A medida que Cosme Iribarren, uno de los fiscales generales adjuntos de San Isidro a cargo de la acusación pública, leía los mensajes de WhatsApp, la incomodidad del testigo era evidente. “Es un chat coloquial e informal que carece de rigurosidad médica”, intentaba explicar Sebastián Nani, un médico cardiólogo que ayer declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro, a cargo del juicio donde se debaten las circunstancias que rodearon la muerte de Diego Armando Maradona.

“Le pido a Maradona, les pido perdón a todos. Si hubiese sabido que esto iba a terminar así, que se iba a exponer, nunca hubiera hablado de esa manera”, dijo Nani, jefe de Cardiología de la Clínica Olivos, donde Maradona fue operado de un hematoma subdural en la cabeza 22 días antes de morir.

A Nani le leyeron para que explicara varios chats de WhatsApp que se intercambió con el neurocirujano Leopoldo Luque, médico que atendía a Maradona y uno de los siete imputados que es juzgado por homicidio simple con dolo eventual.

Chats que pasaron en el juicio por la muerte de Diego Maradona

El momento del pedido de disculpas llegó cuando le leyeron a Nani una serie de chats del 7 de marzo de 2020. Eran las 20.35 cuando Nani comenzó una serie de intercambio de mensajes de WhatsApp con Luque.

“Mostro [sic]. Tiene 20 kilos más que cuando te lo devolvimos. Salí de ahí antes de que explote”, le escribió Nani a Luque. El neurocirujano le respondió: “Jejeje. Come bien. Dejalo”.

Ese 7 de marzo de 2020, Maradona había visitado el estadio de Boca Juniors. El astro dirigía Gimnasia y Esgrima La Plata y se jugaba la última fecha del torneo argentino. Ganó el equipo xeneize 1 a 0 y salió campeón.

“Me pareció verlo más gordo que enero”, explicó Nani cuando el abogado Fabián Améndola, quien junto con su colega Fernando Burlando representa a Dalma y Gianinna Maradona, le preguntó a qué se refería cuando sostuvo “salí de ahí antes de que explote”. Después llegó el pedido de perdón.

Nani había visto a Maradona en enero de 2020 cuando estuvo en la Clínica Olivos para una serie de estudios que había solicitado Luque. Para él en ese momento estaba más flaco que cuando vio las imágenes del partido en la cancha de Boca.

“Deduje que Luque era su médico de cabecera. El médico de cabecera es quien lleva adelante las decisiones médicas de un paciente”, había explicado el testigo ante los jueces Maximiliano Savarino,  Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach. Todavía no se habían leído los chats.

Después recordó cómo fue el traslado de Maradona desde el sanatorio Ipensa de La Plata hacia la Clínica Olivos. Todo sucedió el 3 de noviembre de 2020 para que el astro sea sometido a la intervención quirúrgica por el hematoma subdural.

El neurocirujano Leopoldo Luque y su abogado Julio Rivas

“Entiendo que el doctor Luque pidió el traslado. Maradona venía con una patología no cardiológica. Ingresó en una de las habitaciones reservadas en terapia intensiva”, sostuvo el testigo. Después contó que la evolución tras la operación fue muy buena.

Recordó que para después de su estadía en la Clínica se habló de que el paciente iba a ser traslado a un centro de rehabilitación para tratar su síndrome de abstinencia [por la adicción al alcohol], pero finalmente después tomó conocimiento que se había tomado otra decisión [llevar a Maradona a una casa que le habían alquilado en el barrio privado San Andrés, en Tigre].

Iribarren también le pidió a Nani que explicara un mensaje del 11 de noviembre de 2020, el día que externaron a Maradona de la Clínica Olivos después de su evolución por la operación en la cabeza.

A las 17.54, Nani le escribió a Luque: “Listooooo. Ahora es tu problema. Cualquier cosa ahí tenes el [Hospital] Austral más cerca”.

Luque le respondió: “Gracias Seba querido”. ¿Era un paciente o un problema [por Maradona]?“, le preguntó Iribarren al testigo. ”El paciente había sido dado de alta de la Clínica Olivos y fuera de ahí pasaba a ser ciento por ciento responsabilidad de Luque”, dijo el testigo y, sobre la referencia que hizo del “Austral”, afirmó que se refería a que ese hospital quedaba más cerca de la internación domiciliaria donde Maradona iba a ser trasladado y por primera vez expuso la teoría de los “mensajes coloquiales e informales”.