El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) confirmó que Argentina recibirá un financiamiento de USD 500 millones para fortalecer su balance de pagos y avanzar con reformas estructurales. Las mismas estarán orientadas a mejorar el marco de la política fiscal, con el fin de respaldar el proceso de recuperación económica.
El crédito es parte de un paquete de apoyo de USD 10.000 millones en financiamiento que el BID le dará a los sectores público y privado del país durante los próximos tres años. El crédito tiene varios objetivos. Uno de ellos es mejorar la eficiencia de la gestión pública y crear condiciones más favorables para un desarrollo liderado por el sector privado. El financiamiento está alineado con los recientes acuerdos del país con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Por otro lado, el apoyo presupuestario del BID, que se proveerá mediante la modalidad de Financiamiento Especial para el Desarrollo (SDL, por su sigla en inglés), contribuirá a los esfuerzos del país para enfrentar los desafíos de la balanza de pagos, afianzar la sostenibilidad fiscal, fortalecer la estabilidad externa y profundizar las reformas estructurales para crear una economía más orientada al mercado.
Asimismo, el programa contribuirá a apoyar a los sectores más vulnerables. Esto, tanto mediante el refuerzo en los programas sociales focalizados en los sectores más vulnerables, como a través del descenso de la tasa de inflación por medio de una fuerte ancla fiscal, la eliminación de la emisión monetaria y la recapitalización del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
“El financiamiento contribuye a los esfuerzos del Gobierno de Argentina en la implementación de políticas que promuevan la acumulación de reservas y la eliminación gradual de restricciones cambiarias y controles de capital, con el fin de impulsar la creación de condiciones más favorables para un desarrollo liderado por el sector privado”, señalaron desde el BID.
El préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo tiene un período de desembolso de 12 meses y de amortización de siete años y su tasa de interés está basada en SOFR (Secured Overnight Financing Rate, o Tasa de Financiamiento Garantizado a un Día).
Las condiciones
El acuerdo con el BID no solo implica un apoyo financiero sustancial, sino que también establece una serie de condiciones que el Gobierno nacional deberá cumplir para acceder a estos recursos. Entre ellas, se destaca el hecho de que el financiamiento estará sujeto al cumplimiento de una serie de reformas y medidas dentro del sistema económico, que deberán ser evaluadas regularmente por los organismos internacionales.
El desembolso de los 500 millones de dólares se efectuará en un solo pago, y la ejecución de los fondos será supervisada por el Ministerio de Economía de Argentina, específicamente a través de la Secretaría de Finanzas. Esta modalidad de préstamo es habitual en operaciones de apoyo a la estabilidad económica, ya que permite una inyección de liquidez inmediata para financiar medidas de política económica.
De todas formas, el impacto de este préstamo es relativamente acotado en términos macroeconómicos, puesto que se considera que su alcance en la balanza de pagos será limitado, según las evaluaciones del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Sin embargo, la naturaleza del crédito podría resultar clave para dar una señal positiva a los mercados internacionales, especialmente si se logra un cumplimiento exitoso de las reformas estipuladas en el programa. Esta estabilidad, en teoría, podría resultar en una mayor confianza por parte de los inversores internacionales y locales.
Además, el costo financiero del préstamo es considerado competitivo. Según la Oficina Nacional de Crédito Público, el préstamo tiene condiciones favorables, ya que el costo asociado al mismo es inferior al que Argentina podría obtener en los mercados internacionales. Esta situación es especialmente relevante dado que el acceso al crédito en estos ámbitos ha sido históricamente costoso para el país, debido a las tensiones en su economía y la incertidumbre que rodea a su deuda pública.