El desahogo de los hinchas, el alivio del goleador. La explosión del estadio Uno, como en las gloriosas noches de Copa Libertadores, aquellas que catapultaron a Estudiantes a dominar el continente y más tarde pulsear contra los gigantes europeos. El León derrotó 1 a 0 a Botafogo y ahora vuelve a depender de sus propias fuerzas para avanzar en el máximo de clubes de la Conmebol. El gol de Guido Carrillo, que tuvo la complicidad del arquero John, el premio merecido para quien más lo buscó, aunque el orden no siempre acompañó la hoja de ruta.
Un partido para reordenarse encaró Estudiantes, después de un tropiezo que encendió las alarmas en el recorrido de la Copa Libertadores. La caída en el segundo partido, con Universidad, de Chile, en La Plata, dejó con escaso margen al León en el Grupo B, y el juego con Botafogo, por la tercera fecha, se presentó como una final anticipada. Entendió el equipo que dirige Eduardo Domínguez la urgencia y empujó al campeón defensor a jugar abroquelado en su campo. Lo hizo con más intensidad que fútbol, porque dominó el escenario, aunque no tuvo claridad para ser peligroso. Un par de aproximaciones, con los cabezazos de Santiago Ascacibar y de Guido Carrillo, se presentaron como la vía para despertar a los hinchas, que en las tribunas viajaban entre el nerviosismo y la esperanza.
Las respuestas que enseñó el arquero John imponían al guardavalla como un muro para las intenciones del Pincha. Hasta los 38 minutos del primer tiempo, cuando el artillero Carrillo confió en su remate de media distancia: la pelota se desvió apenas en Gregore y el efecto del pique desconcertó a quien era la figura de Botafogo. John le quitó la vista y el cuerpo al balón, y Carrillo quebró el marcador y así rompió con la racha negativa, ya que no anotaba desde hace cuatro meses y tres días. El último festejo fue en el Torneo de Campeones, frente a Vélez.
El gol de Carrillo con ayuda involuntaria
Pero en una Copa Libertadores que le ofrece desazón y alegrías –Estudiantes ganó 2 a 0 en la visita a Carabobo, de Venezuela, en el debut-, la ventaja tuvo en la molestia que acusó el capitán Ascacibar un síntoma de preocupación. El volante fue reemplazado por Bautista Kociubinski y después de recibir una palmada del director técnico Domínguez se sentó en el banco de los suplentes y recibió atención médica en el isquiotibial de la pierna izquierda.
No se alteró el desarrollo, porque Estudiantes mantuvo el pulso y el control de la pelota. Y como en el inicio, John tuvo que ensayar un par de revolcones para que Botafogo se mantuviera en partido desde el resultado. Carrillo cometió una infracción que los cariocas protestaron, porque entendían que el árbitro uruguayo Gustavo Tejera debía sancionar con tarjeta roja la falta. Una situación parecida se dio con el foul que cometió Santiago Núñez, que golpeó al rival que lo anticipó cuando se preparaba para rematar al arco. Las amonestaciones complicaban al León, y Domínguez optó por renovar piezas.
El contraataque que lideró el venezolano Jefferson Savarino se impuso como la jugada más destacada de Botafogo, aunque en el primer tiempo Artur, de cabeza, tuvo su chance. El volante de la selección venezolana remató desde fuera del área, la pelota pasó por sobre el arquero Matías Mansilla, rebotó en el travesaño y picó sobre la línea. Los cariocas perdieron varios jugadores después de consagrarse campeón de la Copa Libertadores: Thiago Almada y Luiz Enrique, las figuras de relevancia entre los diez jugadores que se marcharon tras superar a Atlético Mineiro en el estadio Monumental, en diciembre pasado.
La acción provocó que el León se retrasara en el campo y el ingreso del lateral Gastón Benedetti en lugar del juvenil Joaquín Tobías Burgos fue un mensaje de que el Pincha cambiaría el status: dejaría de ser quien llevaría las riendas para esperar agazapado para contraatacar. Una decisión que Botafogo percibió y apuró modificaciones con características ofensivas: Matheus Martins, Vitinho y Elias Manoel, la primera tanda; Allan y el uruguayo Gonzalo Mastrini completaron el combo.
Se aferró Estudiantes a un triunfo que lo reposiciona en un torneo que es mágico para el club, para su historia y para sus hinchas. Pudo completar la tarea con mayor holgura, también sufrió porque el actual campeón con muy poco generó zozobra. Entre el 7 y el 14 de mayo, el León viajará a Santiago, de Chile, y a Río de Janeiro, para medirse con Universidad de Chile y Botafogo, dos partidos que marcarán el rumbo en la Copa Libertadores.