Fiel a su estilo, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, apela al pragmatismo a la hora de referirse tanto a los conflictos internacionales como a las cuestiones internas de su país. En una extensa entrevista al diario El Observador, el mandatario volvió a cuestionar las elecciones celebradas en Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro, y expresó su preocupación por la detención del ciudadano uruguayo Fabián Buglione, quien fue apresado en octubre del año pasado cuando ingresó al país caribeño.
Asimismo, se distanció del término “genocidio” para describir la situación en la Franja de Gaza y defendió la postura neutral de Uruguay en el conflicto y la decisión de no cerrar la oficina de Innovación en Jerusalén.
Respecto a la política exterior de su país, el presidente también evitó confrontar con el gobierno de Argentina por la relocalización de la planta de hidrógeno verde en Paysandú.
Por su parte, el jefe de Estado analizó los primeros cien días de su gobierno, en los que ha enfrentado múltiples desafíos. En cuanto a su estilo de liderazgo, Orsi explicó que prefiere delegar en sus ministros y equipos, lo que, según él, contribuye a la solidez del gobierno a mediano y largo plazo. “Me gusta mucho delegar. Siento que le da solidez a mediano y largo plazo a un gobierno”, afirmó.
Preocupación por la detención de Buglione en Venezuela
Sobre la relación con Venezuela y la próxima presidencia de Uruguay en la Celac, Orsi señaló que ese foro es el único ámbito donde están representados todos los países de América Latina y el Caribe. “En el mundo como está hoy, donde hay una tendencia a cerrarse, todo espacio de apertura a un país como el nuestro le viene siempre muy bien”, afirmó.
Pese a su apertura a la hora de tender puentes, el presidente también expresó su preocupación por la situación del uruguayo detenidos en Venezuela y consideró necesario reabrir al menos un consulado para atender las necesidades de los ciudadanos.
“Hoy tenemos una realidad compleja que a mí me preocupa mucho. Leyeron de un uruguayo que está preso allá. Nosotros hace tiempo que tenemos conversaciones con gente de Estados Unidos y Venezuela por ese caso. A mí lo que no me gusta es que no tengamos consulados, porque es la única forma que tienen los venezolanos acá y los uruguayos allá de tener una línea. Yo creo que deberíamos revisar eso”, apuntó.
Consultado sobre si la apertura de un consulado representaría convalidar a Maduro, respondió: “En el mundo, si tú vas por el multilateralismo y te inclinas por potenciar eso y tenés que tratar de juntar y ver cuáles son los intereses comunes. Por supuesto que lo que se tenga que resolver en el país, lo tiene que resolver el país. A mí no me gusta meterme, pero como jefe de Estado yo no puedo tampoco, no está bueno, más allá de que a veces hay que hacerlo, a veces tenés que condenar. Por ejemplo, para mí está difícil convalidar una elección que nació con proscriptos, eso no es democracia. Arrancó mal, terminó peor, porque en algún momento algunos líderes de la región esperaban las actas y algunos líderes, que no son lideritos, sino que son pesados, y tampoco les llegó“.
¿El narco Marset está en Venezuela?
Durante la entrevista el presidente también fue consultado por los recientes reportes que indican que el narco uruguayo Sebastián Marset podría estar en tierras venezolanas. Al respecto, opinó: “Escuché algo de eso. Es raro que lo estemos escuchando tan seguido y que es un generador de opinión. Estamos en un mundo muy loco. En Venezuela hay muchos intereses, algunos que históricamente han estado en América Latina. El tema del narcotráfico está, en algunos países más que en otros”.
En relación a la designación de la ex vicecanciller Carolina Ache como embajadora ante Portugal, Orsi defendió la decisión y aseguró que la explicación de Ache sobre su rol en la entrega del pasaporte a Sebastián Marset le resultó convincente. “Ella explicó y a mí me convenció la explicación. Como era el ministro el que tenía que explicar, ella se calló. A mí me convenció”.
El presidente consideró que, a nivel jurídico, el caso quedó resuelto y que la ciudadanía ya tomó posición al respecto.
La guerra en Gaza
En el plano internacional, también opinó sobre el conflicto en Gaza. El presidente uruguayo se distanció del uso del término “genocidio” para describir la situación en la Franja de Gaza, a pesar de los reclamos de sectores del Frente Amplio.
“¿Es mucho más horrible decir que es genocidio, a decir que es una masacre?”, y agregó que no tiene claro si el objetivo de Israel es “el exterminio por el exterminio”.
El mandatario manifestó su deseo de “estar en paz” con sus convicciones. Consideró que “están muriendo personas inocentes”, pero que una declaración no necesariamente aporta a la solución del conflicto.
No obstante, aclaró que condena la presente “escalada militar” israelí: «La primera reacción ante los secuestros y lo del 7 de octubre se podía entender, ahora tiene que tener un fin».
Relaciones con Argentina
El mandatario también abordó la polémica en torno a la relocalización de la planta de hidrógeno verde en Paysandú, tras el planteo del gobernador argentino de Entre Ríos, Rogelio Frigerio.
Orsi dijo que “hay que escuchar” al argentino: «Él tiene muy claro que ese proyecto no contamina las aguas, sino que es visual: se va a poner una chimenea en frente a la ciudad donde están las playas. ¿Cómo no lo vamos a escuchar?“.
En ese sentido, instruyó a la ministra de Industria y a los equipos involucrados a buscar alternativas: “Ahí no va, o me la bajan. Un detalle que no es tan determinante para el proyecto, no puede generarte un problema nada menos que con Argentina”.
En ese sentido, el presidente enfatizó la importancia de evitar conflictos innecesarios con el país vecino y de mantener canales de diálogo abiertos: “A nivel político está bastante aceitado esto con el gobernador, con el canciller Gerardo Werthein con quien se viene hablando. El gobierno argentino está por dentro de esto y el gobernador es clave. Ahora, veremos, si eso escala no tenés que ponerte duro, sino ver cómo destrabás eso, porque el proyecto tendría que salir igual”.
Primeros cien días de Gobierno
Orsi reconoció que se siente respaldado por el equipo que conformó para el gobierno, destacando que “lo mejor es la tranquilidad y la determinación de que el equipo que tengo en el gobierno, estoy pensando en el gabinete y más allá del gabinete, trabaja bien”. El presidente subrayó que la peor experiencia de este inicio de mandato fue la muerte de una persona en situación de calle por frío, un hecho que, según sus palabras, “es de las cosas esperables por el número de gente que está en esa situación, siempre soñás o tenés la esperanza de que no pase”.
En cuanto a su estilo de liderazgo, explicó que prefiere delegar y confiar en la autonomía de sus ministros y equipos, una práctica que, según él, otorga solidez al gobierno a mediano y largo plazo. “Me gusta mucho delegar”. El mandatario remarcó que no le incomoda admitir que no todas las decisiones pasan por él: “Yo no puedo pretender que todas las decisiones que se toman en cada uno de esos ámbitos pasen por mí”.
También hizo referencia a la importancia de la inmediatez en la ejecución de las políticas públicas. “No hay nada más revolucionario que acortar el tiempo entre que se toma una decisión y se ejecuta”, sostuvo. Para Orsi, el rol presidencial implica encontrar mecanismos y equipos que permitan concretar lo decidido en los ministerios y gabinetes, y considera fundamental mantener un contacto directo con la ciudadanía: “Lo central para mí hoy es tener la gente ahí cerca que me pueda decir ‘esto camina, esto no camina’ y si no camina cuál es la salida”.
Sobre la percepción de que su gobierno comenzó sin una agenda marcada o un proyecto emblemático, Orsi respondió que “hay un exceso de politólogos” y que su prioridad no es la imagen, sino el impacto real en la sociedad. “Si alguien pensaba que iba a entrar con tres o cuatro leyes e iba a ser la vedette del carnaval, que sigan esperando, no me interesa”, sentenció.
En cuanto a la política de seguridad, defendió la continuidad de profesionales como el director nacional de la policía y Diego Sanjurjo, argumentando que “es una manera de brindar el respeto a los profesionales que están en la tarea”. El presidente criticó la tendencia a politizar los cargos técnicos y destacó que “el concepto de que nosotros somos todos cracks y los otros son todos un desastre, yo no lo compro”. Además, reconoció que tanto la derecha como la izquierda han utilizado la seguridad como tema de campaña, pero subrayó que “la terapia ya dio resultado, ya funciona en la izquierda y entendimos que hay que ser duros con el delito, por lo tanto ya no se discute”.
Sobre la creación de un Ministerio de Justicia, Orsi manifestó su convicción de que es necesario avanzar en esa dirección, aunque reconoció que no será posible incluirlo en el próximo presupuesto. “Nosotros estamos convencidos de que hay que hacerlo, los demás partidos también. Vamos a ver cuál es el camino. No vamos a llegar al Presupuesto. Yo creo que no llegamos”, explicó. El presidente consideró que este nuevo ministerio permitiría reorganizar institucionalmente la administración de la justicia y descargar al Ministerio del Interior de tareas que lo complican, como la gestión de las cárceles.
En el ámbito de la seguridad social, se mostró partidario de volver a los 60 años como edad de retiro, aunque con incentivos para quienes deseen continuar trabajando. “Yo creo que deberíamos volver a aquello de los 60, pero permitiendo y estimulando para que haya gente que se quede más tiempo”, afirmó. El mandatario aclaró que la discusión debe ser gradual y considerar las opiniones de todos los actores involucrados, tanto empresariales como sindicales.
El presidente también reflexionó sobre la transición de gobierno y los desafíos que implicó resolver asuntos pendientes del periodo anterior. “No es tanto la herencia del clavo, es cómo no supimos del todo bien, por algún problema de transmisión, andá a saber. Pero en la transición faltaron elementos”, reconoció. Orsi valoró la rapidez con la que se conformó el nuevo gabinete y la importancia de desatar los nudos heredados para poder avanzar con la agenda propia.
Respecto a las renuncias de figuras como la exministra de Vivienda Cecilia Cairo, la vicepresidenta del Puerto Alejandra Koch y Eduardo Viera en Colonización, Orsi consideró que son situaciones no deseadas pero inevitables en la gestión. “Son cosas que no son deseadas, que no te gusta que pasen, pero se tomaron las definiciones correctas para poder seguir trabajando en base a los planes que uno se traza”, explicó.
El presidente Orsi mantiene una postura pragmática y abierta al diálogo, tanto en la gestión interna como en la política exterior, priorizando la búsqueda de soluciones concretas y el contacto directo con la ciudadanía.