En el dormitorio, cada detalle, desde la orientación de la cama hasta los colores y materiales utilizados, tiene un propósito específico para el Feng Shui. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El concepto de Feng Shui, que combina los caracteres chinos para viento (风 fēng) y agua (水 shuǐ), se traduce como “el camino del viento y el agua”, según el Instituto de Lengua China (CLI), y se trata de una antigua doctrina asiática basada en la idea de una “ocupación consciente” del espacio, con el propósito de atraer energía positiva y bienestar a las personas que lo habitan.

Dicha filosofía ancestral consiste en organizar edificios, objetos y entornos con el fin de lograr un equilibrio energético, y aunque sus raíces de origen se encuentran en el taoísmo primitivo, su influencia sigue vigente hoy en día, tanto en China como en otras culturas alrededor del mundo.

Según lo detallado por National Geographic, el Feng Shui se fundamenta en la creencia taoísta del chi, o fuerza vital, que fluye a través de todo lo que existe; este concepto está compuesto por los elementos yin y yang, los cuales son fuerzas opuestas que a la vez se complementan y, al equilibrarse, mejoran el flujo del chi positivo, disipando el negativo y promoviendo así una vida más plena.

El dormitorio tiene un significado muy importante en el Feng Shui, pues está estrechamente relacionado con el descanso, la recuperación energética y, en muchos casos, con la intimidad, por ello, su energía impacta directamente en aspectos como la salud, el equilibrio emocional y las relaciones personales. Además, el dormitorio simboliza la energía yin, caracterizada por ser tranquila, pasiva y receptiva.

Dada su relevancia, cada elemento del dormitorio, así como su posición en el bagua, es decir, una herramienta que representa el plano energético del espacio elegido, cumple una función específica en el flujo de energía, siendo la cabecera de la cama uno de los más importantes.

¿Qué significa la cabecera para el Feng Shui?

En Feng Shui, el dormitorio simboliza las relaciones amorosas o la relación de cada persona consigo misma.

De acuerdo con el especialista Carlos Romero, citado por el diario español La Vanguardia, la cabecera de la cama actúa como un “guardaespaldas energético” que simboliza protección y estabilidad, aspectos esenciales para garantizar un descanso reparador y una vida equilibrada. De acuerdo con sus declaraciones, una cama sin ella, según los principios de la filosofía asiática, representa una falta de protección, lo que podría desembocar en inseguridad o inestabilidad en la vida diaria.

Por su parte, Montserrat Beltrán, también especialista y consultora en Feng Shui, explicó que una cabecera sólida aporta esa misma sensación tanto al descanso como a las relaciones de pareja, generando un ambiente de seguridad que puede ser percibido de manera consciente o inconsciente.

En tanto, el material de la cabecera también juega un papel crucial, ya que, según la revista de diseño e interiorismo Architectural Digest, las fabricadas de madera sólida y lisa son más recomendadas porque generan estabilidad y favorecen un flujo energético positivo. Por el contrario, las cabeceras metálicas no son ideales, ya que pueden interferir con la energía del espacio.

Aunado a ello, la orientación de la cabecera de la cama es otro aspecto clave en el Feng Shui. Según Architectural Digest, colocarla hacia el norte es una de las opciones más favorables, ya que esta posición permite un sueño profundo y reparador al alinearse con el flujo magnético de la Tierra, sin embargo, esta orientación no es adecuada para personas que enfrentan problemas como depresión o baja autoestima, ya que podría intensificar dichas emociones.

En contraste, colocar la cabecera hacia el este fomenta una energía activa y apasionada, mientras que orientarla hacia el oeste ayuda a despertar con mayor vitalidad, sin embargo, las personas creativas o muy activas deberían evitar esta última posición para no comprometer su descanso.

La ubicación ideal de la cama en el dormitorio

El Feng Shui, como filosofía de vida, busca crear espacios que favorezcan el bienestar físico, mental y emocional.

Ya que la cabecera es una parte de la cama, es necesario puntualizar que el Feng Shui también establece reglas claras sobre la ubicación del lecho en dormitorio. Según la publicación de interiorismo, lo ideal es que el mueble esté centrado en la habitación, con una pared sólida y despejada detrás de la cabecera para proporcionar una sensación de seguridad y permitir una visión amplia del espacio, lo que contribuye a la relajación.

Es importante evitar colocar la cama frente a la puerta, debajo de una ventana o entre una ventana y una puerta, ya que estas posiciones pueden generar un desgaste energético, asimismo, se deben evitar los ángulos que apunten hacia la cama, como esquinas de muebles o columnas, así como objetos pesados sobre ella, como estanterías.

En cuanto a los elementos que la rodean, según La Vanguardia, se recomienda tener mesitas de noche o elementos similares a ambos lados de la cama, que no necesariamente deben ser idénticos, pero sí armoniosos. Cada mesita debería contar con un punto de luz independiente que no moleste al otro lado de la cama.

Por su parte, elementos de tierra, como alfombras, así como baúles o bancos a los pies de la cama, son adecuados para reforzar la estabilidad, según detalla la revista CuerpoMente, mientras que, respecto a la iluminación, es preferible contar con múltiples puntos de luz en el dormitorio, como lámparas de pie, de sobremesa o luces graduables, en lugar de depender únicamente de una luz de techo.