Un proyecto legislativo podría ampliar el parque nacional más grande de Texas, preservando una de las regiones más biodiversas y emblemáticas del suroeste de Estados Unidos. Impulsada por senadores de ambos partidos, la propuesta busca sumar miles de hectáreas al Parque Nacional Big Bend, ubicado en una zona fronteriza con México. Todavía resta la firma del gobernador Greg Abbott y la aprobación definitiva en la Cámara de Representantes.
Una expansión clave para el ecosistema del suroeste: qué busca la nueva ley
El proyecto de ley denominado Big Bend National Park Boundary Adjustment Act propone modificar los límites del Parque Nacional Big Bend, que se extiende sobre el desierto de Chihuahua, para incorporar un valioso corredor natural ubicado al oeste de su territorio actual. La superficie a sumar alcanza las 2470 hectáreas y está ubicada en las cercanías del arroyo Terlingua, una cuenca que alberga numerosas especies nativas y constituye una conexión ecológica crucial.
Los impulsores del proyecto subrayaron el valor paisajístico y biológico del parque. “Big Bend National Park ejemplifica la belleza natural y la fauna vibrante del Estado de la Estrella Solitaria”, expresó el senador republicano John Cornyn, uno de los autores de la legislación.
A su vez, el demócrata Ben Ray Luján, coautor del texto, afirmó: “Esta ley permitirá al Servicio de Parques Nacionales conservar el ecosistema a lo largo de la cuenca del Terlingua”.
Ambos senadores destacaron que esta colaboración bipartidaria responde a un objetivo común: preservar uno de los paisajes más extraordinarios del país norteamericano y mejorar el acceso público a áreas naturales protegidas.
Qué plantea el proyecto de ley de expansión del Parque Nacional Big Bend
La legislación fue presentada por Cornyn y Luján en el Senado y fue remitido al Comité de Energía y Recursos Naturales. En paralelo, el representante Tony Gonzales introdujo la misma propuesta en la Cámara Baja.
El texto oficial, registrado como S.1112, incluye los siguientes puntos centrales:
- Incorporación de tierras: autoriza al Secretario del Interior a adquirir, aproximadamente, 6100 acres (equivalentes a unas 2470 hectáreas) ubicadas junto al límite occidental del parque, en la zona del arroyo Terlingua.
- Métodos de adquisición: establece que esas tierras solo podrán sumarse al parque mediante donación, compra voluntaria o intercambio con propietarios dispuestos, sin excepciones.
- Prohibición de expropiaciones: la ley impide expresamente el uso de expropiaciones forzosas o figuras similares como la “eminent domain”, lo que garantiza así el respeto pleno por la propiedad privada.
- Mapa oficial: la expansión se basa en un mapa técnico denominado Big Bend National Park, Proposed Boundary Adjustment, con número 155/167,296 y fechado en noviembre de 2022. Este plano se encuentra disponible para consulta pública en las oficinas del Servicio de Parques Nacionales.
- Administración del nuevo territorio: una vez concretada la adquisición, las nuevas tierras pasarán a estar bajo la jurisdicción del parque y serán gestionadas según las normas federales vigentes para áreas protegidas.
Una joya natural que podría ser aún más grande: cómo es el Parque Nacional que buscan ampliar
El Parque Nacional Big Bend fue creado por ley el 20 de junio de 1935 y se consolidó como una de las principales atracciones ecológicas y turísticas de Texas. Su geografía abarca cañones profundos, montañas escarpadas, zonas desérticas y cursos de agua que lo convierten en un ecosistema excepcional.
Actualmente, Big Bend ocupa una extensión cercana a las 324 mil hectáreas. La suma de las tierras propuestas representaría una ampliación de aproximadamente un 0,76% de su tamaño actual, aunque con un impacto desproporcionado en términos de conectividad ecológica y protección de hábitats.
Este parque, que también forma parte del programa International Biosphere Reserve, es hogar de más de 1200 especies de plantas, más de 450 especies de aves y decenas de mamíferos y reptiles, según datos del National Park Service citados por los legisladores. Al estar ubicado en la frontera con México, también funciona como un punto estratégico para especies migratorias y corredores naturales transfronterizos.
La cuenca del arroyo Terlingua, en particular, representa una zona de transición clave entre distintos hábitats, y su incorporación ayudaría a consolidar un corredor natural continuo desde el interior del parque hasta áreas que hoy están en manos privadas, pero podrían incorporarse sin conflicto.