La llegada del frío obliga a revisar el armario en busca de prendas capaces de ofrecer la mejor protección térmica. La elección del tejido resulta determinante para mantener el calor corporal durante los meses fríos, sobre todo invernales. Este período de transición no solo altera el entorno, sino que impacta actividades diarias y el estado de ánimo, fomentando una pausa en el ajetreo rutinario para adaptarse a la quietud y el resguardo que el frescor trae consigo.
Las mañanas se vuelven más frescas, incitando a desempolvar abrigos y bufandas que habían descansado durante meses en los armarios. Y la respuesta depende tanto del material como de la forma en que se combinan las prendas.
Cuáles son los tipos de tela que más abrigan del frío
La elección de las telas adecuadas para la vestimenta se vuelve crucial. Algunas no solo protegen del frío, sino que también aportan comodidad y estilo a nuestra ropa diaria.
1- Lana como tejido de abrigo
La lana es, sin duda, uno de los tejidos más antiguos y efectivos para protegerse del frío. Su uso se remonta al neolítico y su vigencia se mantiene hasta hoy por sus propiedades aislantes excepcionales. También permite la absorción de la humedad, aumentando la sensación de confort. Es un material resistente y flexible, ideal para prendas exteriores.
Sin embargo, un inconveniente común es que puede generar picores o alergias, lo que se puede mitigar usando una prenda de algodón como primera capa. Las variedades de lana más conocidas, como la cachemira, aportan mayor calidez y suavidad, aunque a un costo más alto.
2- Franela y su uso contemporáneo
La franela se destaca por su suavidad y capacidad para proporcionar calor, haciéndola ideal para prendas como camisas, pijamas y sábanas. Misteriosamente, muchas veces es confundida solo con la lana; sin embargo, hoy se mezclan varios materiales como algodón y poliéster para potenciar sus características de ligereza y calidez.
Esta versatilidad en los materiales hace que la franela sea muy popular en diversas aplicaciones, ofreciendo una sensación agradable al tacto y una buena protección contra las bajas temperaturas.
3- Pana y su utilidad en la moda
Con una textura distintiva de acanalado y rugosidad, la pana es otro clásico atemporal en la vestimenta invernal. Aunque está hecha mayormente de algodón, algunas variantes incluyen lana para mejorar su capacidad de aislamiento.
Es extremadamente popular en pantalones y algunas chaquetas, aunque históricamente su estilo ha sido objeto de crítica. A lo largo del tiempo, ha demostrado ser un fondo de armario invaluable por su durabilidad y resistencia al frío.
4- Tejidos sintéticos: poliéster, nylon y polar
A pesar de cierta controversia por su capacidad de transpiración, los tejidos sintéticos, como el poliéster, el nylon y el polar, son muy eficaces para mantener el calor.
El polar, por ejemplo, es conocido por simular el tacto de la lana, ofreciendo un gran aislamiento a un costo menor y sin causar alergias. El nylon, por otro lado, es ideal para camisetas térmicas gracias a su delgadez y retención del calor.
Estos materiales son frecuentemente utilizados en ropa deportiva y térmica, y sirven como excelentes capas interiores que permiten mayor flexibilidad con el uso de prendas adicionales para otros propósitos exteriores.
Ventajas y desventajas de cada tejido
Cada material presenta características específicas que influyen en su capacidad para proteger del frío. La lana, por ejemplo, es muy aislante y cómoda, pero puede causar picores o alergias en algunas personas. Según recomienda ABC, utilizar prendas finas y suaves, como una camisa de algodón, antes de vestir lana, puede ser efectiva. Pero su eficacia disminuye cuando se mezcla con otros materiales, por lo que las prendas 100% lana son preferibles para una mayor protección térmica.
La franela, gracias a su suavidad y ligereza, resulta cómoda y cálida, aunque su capacidad aislante depende de la proporción de lana o algodón en su composición. El paño, por su parte, ofrece aislamiento y ligereza, pero su eficacia varía según el grosor y el tipo de fibras empleadas.
El forro polar, al estar fabricado con poliéster, es ligero, cálido y de secado rápido, pero no se recomienda como primera capa debido a su baja transpirabilidad.
La pana, aunque es cálida y resistente, puede resultar menos flexible y su estética varía según las tendencias de moda.
Consejos para vestirse y evitar el frío
De acuerdo con lo reseñado por 20minutos, la protección frente al frío no depende únicamente del tejido, sino también de la forma en que se combinan las prendas. La estrategia más eficaz consiste en utilizar tres capas diferenciadas. La primera debe ser ajustada, elástica, fina y transpirable, con el menor número de costuras posible para mayor comodidad. Materiales como el nylon o el algodón son adecuados para esta función.
La segunda capa, más suelta, debe estar compuesta por tejidos que retengan el calor y permitan la transpiración, como la lana, el polar o la franela. Esta capa actúa como barrera térmica y ayuda a mantener el calor generado por el cuerpo.
La tercera capa, en contacto con el exterior, incluye abrigos, parkas o prendas de plumas. Los materiales de esta capa pueden variar desde el paño hasta tejidos impermeables, cuya función principal es proteger del viento y la humedad.
Consideraciones especiales para clima húmedo, lluvia o nieve
En situaciones de humedad, lluvia o nieve, la elección de tejidos impermeables y de plumas resulta esencial. Dado que estos materiales ofrecen mejor protección frente a la humedad, aunque suelen ser menos transpirables. Por ello, se recomienda combinarlos con prendas interiores que permitan la evacuación del sudor, como la lana o el forro polar, para evitar la acumulación de humedad en el interior de la ropa.
Los tejidos impermeables protegen del agua y el viento, pero deben complementarse con capas transpirables para mantener el confort térmico.