Daniel Ortega, hasta este sábado, tenía ya más de tres semanas sin apariciones públicas. (Foto: 19 Digital)

Daniel Ortega, de 80 años, reapareció la noche de este sábado en un acto público de entrega de 100 buses chinos donados para el transporte colectivo de Nicaragua, tras más de dos semanas sin presencia visible, en medio de una oleada de rumores que lo daban por gravemente enfermo o muerto.

Visiblemente demacrado, de gorra azul y vistiendo su tradicional chaqueta roja, Ortega llegó acompañado de su esposa y copresidente Rosario Murillo, y lamentó de nuevo la rebelión ciudadana que sufrió en 2018, que, según dijo, terminó con un modelo de relación entre gobierno y empresarios que servía de modelo a otros países.

Las especulaciones se intensificaron luego de que el 19 de mayo no participara en la ceremonia oficial por el 130 natalicio del héroe nacional Augusto C. Sandino, una actividad simbólicamente clave para el sandinismo y a la que Ortega no suele faltar.

Además, un mensaje oficial de felicitación a Margarita Simonián, redactora jefa de Russia Today (RT) y del Grupo Mediático Rossiya Segodnya, fue firmado el jueves solo por la esposa de Ortega y copresidenta, Rosario Murillo, rompiendo con la tradición de comunicados conjuntos.

El periodista nicaragüense en el exilio, Emiliano Chamorro, fue uno de los primeros en dar detalles sobre el supuesto deterioro de la salud del dictador. “Una fuente cercana a la familia de los dictadores me ha confirmado que el tirano, Daniel Ortega está en cama, complicado en su salud por insuficiencia renal”, escribió el 21 de mayo en su cuenta de X (antes Twitter). Su fuente agregó que la familia Ortega-Murillo evaluaba incluso trasladarlo a Cuba para recibir tratamiento especializado.

El dictador nicaragüense sufre de llupus eritematoso sistémico según un médico que trabajó para la familia Ortega Murillo.

El medio digital 100% Noticias, por su parte, citó al médico exiliado Richard Sáenz Coen, quien afirmó que Ortega padece una enfermedad renal crónica terminal, derivada de un cuadro de lupus eritematoso sistémico, diagnosticado desde hace años. Según Sáenz, Ortega se encuentra bajo constante monitoreo médico.

No es la primera vez que Ortega desaparece por largos períodos sin explicación, generando especulaciones sobre su salud. En 2020, durante el inicio de la pandemia del COVID-19, estuvo ausente por 42 días, ni siquiera apareció en el funeral de su amigo cercano y camarada de lucha, el diputado Jacinto Suárez.

En otra ocasión, en 2014, se desapareció por un largo periodo y él mismo apareció desmintiendo los rumores que le daban por muerto cuando llegó al aeropuerto de Managua a recibir al recién nombrado cardenal, Leopoldo Brenes. “Este es su primer milagro, usted me resucitó, señor cardenal”, bromeó el 3 de marzo de 2014.

El analista político Eliseo Núñez sostiene que estas desapariciones podrían ser calculadas. “Ese rumor lo dejan caer ellos mismos para que después aparezca y con eso destruyen la credibilidad de quienes lo difundieron, además de aumentarle su categoría de ‘dios invencible’ que sus fanáticos le dan”, escribió en su cuenta de X.

Daniel Ortega reapareció en la entrega de 100 buses de fabricación china, donados a Nicaragua. (Foto: 19 Digital)

Oscar René Vargas, sociólogo y ex militante sandinista, coincide parcialmente. “Él se cuida. Sabe que es una persona con una enfermedad crónica, que cualquier cosa y se muere. Es un tipo que tiene lupus y un problema cardíaco. Preventivamente, lo mandaron a cuidarse”, dijo en declaraciones previas. Vargas considera que Ortega administra sus apariciones públicas en función de su estado de salud y conveniencia política.

Desde que retornó al poder en 2007, Daniel Ortega ha sido blanco recurrente de rumores sobre su muerte, muchas veces propiciados por su costumbre de evitar la exposición pública. Su vida personal y estado de salud están rodeados de secretismo, y los partes médicos oficiales no existen.