El crédito hipotecario en Argentina experimentó un salto histórico en el arranque de 2025. En apenas cuatro meses, los bancos desembolsaron USD 895 millones en préstamos para vivienda —medidos en dólares constantes ajustados por inflación—, una cifra que multiplica por 90 el volumen otorgado en igual período de 2024. Esta reactivación marca el mejor desempeño del sector desde 2018 y refleja un cambio de ciclo, impulsado por la estabilidad cambiaria, la desaceleración inflacionaria y la normalización del mercado financiero.
De acuerdo con un informe de la Fundación Tejido Urbano, el nuevo contexto macroeconómico, con menores restricciones cambiarias y una menor brecha entre los tipos de cambio, fue clave. La eliminación de los controles para personas físicas permitió que el dólar de referencia para los créditos pasara del MEP al oficial, lo que redujo el valor en pesos de las cuotas iniciales. Esta mejora en las condiciones de acceso coincidió con una mayor disposición de los bancos a ofrecer líneas hipotecarias, consolidando una tendencia de recuperación que se había iniciado en el segundo semestre de 2024.
Si bien los volúmenes aún no alcanzan los récords del bienio 2017-2018 —cuando los créditos UVA vivieron su auge—, el dinamismo actual representa una señal concreta de reactivación. Los USD 895 millones desembolsados entre enero y abril de 2025 superan incluso los USD 670 millones del mismo período de 2017, aunque todavía están lejos de los USD 3.166 millones de 2018, el pico histórico.
En términos de cantidad de préstamos, las estimaciones indican que se otorgaron cerca de 12.000 créditos en estos primeros cuatro meses del año, por encima de los 11.000 registrados durante todo 2024, según datos publicados por el Banco Central (BCRA). Desde la reaparición del financiamiento hipotecario, tras marzo del año pasado, se acumulan alrededor de 23.000 créditos, un nivel solo superado por el volumen de operaciones de 2017 y 2018.
El contraste con los años anteriores es notable. “Entre 2020 y 2023, el sistema financiero otorgó apenas USD 430 millones en créditos hipotecarios en total. Es decir, en tan solo cuatro meses de 2025, se superó por más del doble lo conseguido en cuatro años completos”, señalaron desde la consultora. Este cambio refleja no solo una mejora en las condiciones económicas, sino también un renovado interés de los hogares por acceder a financiamiento y una mayor confianza en la estabilidad de mediano plazo.
El repunte inmobiliario
El impacto de la recuperación de los créditos hipotecarios también se observa en las estadísticas de escrituras de compraventa, especialmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En esa región, las operaciones con hipoteca alcanzaron una participación cercana al 20% del total de escrituras, consolidando al crédito como un motor clave del mercado inmobiliario. En abril, la capital registró el mayor número de escrituras con hipoteca en 17 años, solo por debajo del récord de 2018.
La provincia de Buenos Aires también mostró señales claras de dinamismo. La participación de las escrituras con crédito se ubicó en torno al 18%, y abril de 2025 fue el segundo mejor abril en dos décadas para este tipo de operaciones, nuevamente con 2018 como único antecedente superior. Este repunte está sostenido tanto por una mayor demanda como por una oferta más activa de las entidades financieras, que lanzaron productos con tasas iniciales competitivas en un entorno de mayor previsibilidad.
Sin embargo, no todo el panorama es homogéneo ni exento de desafíos. La Fundación Tejido Urbano advierte que, pese al fuerte crecimiento, el acceso al crédito sigue estando restringido a los sectores de ingresos medios y altos. Muchos hogares no califican por sus niveles de ingreso o por no cumplir con los requisitos formales exigidos por los bancos. La inclusión financiera, en este sentido, continúa siendo una deuda pendiente.