El acróbata británico Ryan Luney, de 28 años, sorprendió al mundo al prenderse fuego y realizar siete saltos mortales hacia atrás en apenas 30 segundos, estableciendo un nuevo récord Guinness. La hazaña, llevada a cabo en el Reino Unido bajo estrictas medidas de seguridad, fue supervisada por un coordinador de acrobacias y un equipo de apoyo.
Según informó Guinness World Records, se trata del primer registro oficial de la mayor cantidad de saltos mortales hacia atrás de pie realizados en medio minuto con el cuerpo completamente prendido fuego.
Preparación extrema para un desafío sin precedentes
El hecho no solo requirió habilidad acrobática, sino también una preparación meticulosa para minimizar riesgos. De acuerdo con Guinness World Records, Luney utilizó varias capas de ropa protectora, incluyendo una remera, pantalones grises y una capucha resistente al fuego. El elemento clave de su indumentaria fue un gel refrigerante, con el que empapó la ropa interior tras mantenerla en un frezeer durante 24 horas.
“Estaba congelándome”, relató Luney a Guinness World Records. “Llevaba un par de capas debajo que estaban empapadas en un gel y puestas en la nevera durante 24 horas para ayudar a protegerme del fuego”. Esta preparación permitió al acróbata soportar las altas temperaturas durante la ejecución del reto.
Con todo listo, el coordinador prendió fuego a su indumentaria con un soplete. Desde ese momento, Luney se concentró en completar la mayor cantidad de saltos antes de que terminara la cuenta regresiva.
Riesgo extremo y control físico
Realizar acrobacias bajo fuego presenta condiciones físicas y ambientales extremas. Según Guinness World Records, Luney explicó que su única preocupación durante la prueba era mantener el movimiento constante para asegurar la respiración y evitar quemaduras por acumulación de calor.
“Estoy en llamas y necesito moverme rápido. El oxígeno se está quemando a mi alrededor, así que si no sigo moviéndome podría resultarme muy difícil respirar y el calor sería abrumador”, detalló. A medida que avanzaba la prueba, partes de su remera comenzaron a desintegrarse, mientras trozos de tela caían al suelo. Tras concluir el séptimo salto, el equipo de apoyo intervino rápidamente para sofocar las llamas que aún persistían. Pese al riesgo, Luney declaró: “Por suerte, no tuve ninguna herida importante”.
Motivación personal y espíritu competitivo
Más allá del logro físico, el reto revitalizó el interés del acróbata por los récords extremos. “Existen tantos récords de quemaduras de cuerpo completo que ni siquiera pensé que podría tener la oportunidad de intentar alguno, así que ahora que he conseguido este récord, me ha vuelto a picar el gusanillo”, expresó Luney al medio organizador del registro.
También mostró una actitud abierta frente a la posibilidad de ser superado: “No me molestaría si alguien lo rompe. De hecho, realmente me gustaría que alguien lo intentara. El sentido de los récords es que están hechos para ser superados y eso demuestra que estamos listos para ir más allá de los límites”, afirmó.
Récords adicionales: fuego, acrobacia y precisión
Además del reciente logro, Luney ostenta varios títulos Guinness relacionados con acrobacias extremas. Según Guinness World Records, estas son algunas de sus marcas más destacadas:
- Mayor número de saltos mortales con giro completo (corkscrew) mientras escupe fuego en un minuto: 11
- Mayor número de saltos laterales mientras escupe fuego en un minuto: 12
- Salto mortal hacia atrás de pie más bajo: 26,5 centímetros
- Mayor número de saltos mortales hacia atrás mientras escupe fuego en un minuto: 17
- Salto de vault inverso (parkour) más largo: 4,06 metros (14 pies y 3,8 pulgadas)
Estos registros reflejan la versatilidad, disciplina y valentía del acróbata británico en su dedicación a romper límites físicos bajo condiciones extremas.