Existe un lazo entre aquel brillante delantero que fue Ramón Díaz con un ignoto goleador actual, también argentino, llamado Facundo Lescano. Aquel jugó 92 partidos y anotó 23 goles con los colores de Avellino, mientras que éste integra el plantel del modesto club del sur de Italia, que posee una curiosa marca: por sexta vez en casi 70 años, obtuvo un ascenso de categoría en el mismo año en que el Vaticano cambia de Papa, en la mayoría de los casos por muertes, en uno por una renuncia.
Esa racha tuvo su último capítulo con dos episodios entrelazados en 48 horas: el último sábado, el equipo verde ascendió de manera directa a la Serie B después de la victoria por 2 a 1 sobre Sorrento. Mientras que el lunes a las 2.35 hora argentina, se conoció la noticia que shockeó al mundo: la muerte del Papa Francisco. Dos hechos encadenados: euforia del equipo verde y tristeza por el adiós a un Papa irrepetible.
Entre 1973 y hoy, veinte futbolistas argentinos pasaron por US Avellino 1912, que hace de local en el estadio Partenio-Adriano Lombardi, con capacidad para 9080 personas. Un club que se paseó por todas las categorías del fútbol italiano y que protagonizó su primer momento de esta particular secuencia con lo ocurrido en la temporada 1958/59. Desde la humilde Serie A, la cuarta categoría, Avellino luchó hasta quedar tercero en el Grupo H, ubicación que le bastó para dar el salto a la Serie C por primera vez en su recorrido deportivo, promoción que compartió con Crotone y Arkragas. Mientras tanto, Pío XII murió el 9 de octubre de 1958 en Castel Gandolfo, y el cónclave eligió como nuevo papa a Juan XXIII.
View this post on Instagram
Avellino se mantuvo durante cuatro años en la Serie C, pero un declive futbolístico lo devolvió en 1963 a la D. Sin embargo, la resurrección deportiva llegaría un año más tarde, en la que brilló con el título de la temporada 63/64. Mientras tanto, la Iglesia Católica también tendría movimiento, ya que tras la muerte de Juan XIII, el humo blanco trajo como sucesor a Pablo VI. Así, se encadenaban dos episodios similares en pocos años. Pero habría mucho más, en este singular vínculo entre el fútbol y la religión.
El año 1978 marcó una convulsión tanto para la sucesión de papas como para la vida deportiva de Avellino. Después de 15 años y 46 días en el trono de San Pedro, el mundo despidió a Pablo VI. Lo reemplazó Juan Pablo I, cuyo pontificado fue uno de los más breves de la historia ya que murió a los 33 días, lo que dio lugar a varias teorías conspirativas. Con la desaparición del denominado “Papa de la sonrisa” llegó el muy popular Karol Wojtyla, el polaco que tomó el nombre eclesiástico de Juan Pablo II. Mientras tanto, Avellino experimentaba la gloria institucional: ascendía a la primera división del fútbol italiano por primera vez en su historia. Con un mérito particular: se mantuvo ocho años en la elite. Fue en ese período, entre julio de 1983 y julio de 1986, cuando Ramón Díaz formó parte del plantel.
View this post on Instagram
Nada sería como en aquel brillante período, cuando Avellino se codeaba con gigantes como Juventus, Milan, Inter y el sorprendente Napoli de Diego Maradona. El deterioro se haría carne en la década del 90 y en principios de los 2000. Después de varias temporadas complicadas en la Serie C, el equipo se clasificó en 2005 a la final del playoff de ascenso a la Serie B. El rival era Napoli, que intentaba regresar a primera tras un descalabro institucional y económico, y Avellino dio el golpe pese a que no era el candidato al ascenso: igualó 0-0 como visitante y triunfó por 2-1 de local. Apenas unos meses antes, en abril, el alemán Joseph Ratzinger había sido elegido padre de la Iglesia con el nombre de Benedicto XVI. Llegaba como el Sumo Pontífice más anciano en ser nombrado desde Clemente XII, en 1730.
View this post on Instagram
También 2013 fue un año trascendente para el club, que regresó a la Serie B después de estar pululando por categorías más humildes. La entidad del sur de Italia había tenido varios sacudones institucionales, ya que cambios tuvo tanto cambio de dueños como de nombre: pasó a llamarse Associazione Sportiva Avellino 1912. En medio de esa coyuntura, el equipo consiguió el ascenso directo y regresó a la segunda división.
View this post on Instagram
Cómo no recordar ese año para la Argentina, cuando Jorge Bergoglio fue elegido papa tras la renuncia de Benedicto XVI y se convirtió en el primer papa del continente americano en dos mil años. Aquel fue el quinto capítulo, pero faltaría uno más. Lo que acaba de suceder, con el ascenso directo a la B del equipo dirigido por Raffaele Biancolino, favorecido por la derrota de su escolta, Audace Cerignola, que cayó de manera sorpresiva frente a Team Altamura por 1-0. Apenas dos días después, se conocería la triste noticia de la desaparición a los 88 años de Francisco, que sufrió un derrame y un posterior infarto. Pero que dejó un legado tras su despedida el Domingo de Pascua.