En septiembre de 2015, el papa Francisco realizó su primer viaje apostólico a Estados Unidos, marcando una etapa histórica tanto para la Iglesia católica como para la diplomacia vaticana. Durante seis días, el pontífice recorrió Washington D.C., Nueva York y Filadelfia, donde pronunció discursos ante líderes políticos y religiosos, se reunió con víctimas de abusos, visitó cárceles y escuelas, y celebró multitudinarias que congregaron a cientos de miles de fieles.
El viaje —que tuvo lugar del 22 al 27 de septiembre— coincidió con varios eventos clave: el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia, el 70.º aniversario de la fundación de las Naciones Unidas y un contexto nacional e internacional de profundas tensiones sociales, ambientales y religiosas. La figura del papa argentino, primer pontífice latinoamericano y jesuita, atrajo una atención sin precedentes y fue recibida con entusiasmo tanto por creyentes como por sectores seculares.
Francisco no solo fue el primer papa en dirigirse a una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos, sino que también alzó su voz sobre temas considerados sensibles en el debate público estadounidense: el cuidado del medioambiente, la inmigración, la libertad religiosa, el consumo, la exclusión social y la crisis de abusos sexuales en el seno de la Iglesia.
Desde el saludo inicial en la Casa Blanca hasta la misa final en la Ben Franklin Parkway de Filadelfia, el viaje estuvo marcado por gestos simbólicos, encuentros con comunidades vulnerables y mensajes centrados en la inclusión, la compasión y la responsabilidad colectiva. Fue también un recorrido profundamente pastoral, donde el papa buscó reforzar el papel de la familia, los migrantes, los pobres y los jóvenes como ejes de una sociedad más justa.
A continuación, un repaso cronológico y detallado de cada una de las jornadas que marcaron la histórica visita papal a Estados Unidos.
22 de septiembre – Llegada a Washington
El pontífice aterrizó el martes 22 de septiembre en la capital estadounidense. Fue recibido por el entonces presidente Barack Obama, el vicepresidente Joe Biden y sus familias. Ese mismo día mantuvo un breve encuentro privado con Obama.
23 de septiembre – Cambio climático y canonización polémica
El miércoles 23, el papa fue recibido oficialmente en la Casa Blanca, donde ofreció un discurso en el que urgió a actuar contra el cambio climático, al que definió como “un problema que no puede dejarse a las generaciones futuras”.
Posteriormente, se reunió con obispos en la Catedral de San Mateo Apóstol, donde se refirió a las víctimas de abusos sexuales dentro de la Iglesia. Reconoció el sufrimiento causado y elogió los esfuerzos por evitar que estos crímenes se repitan. Ese día también presidió una misa en la Basílica Nacional, durante la cual canonizó a Junípero Serra, el primer santo hispano de Estados Unidos, una figura polémica por su rol en la colonización de pueblos indígenas en California.
24 de septiembre – Congreso, indigentes y llegada a Nueva York
Francisco se convirtió el jueves 24 en el primer papa en dirigirse a una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos, donde recordó a Martin Luther King Jr. y habló de responsabilidad social, inmigración y justicia. Más tarde, se reunió con personas sin hogar en la iglesia de San Patricio en Washington, a quienes recordó que la Sagrada Familia también fue rechazada y sin hogar.
Esa misma noche llegó a Nueva York, donde fue recibido con entusiasmo en la catedral de San Patricio. Allí agradeció especialmente a las religiosas por su entrega y valor, y volvió a referirse a la crisis de abusos, esta vez expresando consuelo a los miembros del clero por el sufrimiento causado por el escándalo.
25 de septiembre – Discurso en la ONU y visita al 9/11 Memorial
El viernes 25, el papa se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas, siendo el cuarto pontífice en hacerlo. En su discurso, denunció la destrucción del medioambiente, la pérdida de biodiversidad y los conflictos en países como Ucrania, Siria, Irak, Libia y Sudán del Sur.
Luego, participó en un acto interreligioso en el 9/11 Memorial, donde depositó una rosa blanca en honor a las víctimas y se reunió con familiares de los socorristas fallecidos. Más tarde, visitó una escuela primaria en Harlem, interactuó con niños y presenció presentaciones escolares sobre temas sociales.
Cerca de 80.000 personas lo aclamaron durante un recorrido en Central Park, y cerró el día con una misa multitudinaria en el Madison Square Garden ante 18.000 asistentes. En su homilía subrayó la necesidad de acoger a los marginados, denunciar la desigualdad y ver a Dios en la ciudad.
26 de septiembre – Llegada a Filadelfia y festival de las familias
El sábado 26, Francisco llegó a Filadelfia, donde fue recibido al son de la música de Rocky. De inmediato se dirigió a la catedral de San Pedro y San Pablo para celebrar una misa. En su homilía evocó la figura de Santa Catalina Drexel, subrayando el llamado personal al compromiso misionero.
En la tarde habló ante miles de personas frente al Independence Hall, donde destacó el legado de los cuáqueros en defensa de la libertad religiosa y la dignidad humana.
El día culminó con el Festival de las Familias en la Ben Franklin Parkway, evento central del Encuentro Mundial de las Familias. Actuaron artistas como Aretha Franklin y Andrea Bocelli, y seis familias compartieron sus experiencias. Francisco improvisó un discurso sobre la vida familiar, describiéndola como un espacio de amor, esfuerzo y esperanza: “Las familias pelean, los platos vuelan… pero son fábricas de esperanza”, dijo el papa.
27 de septiembre – Víctimas, prisión y misa final
El domingo 27, último día de la visita, Francisco se reunió en privado con cinco víctimas de abusos sexuales, a quienes ofreció consuelo y pidió perdón. Luego, se dirigió a un grupo de 100 jóvenes reclusos en la prisión de Curran-Fromhold, a quienes instó a no perder la esperanza ni el camino hacia la reintegración social.
En una visita no programada, pasó por la Universidad de Saint Joseph, donde bendijo una escultura que simboliza el diálogo judeo-cristiano. Antes de la misa final, detuvo su recorrido en la instalación artística Knotted Grotto, donde bendijo miles de cintas con peticiones de fieles.
La misa final tuvo lugar frente al Museo de Arte de Filadelfia, con la participación de centenares de miles de personas. En su homilía, el papa resaltó la santidad de la vida cotidiana y familiar, afirmando que “nuestras casas son verdaderas iglesias domésticas”.
Antes de partir de regreso a Roma, Francisco se despidió: “Mis días aquí han sido breves, pero días de gracia… Recen por mí. ¡Dios bendiga a Estados Unidos!”.