemistas están fascinados porque Milei decía que el gobierno de Menem había sido el mejor gobierno de la Historia. Y lo saca Menem del agravio y lo pone en el Salón de los Patriotas. Inaugura el busto y rinde pleitesía. Lo que no entiende Milei es que Menem fue un producto cultural del peronismo, como lo fue.
-De esa cosa amplia que es el peronismo.
–El peronismo, porque es el único movimiento popular, se resignifica permanentemente. Todos los movimientos que surgieron, en el Perú o en todos lados, y más o menos eran equiparables al peronismo, se extinguieron. Y el peronismo… bueno: cuando hay que privatizarse, privatiza. Y si hay que nacionalizar, se nacionaliza. Y somos los mismos. Somos los mismos tipos.
-¿Vos seguís siendo peronista?
–Yo lo entiendo al peronismo. Durante los diez años que fui embajador, 300 dólares de mi salario iban cada mes para el Partido Justicialista. No me vengan a decir ahora que Menem no tenía nada que ver con el partido porque me sacaron, qué se yo, diez mil dólares.
-Eras el embajador del gobierno peronista.
-Estaba de embajador de un gobierno peronista y desde que me fui del Partido Comunista en el 73 -el 19 de junio, un día antes del regreso de Perón- siempre voté por el peronismo.
-¿Hasta cuándo? ¿Hasta Massa?
-Siempre. Hasta Massa. En realidad, después de un terrible gobierno como el de Alberto Fernández, Massa no ganó la primera vuelta por dos puntos.
-Mucha gente votó así por miedo a Milei
–¿Cómo vas a votar a un tipo como Milei? Que en una comida refinada dice que la Argentina va a crecer como pedo de buzo… Y, además, creo que a la Argentina le hubiera ido mejor con Massa, ¿sabés? Y hay algo más.
-¿Qué?
-Milei es una involución de Massa. Milei fue una invención del peronismo, financiado por el peronismo. Pero la construcción política de Milei fue admirable. Absolutamente admirable.
-¿Por qué?
–Porque construyó desde el panel de Intratables, desde las redes sociales.
-Me parece que tuvo algo que solía tener el peronismo, que es ese radar de época.
-Conoce muy bien el peronismo. Uno de sus jefes, Guillermo Francos, lo tuvo prácticamente de asesor en el Banco Provincia en tiempos de la presidencia de Scioli. Hay los dos, Scioli y Franco son funcionarios de Milei. Conoce bien el peronismo… ? Yo lo conozco bastante.
-Estábamos hablando de la cercanía de Milei y el menemismo.
-Lo que yo te digo que el menemismo es un producto cultural del peronismo. El menemismo solamente podía salir de un lugar como el peronismo. Cuando Menem le gana la elección a Cafiero, Menem es el dueño del PJ y podía hacer cualquier cosa. Ahora: Menem tenía, si vos querés, otra concepción de la moralidad. Hasta los críticos recibían… Los críticos internos también podían alimentarse, vestirse. Jamás se peleó con nadie. ¿Vos conocés alguna polémica de Menem con algún otro presidente de la República?
-No me acuerdo.
-Menem era un monstruo en materia de poder. Los hijos, que tienen una herencia tan desordenada, todos creen que hay fortunas… y no hay. No hay fortunas. Milei nada tiene que ver con el carácter de Menem. Lo único es que se asocia a la cuestión de la privatización…
-El liberalismo.
-En realidad, Menem masacró al liberalismo. Porque lo que se hizo con la UCD fue casi orgiástico.
-Pero si vos destruís un partido pero tomás su programa…
-Lo hizo a favor de él, eso es una característica del peronismo
-¿Vos decís que Milei es peronista?
-Mirá, tiene estilos peronistas. Y yo te digo que conoce muy bien el peronismo. Ahora, el tipo va a ver al Papa y le regala el libro de un autor español sobre la economía austriaca… Un tipo que va a España y dice “Muerte al socialismo” y ni siquiera saluda a un representante político del gobierno español… ¿De qué estamos hablando? No hay grandes intelectuales que estén apoyando a Milei. Yo te digo sinceramente, a mí algunas cosas que hace de la economía me parecen hasta razonables. Pero mi problema no es político con él, es estético. Yo no puedo apoya a un tipo que dice esas barbaridades.
-¿Entonces vos pensás que en lo que hace a su programa Milei sí tiene algo que ver con el menemismo, pero en sus formas no?
-El menemismo llega al poder, felizmente para la Argentina, cuando se cae la Unión Soviética. Fin del Muro de Berlín. Fin de la Historia. Todas las empresas estaban perdidas, era una cosa espantosa. Y había que hacer una transformación.
-Había hiperinflación.
-Que se cortó con la convertibilidad. Yo viví cinco años, como embajador, la pelea entre Menem y Cavallo. ¿Por qué peleaban? Por quién era el padre del modelo. Conversación estúpida y discusión absolutamente estúpida, que por supuesto recuerdo ahora, cuando todo se fue a la mierda. Porque en Argentina todo termina absolutamente mal. Hasta lo que anda bien termina en la práctica, mal. Este puede terminar peor también, puede chocar la calesita.
-¿Eso qué sería?
-Que estalle, la economía, tener a la gente en la calle. La gente la pasa muy mal, por eso te digo que también es un fenómeno este muchacho, que todavía tenga 45 puntos de imagen positiva.
-Eso es interesante, quizás la sigue teniendo porque antes dijeron cosas lindas y terminamos mal. Milei habla mal pero..
-Pero no resuelve, todavía no resuelve. Ya lleva un año y medio. ¿Y dónde están las inversiones que había? No hay inversiones, No hay cambios. El que se comportó muy bien con él fue Trump.
-¿En qué sentido?
–Lo llevaron a Mar-a-Lago, le con rubias que le pedían selfies.. TOdo eso le facilitó el crédito del Fondo Monetario al país más endeudado de la Tierra, o de lo, más endeudado, de la tierra. Le hizo dar 12 mil millones de dólares, que en realidad, comparado con los números que maneja Estados Unidos y los problemas que tiene con China y demás, Argentina es un país baratísimo. ¿Vos sabés lo que gasta en armamento para los ucranianos? Son miles de millones de dólares.
-Claro.
-Pero a Milei le jugaron bien. Le mandó a Scott Bessent, secretario del Tesoro. Vino nada más que a la Argentina. Estados Unidos está muy comprometido porque Milei es, en esta región del mundo, el único aliado de verdad que tiene Donald Trump. ¿Qué es lo que creo yo? Esto no es información: yo creo que Milei es un Trump-dependiente y que dependemos también de la suerte que tenga Trump. Que no le van tan bien las cosas. Trump le jugó muy bien. Ahora, me parece que sobreactúa.
-¿Vamos mal?
-Digo que termina mal esto. Pero eso es una característica mía. Con todo: todo termina mal en la Argentina y no solamente en la Argentina. Casi todo termina mal siempre.