Un empate que permite reacomodar las ideas, devuelve la calma y posibilita observar con optimismo el futuro. El agónico festejo de Martín Barrios, después de una jugada que reflejó fielmente cuánto le costó a Racing generar peligro, atacar con lucidez, empujó a la Academia a rescatar un punto en la visita a Colo Colo, tras la igualdad 1 a 1, por la tercera fecha del Grupo E, de la Copa Libertadores. El orgullo y modificar la actitud pasiva que mostró en el primer tiempo, las banderas y el premio para no marcharse vacío. Para volver a soñar en grande, Racing necesita reaccionar: el 6 de mayo, frente a Bucaramanga, en Colombia, la cita para despegar.
Los gritos de los futbolistas, las órdenes de los entrenadores, el reclamo al árbitro paraguayo Juan Benítez por algún fallo que provocó descontento… El estadio Monumental resultó una caja de resonancia ante la ausencia de público. “Un partido de estas características y sin gente es horrible. No tiene que influir, aunque a veces el ambiente te lleva a hacer más”, comentó en la previa del juego el director técnico Gustavo Costas.
Para Racing, jugar a puerta cerrada se hizo una mala costumbre: en su estreno en Avellaneda, también jugó sin simpatizantes, después de que la Conmebol castigara al club por uso excesivo de pirotecnia en el recibimiento con Corinthians, por las semifinales de la Copa Sudamericana 2024.
El motivo que determinó el escenario en Santiago fue otro: la violencia. “Por amor a nuestra camiseta, por respeto a nuestros hinchas y a todos aquellos que hoy nos harán falta dentro de nuestro amado estadio es que dejaremos la vida”, escribió en redes sociales Arturo Vidal. ¿La razón? Colo Colo regresó al estadio Monumental, donde el 10 de abril pasado, ante Fortaleza (Brasil), un sector de la barra brava -denominada la Garra Blanca– invadió el campo de juego y provocó la suspensión del partido, tras conocerse que en la previa del juego murieron un niño de 13 años y una adolescente, de 18, en el marco de incidentes en los accesos.
La Conmebol todavía no se expidió: Fortaleza, a través de la Confederación Brasileña de Fútbol, solicitó los puntos y el partido ganado, por 3-0; el capitán Esteban Pavez lanzó un comentario sincero y apuntó a que se perderán esos puntos, aunque el entrenador Almirón manifestó que “los dirigentes, con abogados, trabajan en el caso”.
El resumen del empate de Racing con Colo Colo
Descubrir cuál es el verdadero Racing resulta un jeroglífico. El año pasado, el impulso por una conquista internacional, que finalmente logró con la consagración de la Copa Sudamericana –ante Cruzeiro– se impuso en la agenda. Ahora, el deseo de alzar la Copa Libertadores es la meta máxima, aunque el inicio de la aventura tuvo un inesperado viraje: del estreno con goleada sobre Fortaleza, en Ceará, a la derrota frente a Bucaramanga (Colombia) en Avellaneda. La caída encendió alarmas, porque al equipo le sobraron errores y debilidades. Corregir con rapidez se imponía como una necesidad para que el recorrido no se convirtiera en un sufrimiento.
La agenda de partidos asoma como un rival en el comienzo del año para la Academia, que con 20 juegos es el club de la Argentina que más cotejos disputó. La Recopa Sudamericana, la Copa Libertadores, la Liga Profesional y la Copa Argentina, el póquer en el primer segmento del curso para Costas y sus dirigidos. En el Monumental chileno, el funcionamiento volvió a enseñarse con baches, inconsistente. En una cancha que fue regada en demasía, lo que provocó que el piso estuviera blando, Colo Colo impuso condiciones y Racing no cumplió lo que predijo su DT: “Vamos a proponer lo de siempre, buscarlo como en todos lados”, apuntó Costas.
Pero quien marcó el pulso fue Colo Colo. Aquino se impuso como eje, apuntalado por el capitán Pavez; Vidal y Mauricio Isla asociándose por la banda derecha y Lucas Cepeda escalando por el sector opuesto, eran los que imponían vértigo y todos apuntaban a Javier Correa o el uruguayo Salomón Rodríguez, que todavía no dio respuestas por los 2,5 millones de dólares que desembolsó el Cacique por su pase. Un remate de media distancia de Cepeda, que cruzó el área y quedó lejos del arquero Arias, rompió el marcador y puso el juego cuesta arriba para la Academia.
Sin la movilidad de sus volantes Matías Zaracho, Agustín Almendra e Ignacio Rodríguez, los lanzamientos largos buscando a Maravilla Martínez y Maximiliano Salas –que siempre estuvieron en desventaja numérica con los tres zagueros de Colo Colo– la débil vía para lastimar. Un remate que Brayán Cortés desvió al córner fue la única oportunidad de riesgo para una estructura que se destaca por ser avasallante en ataque.
Modificó la actitud Racing, entendió que no era el camino lo que ejecutó en el primer tiempo. Careció de ideas, extrañó el orden y cómo estimula Juan Nardoni, aunque en los cambios de intérpretes –ingresaron Santiago Solari, Luciano Vietto y Barrios– descubrió la hoja de ruta para empujar a aun rival que se replegó y olvidó de contraatacar. Sin lucidez, pero con orgullo, la Academia enseñó que aun confundido tiene argumentos para ser protagonista en la Copa Libertadores.