San Vicente, una joya escondida de la Provincia de Buenos Aires, a 52 kilómetros al sur de la Ciudad de Buenos Aires, invita a los visitantes a sumergirse en un entorno donde la historia se entrelaza delicadamente con exuberantes paisajes naturales.
No es simplemente una escapada de la vorágine urbana, sino un viaje a través del tiempo y la naturaleza. En cada rincón, desde sus calles principales hasta los caminos menos transitados, San Vicente ofrece una experiencia única.
Cómo llegar a San Vicente desde CABA
El acceso a San Vicente desde la Ciudad de Buenos Aires es sumamente conveniente, haciendo de esta localidad una opción atractiva para una excursión de un día o un fin de semana. Varios caminos conducen a sus riquezas culturales e históricas, con opciones para diversos tipos de viajeros.
En auto, el trayecto es sencillo y directo. Se inicia por la Autopista Riccheri en dirección al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Desde allí, se toma la salida hacia el Camino de Cintura, que guía al viajero hacia la Ruta Provincial 210, conocida también como avenida Hipólito Yrigoyen.
Esta ruta lleva hasta Alejandro Korn, donde se puede conectar con la Ruta Provincial 58, conduciendo directamente al centro de San Vicente.
Para quienes prefieren el transporte público, San Vicente también es accesible mediante el tren de la Línea General Roca, que llega hasta Alejandro Korn.
Desde este punto, el viajero puede tomar un colectivo hacia San Vicente, con varias líneas disponibles como las 79, 503, 435, y 404.
Los principales lugares para visitar en San Vicente
San Vicente rebosa de sitios que cautivan tanto a los amantes de la historia como a aquellos que buscan el silencio inspirador de la naturaleza.
Uno de los emblemas históricos más prominentes es la Quinta “17 de Octubre”, hogar del Museo Histórico del mismo nombre. Esta residencia, que alguna vez perteneció a Juan Domingo Perón, guarda en sus 19 hectáreas una colección fascinante de objetos personales, medallas y documentos del líder peronista.
El museo ofrece visitas guiadas que permiten a los visitantes recorrer no solo la casa principal, sino también los jardines cuidadosamente diseñados, caballerizas y el tren presidencial que usaron Perón y Evita.
Otro monumento al pasado es el Castillo Guerrero en Domselaar. Esta mansión de estilo francés del siglo XIX es un refugio de historia y misterio, donde se exhiben objetos asociados con Felicitas Guerrero, una prominente figura de la alta sociedad argentina.
La Casa de los Payadores, situada en la antigua estación de tren, es otro punto de interés.
El espacio, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial, acoge eventos y ferias de artesanías que reflejan la rica cultura local.
Cómo son las lagunas de San Vicente
Las lagunas de San Vicente, especialmente la emblemática Laguna del Ojo, representan un santuario de tranquilidad y biodiversidad. Este cuerpo de agua, anteriormente conocido como “Laguna de la Reducción”, es crucial para la cuenca del río Samborombón.
Con una extensión de 180 hectáreas, la laguna ofrece un magnífico refugio para la vida silvestre. El entorno natural de la laguna incluye un paisaje de algas, juncos y flores laguneras, además de imponentes árboles como eucaliptos y sauces.
La reserva natural que se extiende a partir de la laguna es hogar de una variedad notable de fauna, incluida una rica avifauna con patos y caracoleros, entre otras especies.
Estas características convierten a la laguna en un paraíso para quienes disfrutan del avistaje de aves y el contacto con la naturaleza.
Los visitantes encuentran un atractivo particular en las orillas de la laguna, donde se puede disfrutar de picnics, caminar, o simplemente contemplar el paisaje.
Las instalaciones incluyen áreas de camping, parrillas, y baños, asegurando que el entorno sea acogedor para un día entero de actividades al aire libre.
Qué actividades se pueden hacer en San Vicente
Las actividades en San Vicente son tan diversas como el mismo paisaje que las enmarca. Para los aficionados a las actividades al aire libre, la Laguna del Ojo ofrece oportunidades únicas de paseos en bote, pesca deportiva y otros deportes acuáticos.
La pesca es especialmente popular, y las aguas de la laguna proporcionan un entorno tranquilo para esta actividad.
Asimismo, los eventos anuales como la Fiesta Provincial de la Mozzarella y la Fiesta Regional de la Miel son importantes atractivos culturales gastronómicos.
Estas festividades no solo capturan la riqueza cultural de la región, sino que también ofrecen degustaciones, espectáculos musicales, y oportunidades de negocio para los emprendedores locales.
Tales eventos atraen a miles de participantes cada año, sirviendo como un motor económico y social para San Vicente.
Los visitantes también pueden disfrutar del polo gastronómico de San Vicente, con una selección variada de restaurantes y cafés de alta calidad, que ofrecen desde cocina tradicional hasta innovadoras propuestas culinarias.