No cesan las tensiones entre la canciller de Colombia, Laura Sarabia, y el ministro del Interior, Armando Benedetti, tras conocerse de la aparición de nuevos audios de los funcionarios en los que el también exembajador buscaba un puesto importante en el Gobierno.
Sin embargo, en las declaraciones públicas del jefe de cartera, usó la palabra “secretaria” para referirse a la canciller, lo que, al parecer, generó la reacción de Sarabia.
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“Desde que ella dejó de ser mi secretaria no me importa lo que ella haga o diga”, señaló Benedetti.
Tras las declaraciones del funcionario, Laura Sarabia publicó una columna de opinión en el diario La República que, aunque no menciona directamente al ministro, parece responder a los comentarios recientes.
La publicación, titulada De las secretarias y personas de a pie en el Gobierno del cambio, se presenta como un homenaje a los trabajadores y una defensa de su trayectoria personal, en medio de las acusaciones cruzadas y filtraciones de audios que han intensificado el conflicto entre ambos funcionarios.
En su texto, la canciller utiliza precisamente el término “secretaria” para reivindicar su origen y destacar el papel de las personas comunes en el actual Gobierno liderado por el presidente Gustavo Petro.
Sarabia destacó que, bajo esta administración, se ha roto la hegemonía de las élites tradicionales, dando paso a sectores populares y trabajadores modestos en la toma de decisiones.
En su columna, Sarabia reflexionó sobre el cambio que, según ella, representa el gobierno de Petro en la estructura política del país. “Con el Gobierno del presidente Gustavo Petro, esa frontera se rompió. Detonó al establecimiento. Secretarias, trabajadores modestos, sindicalistas, activistas, clases populares: llegamos al Gobierno. Hemos gobernado”, escribió.
La canciller también reconoció que, aunque han cometido errores, el impacto de este cambio será evaluado por la historia con el paso del tiempo.
Sarabia aprovechó el espacio para destacar que no siente vergüenza de sus orígenes ni de haber trabajado como secretaria, un rol que, según ella, ha sido fundamental en la vida del país.
“No nos avergüenza la universidad en la que estudiamos con esfuerzo, ni los multifamiliares de donde venimos. Mucho menos nos avergüenza haber sido secretarias y personas de a pie”, afirmó.
Además, criticó los estándares estéticos y sociales que, en su opinión, se imponen de manera desigual a hombres y mujeres en la política, señalando que mientras a los hombres se les percibe como fuertes por actuar con determinación, a las mujeres se les tilda de histéricas por el mismo comportamiento.
El conflicto entre Sarabia y Benedetti no es nuevo, pero ha escalado en las últimas semanas con la filtración de nuevos audios de una conversación entre ambos, ocurrida en el primer semestre de 2023, cuando Sarabia era jefa de Despacho y Benedetti se desempeñaba como embajador en Venezuela.
En los audios Benedetti menciona supuestas gestiones en la Fiscalía y su influencia en el Gobierno, afirmando que “me pueden nombrar de lo que sea, que no pasa absolutamente nada de nada”.
Estas declaraciones han sido interpretadas como un intento de presión política, lo que ha generado críticas y ha puesto en evidencia las tensiones internas en el gobierno.
Además, Sarabia ha presentado una denuncia ante la Fiscalía contra Benedetti por presunta violencia de género y política, un tema que deberá esclarecerse en los próximos días, ya que se espera que la canciller rinda testimonio la próxima semana.
En su texto, Sarabia también dedicó un espacio a rendir homenaje a las secretarias, destacando su trabajo silencioso y discreto, pero esencial en el funcionamiento de las instituciones.
“Hemos trabajado en silencio, con discreción, muchas veces en la invisibilidad. Nos hemos ocupado de lo privado y lo íntimo, hemos conocido caprichos, emociones, miedos y rencores”, escribió.
La canciller enfatizó que este rol no debe ser visto como algo peyorativo, sino como una labor digna y valiosa.
Asimismo, Sarabia abordó las barreras de género que persisten en la política, denunciando los prejuicios que enfrentan las mujeres en posiciones de poder. “Un hombre que sale de frente es un hombre de carácter. Una mujer que lo hace es una histérica”, señaló, cuestionando la doble vara con la que se mide a hombres y mujeres en el ámbito público.