Cada 27 de abril, en distintos rincones del mundo se rinde homenaje a un plato hechizante, irrechazable: las costillitas BBQ. Día Internacional de las Ribs es una fecha no oficial, pero cada vez más reconocida, que nació en los Estados Unidos como tributo a uno de los íconos de la cocina sureña, y con el tiempo fue ganando terreno en otros países.
Esta fecha celebra más que un plato, es una oda a un modo particular de entender la cocina: el que asocia el ritual de cocción lenta con la espera paciente, con mates, fernet o cerveza de por medio, en el caso argentino; el humo con rico aroma y la carne con el disfrute colectivo. Las ribs son un corte que exige tiempo y cuidado. En la tradición estadounidense, se cocinan durante varias horas a baja temperatura, ya sea en hornos, a las brasas o en ahumadores especiales, y se pintan con salsa barbacoa hasta lograr una superficie caramelizada que sella el carácter del plato.
El furor por este corte, que en su versión más clásica proviene del cerdo, incluye variantes como las spare ribs (más grandes, con más carne), las baby back ribs (más pequeñas y curvadas), y las beef ribs, con carne de vaca. Su historia remite a las ferias rurales del sur estadounidense, a las reuniones familiares distendidas, esas que tanto se muestran en Hollywood. Hoy, las ribs se sirven en restaurantes de alta gama, en bares de estilo texano, en bodegones y en mercados callejeros, con recetas que cruzan influencias y reinventan el plato sin perder su esencia.
En el corazón de Saavedra, Bulebar logró convertir sus ribs glaseadas en una de las grandes favoritas del menú. Cocidas a fuego bajo hasta que la carne se deshace sola, estas costillitas de cerdo llegan a la mesa bien apiladas, con un baño generoso de salsa teriyaki caliente que les da brillo y ese punto meloso que conquista. Por encima, queso azul fundido y ciboulette fresco suman intensidad y un cierre elegante al plato.
Una de las propuestas más destacadas llega desde Ribs al Río, que el domingo 27 transformará su local de Costanera Norte en un homenaje al sur de los Estados Unidos. Por única vez, servirán una edición especial de beef ribs, más grandes que las tradicionales de cerdo y de una potencia visual que impresiona. El “pitmaster” encenderá el ahumador a las 4 de la madrugada para aplicar un método artesanal que incluye leña de quebracho y espinillo y una cocción lenta de ocho a doce horas. El resultado es un costillar ahumado, de carne tierna y con el característico “smoke ring”, un anillo rosado que solo se logra con esta técnica.
En Hierro, con sedes en Palermo y Nordelta, la propuesta gira en torno a tres etapas: ahumado en altura durante al menos una hora, sellado al vacío y cocción al horno durante ocho horas a 75 grados, en ambiente húmedo. La porción es generosa —500 gramos de costillas— y se sirve con una salsa barbacoa casera de tomates asados y morrón quemado, que combina acidez y dulzor. Para acompañar, proponen un cóctel de autor a base de vodka de romero, jugo de tomate y rábano picante.
En Blossom, las costillitas se cocinan en hornos de barro alimentados con leña de quebracho, un método que aporta aroma, ternura y un ahumado inconfundible. Antes de entrar en cocción, la carne se adoba en seco durante un día entero y luego se brasea lentamente con cerveza, hierbas y vegetales, hasta alcanzar una textura jugosa y profunda. Pensadas para compartir, las ribs pueden acompañarse con cervezas artesanales o tragos de autor. Se sirven en los cinco locales de la marca, distribuidos entre Castelar, Martínez, Olivos y San Isidro, todos con espacios amplios, luz natural, patios y terrazas al aire libre.
En Palermo, La Dorita mantiene una interpretación más cercana al asado argentino, aunque sin resignar el espíritu BBQ. Las costillas se cocinan a baja temperatura en un caldo aromático con cerveza, azúcar mascabo y vegetales, y se terminan a la parrilla con una barbacoa artesanal que potencia el sabor y genera una textura brillante.
En la zona oeste, Bruce Grill Station presenta sus “Ribs El Jefe”, una tira de nueve costillas de cerdo braseadas y luego terminadas a la parrilla, con salsa barbacoa dulce y guarniciones clásicas como coleslaw y papa rellena. El plato rinde homenaje a Bruce Springsteen y se convirtió en un emblema del local. En el mismo espíritu, otros espacios como Blossom, Bulebar, Felino, Ostende, Malcriado, Viejo Patrón, El Retorno y La Boquería ofrecerán versiones propias, con variantes en cocción, salsas y técnicas.
En cada una de estas propuestas se repite la misma escena: cocción lenta, aromas envolventes y una carne tan tierna que invita a dejar los cubiertos de lado y comer con las manos. Ya sea con ahumador texano, horno argentino o salsas caseras, las costillitas siguen ganando espacio en la escena gastronómica local. Este 27 de abril, el culto a las ribs tiene fecha, mapa y sabor propio.