WASHINGTON.– En una iniciativa que quebraría el compromiso de Estados Unidos con un mundo multilateral, el borrador de una orden ejecutiva del presidente norteamericano Donald Trump propone una reestructuración radical del Departamento de Estado que incluye la eliminación de casi todas sus operaciones en África y el cierre de embajadas y consulados en todo el continente, según revelaron funcionarios norteamericanos.

El proyecto también pide recortar oficinas internas del Departamento de Estado que abordan cuestiones relacionadas con el cambio climático y los refugiados, así como la defensa de la democracia y de los derechos humanos.

El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, asiste a las conversaciones ruso-estadounidenses sobre la guerra en Ucrania en el Palacio Diriyah de Riad.

Si llegaran a aprobarse, los cambios constituirían una de las mayores reorganizaciones del departamento desde su fundación en 1789, según la agencia Bloomberg, que tuvo acceso a una copia del borrador de 16 páginas. Y constituirían un rechazo significativo al compromiso de Estados Unidos con un orden mundial multilateral.

Las fuentes y la prensa norteamericana no especificaron quién compiló el documento ni en qué etapa de los debates internos sobre la reestructuración del Departamento de Estado se encontraba.

Algunas de las iniciativas del documento fueron debatidas entre funcionarios estadounidenses en las últimas semanas.

El secretario de Estado, Marco Rubio, escribió un breve comentario en redes sociales tras la publicación de la noticia en The New York Times, calificándolo de “noticia falsa”. “El New York Times es víctima de otro engaño”, escribió Rubio en X.

No hay indicios de que Rubio o sus principales asesores hayan aprobado el documento, aunque han estado trabajando en una reorganización del Departamento de Estado.

El propósito de la orden ejecutiva es imponer una reorganización disciplinada del Departamento de Estado y agilizar la ejecución de las misiones, a la vez que reduce “el despilfarro, el fraude y el abuso”, según una copia del borrador de 16 páginas obtenida por The New York Times. La orden establece que el departamento debe implementar los cambios antes del 1° de octubre.

Algunos de los cambios propuestos en el borrador requerirían notificación al Congreso y sin duda serían impugnados por los legisladores, incluyendo el cierre masivo de misiones diplomáticas y oficinas centrales, así como una reestructuración del cuerpo diplomático. Si los funcionarios intentaran implementarlos, partes sustanciales del documento probablemente serían objeto de demandas.

El borrador comenzó a circular entre diplomáticos, exdiplomáticos y funcionarios norteamericanos ayer.

Los importantes cambios estructurales en el Departamento de Estado irían acompañados de medidas para despedir tanto a diplomáticos de carrera, conocidos como funcionarios del servicio exterior, como a empleados del servicio civil, que suelen trabajar en la sede del departamento en Washington, según informaron funcionarios familiarizados con los planes. El departamento comenzaría a conceder licencias remuneradas a un gran número de empleados y a enviar notificaciones de despido.

El proyecto de orden ejecutiva exige poner fin al examen de servicio exterior para los aspirantes a diplomáticos y establece nuevos criterios para la contratación, incluida la “alineación con la visión de política exterior del presidente”.

El borrador dice que el departamento debe ampliar considerablemente el uso de inteligencia artificial para ayudar a redactar documentos y llevar a cabo el “desarrollo y revisión de políticas” y la “planificación operativa”.

La reorganización propuesta eliminaría las oficinas regionales que ayudan a elaborar y aplicar políticas en grandes partes del mundo.

En cambio, dice el borrador, esas funciones caerían bajo cuatro “cuerpos”: Cuerpo de Eurasia, integrado por Europa, Rusia y Asia Central; Cuerpo de Medio Oriente, integrado por las naciones árabes, Irán, Pakistán y Afganistán; Cuerpo de América Latina, integrado por América Central, América del Sur y el Caribe; y Cuerpo del Indopacífico, integrado por Asia Oriental, el Sudeste Asiático, India, Bangladesh, Sri Lanka, Nepal, Bután y las Maldivas.

El edificio Harry S. Truman, sede del Departamento de Estado, en Washington, el 9 de marzo de 2009

Uno de los cambios más drásticos propuestos sería la eliminación de la Oficina de Asuntos Africanos, encargada de supervisar las políticas en el África subsahariana. Esta sería reemplazada por una oficina de enviados especiales para asuntos africanos, mucho más pequeña, que reportaría al Consejo de Seguridad Nacional. Esta oficina se enfocaría en varios temas, como las operaciones antiterroristas coordinadas y la extracción y el comercio estratégicos de recursos naturales críticos.

El borrador también estipula que todas las embajadas y consulados “no esenciales” en África subsahariana cerrarían el 1° de octubre. Se enviarían diplomáticos a África en “despliegues específicos y orientados a misiones”, según el documento.

Las operaciones en Canadá se transferirían a una nueva oficina de asuntos norteamericanos bajo la autoridad de Rubio, dirigida por un equipo significativamente reducido. El departamento también reduciría drásticamente la embajada norteamericana en Ottawa.

El departamento además eliminaría una oficina que supervisa asuntos de democracia y derechos humanos; otra que se ocupa de refugiados y migración; y otra que colabora con organizaciones internacionales. Se eliminaría el puesto de subsecretario que supervisa las dos primeras oficinas, así como la oficina del subsecretario de Diplomacia Pública y Asuntos Públicos. El departamento también eliminaría el puesto de enviado especial para el clima.

En tanto, los cambios establecerían un nuevo puesto de alto nivel, el de subsecretario para la eliminación de amenazas transnacionales, para supervisar la política antinarcóticos y otros asuntos.

La Oficina de Asistencia Humanitaria absorbería los restos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), que fue desmantelada en los últimos dos meses por Rubio y otros miembros de la administración Trump.

En cuanto al personal, el memorándum señala que el departamento necesita pasar de su actual modelo de rotación global generalista, obsoleto y desorganizado a un marco de servicio de carrera más inteligente, estratégico y especializado a nivel regional para maximizar la experiencia.

Esto significa que las personas que intentan ingresar en el Servicio Exterior elegirían durante el proceso de solicitud en qué cuerpo regional desean trabajar.

El gobierno ofrecería indemnizaciones a funcionarios del servicio exterior y del servicio civil hasta el 30 de septiembre, según el borrador.

El Departamento de Estado cuenta con unos 80.000 empleados, de los cuales 50.000 son ciudadanos locales en el extranjero. Del resto, unos 14.000 son diplomáticos calificados que rotan en el extranjero, denominados oficiales y especialistas del Servicio Exterior, y 13.000 son funcionarios públicos que trabajan desde Washington.

El proyecto también pide limitar las becas Fulbright para que se otorguen únicamente a estudiantes que realicen estudios de maestría en asuntos de seguridad nacional.

Por último, la orden ejecutiva que Trump firmaría este semana dice que el departamento rescindirá su contrato con la Universidad Howard, una institución históricamente afroamericana, para reclutar candidatos para las becas Rangel y Pickering, las cuales serán canceladas. El objetivo de estas becas es ayudar a estudiantes de grupos subrepresentados a tener la oportunidad de ingresar en el Servicio Exterior poco después de graduarse.

Diarios The New York Times y The Washington Post