Poder descansar bien es clave para tu salud y bienestar. Sin embargo, con el paso del tiempo, el colchón que usás puede perder su soporte y comodidad y, así, afectar tu calidad de sueño.
De acuerdo con WebMD, un colchón desgastado puede contribuir a dolores musculares, insomnio, fatiga e incluso alergias. Saber cuándo es momento de cambiarlo puede marcar la diferencia entre pasar noches de descanso reparador o despertar con molestias y fatiga.
Señales de que es momento de renovar el colchón
1. Dolor de espalda o rigidez al despertar
Si al levantarte ya sentís molestias en la espalda, cuello o cadera, es posible que tu colchón ya no te esté soportando adecuadamente. Un colchón en buen estado debe mantener la columna alineada y distribuir el peso de manera uniforme, de esta forma te evita molestias.
2. Hundimientos o desgaste visible
Con el tiempo, tu colchón puede deteriorarse y formar zonas hundidas o irregulares. Si notás que ya “adoptó tu forma” significa que ya está afectando tu postura al dormir, por no darte suficiente soporte.
3. Acumulación de polvo y alérgenos
Los colchones pueden convertirse muy rápido en el hogar de ácaros y alérgenos como el polvo si no usás una funda que puedas lavar frecuentemente para protegerlo. Si presentás síntomas de alergia, congestión o picazón al acostarte, cambiar el colchón podría ser una solución.
4. Más de 8 años de uso
Aunque la vida útil varía según el tipo y la calidad del colchón, la mayoría comienzan a deteriorarse visiblemente después de ocho años. Evaluá su estado y considerá renovarlo.
Al momento de renovar tu cama surge la pregunta de si una colchoneta puede solucionar los problemas con tu colchón. Aunque las colchonetas ofrecen una solución rápida para mejorar la comodidad en colchones desgastados o superficies duras, no pueden sustituir completamente el soporte de un colchón nuevo.
Las colchonetas pueden ser útiles para ajustar la firmeza y brindar un confort adicional, pero si el colchón base ya presenta hundimientos o desgaste, la mejor opción sigue siendo invertir en un colchón nuevo que garantice un descanso ergonómico y saludable.
Por Carolina Araujo