El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega (Europa Press)

El régimen de Nicaragua, que dirigen los esposos Daniel Ortega y Rosario Murillo, anunció este martes que expulsará del país a los embajadores acreditados en Managua que se “entromentan” en sus asuntos internos.

“El embajador que quiera darnos lecciones aquí (Nicaragua), ¡afuera!, y que vayan a dar esas declaraciones afuera (Nicaragua), pero aquí se respeta la bandera azul y blanco (nacional) y la bandera roja y negra (sandinista)“, sentenció Ortega la noche del lunes en un acto con militares y cuyas declaraciones fueron reproducidas este martes por el régimen de Managua.

Durante el acto, Ortega se refirió a la decisión del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba de haber convocado al encargado de negocios de Estados Unidos en ese país, Mike Hammer, en protesta por lo que considera “conducta irrespetuosa” y “ajena a la que corresponde a un diplomático”.

Según el mandatario sandinista, Hammer “empezó a querer mandar en Cuba, o sea, se sentía delegado del imperio, se sentía un cónsul del imperio norteamericano y que tenía bajo su dominio a Cuba“.

“Bueno, aquí nosotros ya tenemos bien claro nuestra posición frente a los embajadores que quieran entrometerse, y lo dice la canción ‘Soberanía’: Allá, afuera, que digan lo que quieran, pero aquí, en tierra Nica, donde ondea la bandera azul y blanco, que fue defendida por la bandera roja y negra de Sandino, aquí el que se trata de entrometer, ¡afuera!“, enfatizó.

“Así lo dice la canción ‘Soberanía’, y es una posición del Estado nicaragüense“, sostuvo.

Mike Hammer

Cuba convocó al jefe de la misión diplomática de EEUU en la isla

Ortega habló luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) convocara al encargado de Negocios de Estados Unidos en la isla, Mike Hammer, en protesta por lo que considera “conducta irrespetuosa”.

El Minrex explicó que el director de Temas Bilaterales de la Dirección General de Estados Unidos, Alejandro García del Toro, entregó una nota verbal de protesta en la que señaló que la conducta “injerencista e inamistosa” de Hammer es “ajena a la que corresponde a un diplomático e irrespetuosa del pueblo cubano”.

La cancillería de la dictadura cubana calificó de “conducta provocadora e irresponsable” la del encargado de Negocios, al que acusó de “incitar a ciudadanos cubanos a cometer actos delictivos de marcada gravedad” y a “atentar contra el orden constitucional”, “estimularlos a actuar contra las autoridades, y a manifestarse en apoyo de intereses y objetivos de una potencia extranjera hostil”.