El 23 de mayo, un buque de ultramar que transportaba 33.000 toneladas de trigo con destino a Angola quedó varado a pocos metros de su punto de partida en el Puerto de San Pedro, provincia de Buenos Aires. El hecho ocurrió minutos después de su zarpada, cuando la nave alcanzó la baliza número 2 del canal cerealero y quedó completamente inmovilizada. El barco apenas logró avanzar 450 metros antes de encallar.
Según explicó Carlos Casini en declaraciones a Infobae en Vivo, presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de San Pedro, el fenómeno fue “totalmente imprevisible” y se debió a una acumulación repentina de sedimentos producto de un aluvión causado por un temporal que tuvo lugar entre el 16 y el 17 de mayo.
Casini afirmó que “ese buque, como otros tantos que operan normalmente en el puerto de San Pedro, en el momento de su zarpada quedó varado”. Detalló además que la situación “nos sorprendió a todos” ya que días antes otro buque idéntico, con igual calado, “salió sin ningún inconveniente”.
El dragado de mantenimiento del canal, realizado poco tiempo antes, mantenía las condiciones necesarias para la navegación habitual. Sin embargo, las mediciones posteriores al incidente revelaron que “producto del temporal de los días 16 y 17, que arrojaron un aluvión en esa parte del canal, se sedimentó una cantidad inusitada de material”. Según Casini, “estamos hablando de tres metros de sedimento, cuando normalmente los dragados anuales remueven apenas centímetros”.
La situación resultó completamente excepcional. “Esto no ha pasado en 100 años de puerto”, remarcó Casini. Agregó que “la sedimentación siempre viene de agua arriba, del norte, y esta vez vino desde un canal lateral, por el aluvión que vino desde adentro del continente”.
El barco varado, el Yasa Tokyo, logró regresar al muelle con la ayuda de remolcadores, donde permanece amarrado desde hace más de dos semanas. En ese punto del puerto, el calado era suficiente porque allí no se produjo acumulación de sedimentos. No obstante, su permanencia impide el ingreso y egreso de otras embarcaciones, paralizando la operatoria de la terminal portuaria.
La situación impactó económicamente tanto a las autoridades del puerto como a productores y exportadores de la región. Según cifras oficiales, el municipio dejó de percibir alrededor de $90 millones en tasas portuarias desde el 23 de mayo.
Consultado sobre los costos y responsabilidades del dragado extraordinario requerido para liberar el canal, Casini explicó que “el Consorcio es un ente autónomo y autárquico, creado hace 20 años para administrar el puerto provincial. Maneja su propio fondo, no depende de la Municipalidad”.
Agregó que el consorcio está compuesto por “siete directores de distintas procedencias: un representante municipal, uno provincial —que soy yo—, y directores gremiales y empresariales”. Año tras año, el organismo recauda lo necesario para realizar el dragado de mantenimiento, que consume prácticamente la totalidad de sus ingresos.
En este caso, el volumen a extraer equivale a tres años de sedimentación acumulada. “Este imprevisto significa extraer prácticamente tres años de sedimentación, y eso fue lo que nos detuvo ahora porque no tenemos los fondos”, afirmó Casini.
A pesar de las dificultades, el Consorcio y la Provincia de Buenos Aires lograron avanzar en una solución. “Entre fondos propios que hemos recaudado raspando la olla y una ayuda prometida de Provincia, ya se han contratado los servicios de Compañía Sudamericana de Dragados”, confirmó Casini. Las tareas de dragado extraordinario comenzaron el día de la entrevista.
El plan de trabajo contempla la extracción de aproximadamente 220.000 metros cúbicos de sedimento restante, después de haber retirado ya 65.000 metros cúbicos bajo un contrato preexistente que se adelantó de urgencia. Según Casini, “el dragado va a demorar entre una semana y diez días”.
El impacto del evento trasciende lo operativo. Casini sostuvo que “esto generó muchos perjuicios, tanto al puerto que cesó sus ingresos como a los dueños de la carga, del barco y a las empresas cargadoras”. Subrayó que el episodio constituye un hecho de fuerza mayor: “súbito, violento, imprevisto”.
En ese contexto, Casini expresó que “no es una buena imagen para el puerto que estas cosas sucedan”. El hecho de que un buque de gran porte quedara inmovilizado tras zarpar generó preocupación no sólo en los actores locales, sino también en las empresas del comercio exterior.
Aunque el dragado extraordinario logró activarse a tiempo, la situación expuso la vulnerabilidad estructural del puerto frente a fenómenos naturales de gran magnitud. Casini advirtió que, de haberse demorado más tiempo, “los barcos que teníamos nominados hubieran buscado operar en otros puertos”.
Hasta el momento, las empresas mantuvieron su intención de operar en San Pedro. “Podemos decir que la temporada no se pierde y que continúa la operatoria”, señaló el funcionario, aunque aclaró que “estamos al borde de que esos barcos nominen otros puertos”.
Las alternativas más cercanas son los puertos de Zárate, San Nicolás y Villa Constitución. Sin embargo, su disponibilidad depende de las capacidades de cada terminal y de la programación previa que tengan.
Mientras tanto, la carga con destino a Luanda, capital de Angola, sigue detenida. Casini confirmó que se trataba de una operación de exportación de trigo, pero no especificó más detalles logísticos. Según fuentes del sector, la situación podría derivar en pérdidas millonarias y eventuales reclamos.
Respecto al futuro, Casini explicó que el Consorcio evalúa medidas para prevenir episodios similares. “Estamos estudiando si este fenómeno puede volver a suceder. Si esto puede volver a suceder, habría que pensar en una obra hidráulica de grandes características”, adelantó.
Se encuentra en proceso la contratación de ingenieros especializados en recursos hídricos para determinar el alcance del fenómeno y las obras necesarias para evitar su repetición. También analizan pedir la intervención de Hidráulica de la Provincia.
“Ojalá no vuelva a pasar”, expresó Casini sobre el final de la conversación. De todos modos, aseguró que la prioridad actual sigue siendo “solucionar el problema en el menor tiempo posible”.
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