En la era de la alimentación ultraprocesada y del acceso a ofertas rápidas, el ser humano se habitúa a consumir estos productos sin pensar en cuán perjudicial podría ser para su organismo. Incluso para la memoria. Para ello, especialistas de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, desarrollaron una guía con aquellas opciones que deberías retirar de tu dieta diaria si querés preservar tu cerebro sano.
La memoria tiende a deteriorarse, en particular en los adultos mayores que, con el paso del tiempo, muestran signos característicos, como olvidarse de nombres, rostros y hasta de la rutina cotidiana. Según los expertos, la alimentación influye directamente en las neuronas, facilitando el deterioro rápido de ellas. Si bien, en el artículo publicado en el sitio oficial de la Escuela de Medicina de Harvard se brindan estos consejos, también afirmaron que eliminar la comida nociva no asegura un riesgo menor al desgaste cognitivo.
¿De qué forma la comida afecta la pérdida de los recuerdos a futuro? La acumulación de placas de colesterol en los vasos sanguíneos del cerebro provoca daño en el tejido cerebral, ya sea por pequeñas obstrucciones que generan accidentes cerebrovasculares silenciosos o por un ACV más grave. En cualquier caso, “las células del cerebro se ven privadas de la sangre rica en oxígeno que necesitan para funcionar normalmente, lo que puede afectar el pensamiento y la memoria”.
Qué alimentos hacen perder la memoria y afectan al cerebro
Muchos de los mismos alimentos que son perjudiciales para el corazón y los vasos sanguíneos también pueden provocar accidentes cerebrovasculares, aseguran desde Harvard.
- Carne roja, manteca, leche entera y crema: Todos los alimentos de origen animal poseen un alto contenido de grasas saturadas, por lo que a largo plazo tenderá a elevar los niveles de colesterol malo, conocido como LDL. Cuando este se acumula en las arterias puede provocar un accidente cerebrovascular. Según ciertos informes, tener una dieta basada en ellos causa un riesgo de sufrir Alzheimer o demencia.
- Azúcares añadidos: Los productos ultraprocesados, como galletitas, gaseosas, jugos artificiales, aderezos, etc., entran en este grupo por su contenido alto en azúcar. Este compuesto activa la zona central de recompensa del cerebro, como una droga, pero es la causante de enfermedades como la diabetes y la obesidad, muy perjudiciales para la salud del cerebro. Intentá sustituir estos por opciones más saludables y caseras.
- Harina refinada: Cuando los granos de trigo se refinan al máximo, se les quitan dos ingredientes fundamentales y nutritivos, la fibra y el germen. Al mismo tiempo, se le añaden otras vitaminas. Este proceso crea un alimento fácil de digerir y que llenan rápido, pero que al hacerlo genera picos de glucosa, por lo que, luego de consumirlos, el hambre reaparece. A largo plazo tiene un efecto nocivo en el cuerpo, pudiendo desarrollar hipertensión y obesidad. Por lo tanto, es mejor optar por panes, pastas y elaboraciones artesanales a base de harina integral.
- Frituras: Las grasas trans presentes en estos tipos de alimentos so capaces de reducir la plasticidad neuronal y dificultar nuevas conexiones en el cerebro. De esta manera, la concentración y el rendimiento mental podrían verse afectados con el paso del tiempo.
- Alcohol: Tiene varios efectos a largo plazo, desde la imposibilidad de formar nuevos recuerdos tras perjudicar el buen funcionamiento del hipocampo, región donde se almacena parte de la memoria temporal; hasta la aparición de lagunas mentales frecuentes si se consume de manera abusiva.