El embajador de Ucrania en Argentina, Yurii Klymenko, aseguró que su país atraviesa un “momento crucial para poner fin a la guerra” con Rusia, mientras insistió en que una paz “justa y duradera” solo será posible con más apoyo militar y sanciones contundentes contra Moscú.
Durante un encuentro organizado por BTR Consulting en Buenos Aires bajo el título ¿Posibilidades de paz en Ucrania?, el diplomático desgranó un análisis pormenorizado del conflicto. “Esta guerra empezó mucho antes, en febrero de 2014, con la ocupación ilegal de Crimea”, recordó Klymenko. “Pero desde el 24 de febrero de 2022, enfrentamos una guerra a gran escala”.
“Nos enfrentamos con determinación a un agresor que no busca la paz, sino que persiste obsesivamente en su afán de destruir Ucrania y subyugar al pueblo ucraniano”, expresó el embajador ante directivos de empresas e invitados del sector corporativo, en un encuentro en que también participó Infobae. “Hoy es el día 1.169 de una resistencia heroica y dolorosa”.
Crímenes de guerra y destrucción
El embajador describió la magnitud del conflicto con cifras devastadoras: más de 14.000 víctimas civiles, incluidos 624 niños, y más de 30.000 heridos civiles.
También enumeró una serie de atrocidades cometidas por las fuerzas rusas: fosas comunes en Bucha, la destrucción de la represa de Kajovka —un “ecocidio”—, deportaciones forzadas de niños y ataques sistemáticos contra infraestructura civil. “Más del 95% de los prisioneros de guerra ucranianos fueron torturados en Rusia”, denunció, citando datos de la ONU.
“El mundo vio fosas comunes en Bucha, Rusia sigue enviando 100 drones diarios y misiles, incluso norcoreanos. En 2024 solo Kiev sufrió 200 ataques”, agregó. “Se han documentado más de 156.000 crímenes de guerra rusos”, aseguró, aunque advirtió que “esta estadística no es completa y aumenta cada día, especialmente cuando liberamos algunos de los territorios que fueron anteriormente ocupados por los invasores”.
Uno de los aspectos más desgarradores de su exposición fue la situación de los menores ucranianos. Aseguró que al menos 200.000 niños ucranianos han sido llevados a Rusia o territorios ocupados, donde son sometidos a “adoctrinamiento” y se les prohíbe hablar ucraniano. “Cambian sus datos de nacimiento y los entregan a familias rusas”, dijo.
La magnitud de la devastación alcanza también al territorio físico del país. “Ucrania es hoy el país más minado de Europa, con el 25% de su territorio contaminado por minas rusas y artefactos explosivos sin detonar”, explicó el diplomático, comparando esta superficie con el tamaño total de Uruguay.
La amenaza cibernética
El embajador destacó que Rusia también libra una guerra en el ciberespacio, con ataques a instituciones gubernamentales y empresas. “Ucrania ha neutralizado muchos, pero Rusia usa nuestro país como campo de pruebas para tácticas que luego despliega contra otras democracias”, advirtió.
Gabriel Zurdo, fundador y CEO de BTR Consulting —firma global especializada ciberseguridad—, reforzó esta preocupación: “Este escenario ha generado un cambio global en las políticas de ciberseguridad. Muchas empresas han modificado su infraestructura ante las amenazas de ciberataques rusos”. El ejecutivo subrayó que “no se trata solo de un conflicto regional”, ya que “existen bandas profesionales que operan con fines estratégicos y propagandísticos”, utilizando incluso tecnologías domésticas como drones para atentar contra la población civil.
Apoyo internacional
Klymenko agradeció el respaldo militar y financiero de Occidente, pero pidió más ayuda: “La seguridad de Ucrania es indivisible de la de Europa y Estados Unidos”. Mencionó un reciente acuerdo con Washington para crear un fondo de inversión en minerales estratégicos, que no compromete la soberanía ucraniana y demuestra, según dijo, que Ucrania es un “socio fiable”.
También valoró la participación argentina en la Conferencia de Paz de 2024 y su respaldo a la “coalición internacional para el retorno de los niños ucranianos”.
Sobre la reconstrucción, mencionó pérdidas estimadas en “589.000 millones de dólares” y propuso usar “los recursos rusos congelados en el extranjero”. También instó la participación de autoridades y empresas argentinas a la Conferencia sobre la Recuperación de Ucrania que tendrá lugar en Italia en julio.
Condiciones para la paz y búsqueda de justicia
En un segmento más emotivo, el embajador descartó que la población rusa desee la paz. “Apoyan la agresión. Hay videos de esposas pidiendo a soldados que violen a mujeres ucranianas o roben propiedades”, afirmó. “Putin lleva 25 años en el poder gracias a ellos. Esto no es solo una guerra, es una matanza“.
Pese a la devastación, Klymenko aseguró que su país está dispuesto a negociar, pero rechazó cualquier negociación que ignore a Ucrania: “Nada sobre Ucrania sin Ucrania”. Insistió en que cualquier acuerdo debe garantizar la integridad territorial —incluyendo Crimea y el Donbás— y permitir al país unirse a alianzas como la OTAN.
También exigió justicia: “Es fundamental crear un tribunal especial para juzgar los crímenes de agresión contra Ucrania. Argentina, por su experiencia histórica, podría aportar mucho”.
La charla ocurrió en vísperas del 80° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Klymenko acusó a Vladimir Putin de manipular la historia: “Los soldados que desfilen el 9 de mayo en Moscú pueden ser los mismos que masacraron civiles en Bucha”.
El embajador cerró con un llamado a intensificar la presión sobre Rusia: “Solo nuestra firmeza en el campo de batalla, combinada con la presión sostenida sobre Moscú, puede convencer a Rusia de la inutilidad de su guerra”.
Sin embargo, admitió que la paz no llegará pronto. “Rusia no quiere negociar”, dijo, recordando el rechazo de Moscú a una tregua de 30 días. “Cada día que pasa es un día más de sufrimiento para nuestro pueblo”.
Mientras Ucrania sigue perdiendo vidas, la comunidad internacional enfrenta una pregunta incómoda: ¿está dispuesta a hacer lo necesario para detener a Rusia? Para Klymenko, la respuesta es clara: “Esta es una lucha por la libertad, no solo de Ucrania, sino del mundo. Es un momento crucial y mucho dependerá de la determinación de nuestros aliados», dijo. Y finalizó: «El pueblo ucraniano nunca va a capitular”.