La espada de Napoleón Bonaparte reapareció tras estar más de 200 años pérdida (fuente: Wikipedia)

La espada personal de Napoleón Bonaparte, un arma de imponente valor histórico y simbólico, reapareció en el escenario público tras permanecer más de dos siglos en manos privadas, de acuerdo con lo informado por agencia AFP. El sable fue subastado en París por la casa Giquello, alcanzando una cifra de 4,7 millones de euros en el Hôtel Drouot.

Con este monto, rozó el récord mundial para un objeto perteneciente al antiguo emperador, establecido en 2007 por otra de sus espadas —la utilizada en la batalla de Marengo—, que fue vendida por 4,8 millones de euros. La subasta de esta pieza se inscribe en la tendencia creciente del mercado de coleccionismo de objetos napoleónicos en Francia, impulsada por el fuerte interés de coleccionistas internacionales.

Ahora, después de más de dos siglos en manos privadas, esta espada personal fue revelada nuevamente al público, adquiriendo el estatus de tesoro nacional por su valor histórico y simbólico

El sable, encargado en 1802 y subastado en París, alcanza los 4,7 millones de euros (EFE)

La historia del sable “perdido” de Napoleón Bonaparte

La espada subastada fue encargada por Napoleón Bonaparte en 1802 a Nicolas Noël Boutet, reconocido armero y director del taller de armas de Versalles. Destinada a su uso personal durante el ejercicio de su cargo como Primer Cónsul, el arma acompañó a Napoleón en momentos clave de su ascenso político y militar, consolidándolo como una de las figuras más decisivas de la historia de Europa, según detalló AFP.

El diseño y la manufactura del sable reflejan el refinamiento militar y estético característico de la época napoleónica. Elementos ornamentales y acabados propios de los emblemas personales del emperador resaltan la intención de proyectar poder y autoridad a través de los objetos de uso cotidiano. Además de su funcionalidad como arma, el sable se presenta como símbolo del legado de Napoleón, en tanto que combina la sofisticación técnica con el propósito de representar el ideario y la imagen del líder.

El valor histórico del sable se ve amplificado por su escasez: solo existen contadas réplicas de esta pieza. Una segunda espada idéntica se encuentra actualmente en el Hermitage de San Petersburgo. El hecho de que la original haya estado resguardada en una misma familia por más de dos siglos otorga al objeto un significado especial y una autenticidad difícilmente igualable para los coleccionistas.

Napoleón Bonaparte durante su fallida Invasión napoleónica a Rusia en 1812 (Wikipedia)

La trayectoria de la espada

Luego de la caída de Napoleón en 1815, tras la histórica derrota en Waterloo, la espada adquirió un nuevo protagonista en su recorrido: el emperador la entregó como obsequio a Emmanuel de Grouchy, el último mariscal del imperio.

Desde ese momento, el arma permaneció bajo la custodia de la familia de Grouchy, manteniéndose fuera del alcance del público durante más de dos siglos y convirtiéndose en una reliquia con un valor de linaje excepcional.

Actualmente, el Ministerio francés de Cultura tomó medidas para proteger la espada, otorgándole el estatus de “tesoro nacional”. Esta designación concreta impone restricciones legales a la exportación y obliga a que, en caso de una posible venta al extranjero, las autoridades galas puedan intervenir para preservar el patrimonio histórico del país.

El arma, símbolo del legado napoleónico, estuvo resguardada en la familia Grouchy desde 1815 (EFE)

Protección y estatus de la espada como “tesoro nacional”

La espada personal de Napoleón no solo es un objeto de alto valor en el mercado de coleccionismo, sino que ha adquirido un estatus legal especial en Francia. Según ABC, el estatus de “tesoro nacional”, se le es asignado únicamente a objetos que representan una relevancia excepcional para la memoria colectiva y la cultura de Francia.

El sable entra así en una lista restringida de bienes culturales que no pueden ser vendidos libremente fuera del país, salvo que las autoridades francesas renuncien expresamente a ejercer su derecho de adquisición preferente.

Este mecanismo de preservación se extiende a otros objetos vinculados a la figura de Napoleón y a episodios destacados de la historia francesa que aparecen regularmente en subastas. La protección legal refuerza la idea de que estos objetos trascienden el coleccionismo privado y conforman un legado que debe permanecer accesible para futuras generaciones dentro de Francia.